El presidente electo Edmundo González Urrutia denunció el lunes ante Human Rights Watch —HRW— las graves violaciones de derechos humanos en Venezuela, con énfasis en el alarmante aumento de las desapariciones forzadas.
Durante una reunión con Juan Pappier, subdirector de la División de las Américas de HRW, y Tomás Arias, abogado del Comando con Venezuela, advirtió que esta práctica se ha convertido en un mecanismo de represión para silenciar a opositores, manifestantes, defensores de derechos humanos y periodistas.
Discutimos en profundidad el alarmante incremento de las desapariciones forzadas en los últimos meses, una táctica utilizada para reprimir y silenciar a la oposición y a la sociedad civil», señaló el líder opositor en X.
Señaló asimismo que estas desapariciones implican detenciones arbitrarias y períodos de incomunicación, lo que viola derechos fundamentales y fomenta un clima de impunidad en el país.
El presidente electo destacó la importancia del próximo informe de HRW, que documentará estos abusos, y reafirmó su compromiso de trabajar junto a organismos internacionales para denunciar estas violaciones y exigir justicia para las víctimas y sus familias.
«Seguiremos trabajando incansablemente, junto a organizaciones como Human Rights Watch, para denunciar estos abusos y buscar justicia para las víctimas y sus familias», afirmó González en la red social.
¿Qué dice el último informe de HRW sobre la crisis en Venezuela?
El último informe de Human Rights Watch concluyó que con la juramentación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela el 10 de enero se consolida el autoritarismo en el país. Juanita Goebertus, directora para las Américas de HRW, afirmó que el régimen intensificó la represión para mantenerse en el poder, cerró cualquier espacio para la disidencia y desconoce la voluntad popular.
«La toma de posesión de Maduro es el resultado final de una elección que desconoció abiertamente la voluntad del pueblo», señaló.
La organización sostiene que el proceso electoral del 28 de julio estuvo marcado por irregularidades desde el inicio.
El Consejo Nacional Electoral se negó a presentar las actas de escrutinio que respaldaran los resultados oficiales, mientras que observadores internacionales, incluidos expertos de Naciones Unidas y el Centro Carter, expresaron serias dudas sobre la legitimidad del proceso.
Según la información, los registros de la oposición indican que el verdadero ganador fue el candidato Edmundo González.
La publicación de los resultados desató protestas en varias ciudades, donde miles de venezolanos exigieron transparencia en el conteo de votos. Sin embargo, las fuerzas de seguridad y colectivos reprimieron con violencia las manifestaciones, dejando un saldo de al menos 23 personas asesinadas y decenas de detenciones arbitrarias, incluyendo a adolescentes.
El Nacional