A 21 personas aumentó la cifra de de fallecidos de la masacre registrada este martes 24 de mayo, por disparos de un joven de 18 años que irrumpió en un colegio de primaria en la localidad de Uvalde (Texas, EE.UU.), donde el atacante fue abatido más tarde por la Policía.
El Departamento de Seguridad Pública de Texas informó a los medios que 19 niños y dos adultos perdieron la vida en el tiroteo en el centro Robb Elementary School de Uvalde.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, explicó en una rueda de prensa que el agresor, residente en Uvalde, dejó su vehículo fuera de la escuela y ya dentro «disparó y mató de manera horrible e incomprensiblemente a 14 estudiantes y a un profesor», de acuerdo con un primer recuento de víctimas. Según el testimonio de un policía a los medios estadounidenses, el agresor «disparaba a todo lo que se movía».
Por su parte, el jefe de Policía del Distrito Escolar de Uvalde, Pete Arredondo, indicó en otra rueda de prensa que en este punto de la investigación creen que el agresor actuó solo en este crimen «atroz».
El de este martes es el segundo tiroteo en un centro escolar más mortífero de la última década, después del ocurrido en 2012 en la escuela de Sandy Hook en Newton (Connecticut), donde murieron 26 personas.
En un discurso a la nación inmediatamente después de llegar de una gira por Asia, el presidente de EE.UU., Joe Biden, se preguntó cuándo su país se plantará ante el “lobby” de armas.
«Como nación nos tenemos que preguntar cuándo en el nombre de Dios vamos a enfrentarnos a los grupos de presión a favor de las armas», lamentó Biden, visiblemente afectado.
El presidente ordenó que las banderas del país ondeen a media asta en la Casa Blanca y en todos los edificios federales, instalaciones militares y buques de guerra, hasta la puesta de sol del próximo 28 de mayo.
