Caracas.- Un grupo de nueve países urgió este viernes, 7 de octubre, en la LII Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) a la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos de Venezuela.
«(El grupo de nueve países) urge la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos, que cese el acoso, respete a los partidos políticos, a la libertad de expresión, también la de la prensa y restauración del pleno respeto a los derechos humanos y libertades individuales», dijo el embajador de Canadá ante la OEA, Hugh Adsett.
Adsett explicó que hablaba en nombre de los jefes de delegación de Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Estados Unidos, Paraguay y Uruguay que han acudido al LII periodo de sesiones de la Asamblea General de la OEA en Lima.
También expresaron su preocupación por las denuncias de violaciones sistemáticas de derechos humanos que siguen ocurriendo en Venezuela y que agravan las crisis sociales y económicas.
Adsett mencionó un informe de 2021 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que «concluye que la erosión del Estado de derecho en Venezuela crea un clima de violación de derechos humanos sistemática».
«(La CIDH) considera que la cooptación del poder público en cabeza del gobierno y la erosión del estado de derecho generó un ambiente propició para la comisión sistemática de gravesviolaciones de derecho humanos», reza dicho informe.
En este sentido, la CIDH explicó que ha documentado «la práctica reiterada de ejecuciones judiciales de hombres jóvenes en situación de pobreza, detenciones arbitrarias de personas que protestan o asumen públicamente posiciones de disenso con el Poder Ejecutivo, desapariciones forzadas, así como torturas y otros tratos crueles en contextos de privación de libertad».
El embajador canadiense mencionó también los informes de la Misión Internacional Independiente de la ONU para Venezuela, que acusó el pasado septiembre a la inteligencia civil y militar de ese país (el Sebin y la Dgcim, respectivamente) de cometer crímenes de lesa humanidad para reprimir la disidencia política, mediante un modus operandi de abusos dictado «desde el más alto nivel».