Desde Port Authority, el comisionado de la Alcaldía de Nueva York para asuntos de migrantes, Manuel Castro, recibió a estas personas en la central de autobuses y aseguró que la mayoría son de nacionalidad venezolana, colombiana, hondureña, así como también de otros países africanos, Haití y Afganistán.
La autoridad explicó que muchos de los inmigrantes llegan a la frontera de México con Estados Unidos, cruzan pidiendo asilo y ahora llegan a la Gran Manzana.
Este grupo se suma a unos 1.000 migrantes que llegaron a la ciudad estadounidense desde el 5 de agosto.
En una carta publicada en el diario The New York Post, el gobernador de Texas, Greg Abbott, subrayó que todos los envíos de inmigrantes que desde hace varias semanas práctica su Gobierno hacia Nueva York son voluntarios y que los afectados reciben alimentos durante su largo viaje.
Además, acusa al alcalde de Nueva York, Eric Adams, de incoherencia: «Lo peor de Adams es la hipocresía (…) Mucho hablar de que Nueva York es una ciudad refugio, pero cuando se le pide que concrete sus políticas irreflexivas, se limita a condenar a todo aquel que le conmina a dar pasos concretos».
Abbot y Adams están enzarzados en una áspera polémica sobre los envíos de inmigrantes desde la frontera de Texas hacia Nueva York, organizados abiertamente en autobuses fletados por el Gobierno de Abbot desde el 5 de agosto sin coordinación con la administración de Adams, y que, según las cifras de la alcaldía neoyorquina, se han traducido ya en la llegada de unos 6.000 inmigrantes, la mayoría de ellos venezolanos.
Sobre las condiciones de viaje de los inmigrantes, Abbot dice que quiere aclarar «la campaña del alcalde alimentada con mentiras descaradas y desinformación», y subraya el carácter voluntario de esos viajes de más de 30 horas.