Nacionales

¿Canaima bajo amenaza? La advertencia de SOS Orinoco

Foto del avatar
Escrito por Redacción

Según el informe de SOS Orinoco sobre Canaima, el parque nacional, declarado Patrimonio de la Humanidad, es globalmente uno de los sitios de biodiversidad más únicos e irremplazables. Una evaluación global de 2013, basada en el concepto de «irremplazabilidad», lo clasificó en segundo lugar a nivel mundial entre las áreas protegidas.

El informe de SOS Orinoco destaca que esta singularidad e irremplazabilidad residen en parte en el paisaje del Escudo Guayanés, especialmente en la provincia biogeográfica de Pantepui. Los tepuyes de esta región, que se elevan entre 1.200 y 1.500 metros, han evolucionado bajo un aislamiento biológico extremo. Estos albergan especies endémicas, geográficamente restringidas y muy vulnerables.

Las amenazas a esta singularidad están aumentando. El reporte de SOS Orinoco señala no solo la minería, incendios y deforestación, sino también nuevas amenazas como las especies invasoras y la gestión inadecuada del turismo.

El turismo a Canaima: una presión creciente y descontrolada

El informe de SOS Orinoco indica que no hay datos oficiales de turismo disponibles o públicos. Sin embargo, fuentes en el terreno reportan un aumento significativo en el sector oriental (Gran Sabana) en 2024. A pesar de este aumento, las cifras están muy por debajo de los niveles de 2011-2013, cuando se recibían unos 20.000 turistas por temporada.

Según el reporte de SOS Orinoco, entre finales de diciembre de 2024 y principios de enero de 2025, unos 300 turistas transitaron por la Troncal 10. Los campamentos indígenas ofrecen servicios básicos, incluyendo la disposición de residuos sólidos, aunque gran parte termina en vertederos al aire libre.

En el sector oriental, el Monte Roraima es la atracción principal, accesible a pie principalmente desde Venezuela. El plan de manejo legal lo designa «Zona de Recuperación Natural» por su notable impacto humano y necesidad de recuperación, incluyendo límites de carga.

El informe de SOS Orinoco documenta que en temporadas recientes se han visto hasta 120 personas en la cumbre de Roraima simultáneamente. Esto excede el límite no oficial de 50 personas acordado por Inparques y comunidades locales. Esta sobreutilización se debe a la falta de aplicación de la ley y a incentivos económicos para las comunidades Pemón que ignoran el límite.

El reporte de SOS Orinoco menciona que en el sector occidental, el turismo se centra en el Salto Ángel. Aerolíneas comerciales operan vuelos a la Laguna de Canaima, aumentando en temporada alta. Los turistas pagan entradas que benefician principalmente a organizaciones indígenas. La zona cuenta con nueve albergues y 55 empresas turísticas.

La capacidad de alojamiento es de 850 camas, con ocupación de hasta 70% en temporada alta. Turistas nacionales con alto poder adquisitivo dominan el mercado, realizando excursiones fluviales al Salto Ángel. Helicópteros privados realizan hasta ocho vuelos diarios sobre el Salto Ángel y Auyantepui, aterrizando a veces en la cumbre.

Estos aterrizajes en cumbres frágiles, según el informe de SOS Orinoco, plantean riesgos ecológicos, como la introducción de especies invasoras. También preocupa el aumento de turistas escalando el Auyantepui desde Kamarata, cuyo impacto no ha sido evaluado. La gestión de Inparques es casi inexistente, con guardaparques limitándose a recaudar cuotas.

Especies invasoras: la amenaza silenciosa y creciente
El informe de SOS Orinoco destaca que la introducción de especies no nativas en áreas protegidas amenaza la biodiversidad. Las especies invasoras pueden llevar a especies autóctonas a la extinción y alterar ecosistemas de forma irreversible. Hay evidencia de que causan un daño significativo a la biodiversidad nativa globalmente.

Explica asimismo que el riesgo depende de la capacidad de estas especies foráneas para adaptarse y reproducirse, extinguiendo especies locales. Pueden alterar profundamente la singularidad de los ecosistemas. Estos cambios son a menudo difíciles o imposibles de revertir.

Esta amenaza, según SOS Orinoco, suele pasar desapercibida para el público y administraciones con poca formación. O es tolerada irresponsablemente por funcionarios capacitados pero sin suficiente capacidad o ética. A pesar de su grave impacto, las evaluaciones de la UICN entre 2014 y 2020 no las mencionaron como amenaza para Canaima.

Reporta, de igual manera, que en Canaima, las especies invasoras han proliferado en la última década. Esto ocurre especialmente cerca de carreteras, pueblos, sitios turísticos y cumbres de tepuyes. Las especies exóticas invasoras potenciales o reales están asociadas a la presencia humana y el turismo.

Esto es más crítico en áreas frágiles como Pantepui. La cima de los tepuyes es un archipiélago biogeográfico frágil y único. Investigadores han alertado desde 2010, pero las autoridades no han actuado.

Minería, tala e incendios: viejas heridas que se profundizan
La minería en el Parque Nacional Canaima sigue expandiéndose, según el informe de SOS Orinoco. El monitoreo muestra un aumento de 122 hectáreas en 2000 a 1.582 hectáreas en 2023, un crecimiento de más de 1.300%. Esto empeoró tras la política del Arco Minero del Orinoco en 2016.

El reporte de SOS Orinoco actualiza la huella minera dentro del parque, que creció de 1.509 a 1.582 hectáreas desde su informe anterior. La zona de amortiguamiento no legal (10 km fuera de límites) se expandió de 1.350 a 1.440 hectáreas. Las autoridades no han tomado medidas coercitivas.

Según SOS Orinoco, entre 2022 y 2023 la expansión en la zona de amortiguamiento fue de 165 hectáreas. Dentro del parque, se identifican 5 nuevos sitios y 2 expansiones, sumando 129 emplazamientos. Una nueva mina preocupa cerca de Troncal 10 hacia Paraitepui.

El informe detalla que en la zona de amortiguamiento hay 24 nuevas explotaciones. Son de pequeña y mediana escala, de 0,4 a 29 hectáreas, afectando cursos de agua y pantanos de moriche.

La deforestación en Canaima también aumenta, particularmente a lo largo del río Caroní. Análisis satelitales muestran al menos 65 hectáreas perdidas entre 2000 y 2022 por minería. Se estiman pérdidas adicionales de 50 y 32 hectáreas en 2023 y 2024.

Más de la mitad de la pérdida total de bosque desde 2000 ocurrió después de 2015, coincidiendo con la política del Arco Minero del Orinoco. Entre marzo y mayo de 2024, incendios destruyeron unas 69.400 hectáreas, haciendo de Canaima una de las áreas más afectadas.

Estos incendios, típicos de la estación seca, se intensifican. Sin embargo, el informe de SOS Orinoco indica que las autoridades no aplican estrategias efectivas de prevención y control. Programas bien financiados y con recursos son fundamentales, responsabilidad de Inparques y otras entidades.

El Nacional

Acerca del autor

Foto del avatar

Redacción

Deja un comentario