Araure.- La vida nos da oportunidades maravillosas para amar. Entre tantas, la más sabrosa, natural y que nos sale a borbotones sin que queramos contener ni disimular es la del amor por los nietos.
En el Día del Abuelo, recordamos ese amor incontenible en el que estos seres vuelven a ser niños junto a ellos, regresando a su esencia para poder ponerse a su nivel de inocencia, ternura y hasta olvidarse de algunos preceptos para estar de su lado en momentos de rebeldía.
Para muchos que no tuvieron tiempo por las exigencias del día a día, el trabajo de muchas horas, estudios, disciplina y cargas económicas, es la segunda oportunidad que la vida les ofrece para darle a sus hijos -padres de esos maravillosos nietos-, abrazos, besos y la compañía que no pudieron entregar como quisieron durante su infancia.
El legado que ofrecen los abuelos a los niños no solo se basa en los afectos y las emociones. También es el don de saber trasmitir valores. Los abuelos pueden compartir retazos del pasado, de esos recuerdos familiares de otras generaciones que, a su vez, van a ayudar al niño a comprender mucho mejor el mundo y a sí mismo. Así, les dan raíces.
Los nietos son la continuidad de la vida de los abuelos, son la esperanza y la alegría en los años de ocaso, aunque los abuelos de hoy día son mucho más activos e independientes, lo que permite enriquecer la relación, ambos aprenden y, generacionalmente, se complementan.
Los abuelos son mágicos, nos salvan siempre de las situaciones dificiles, nos guardan comidas sabrosas y tienen los brazos más mullidos del mundo; sus ojos brillan al vernos y con ellos nos sentimos protegidos siempre.
Si el amor por los hijos es grande, espera a ser abuelo, aunque es un sentimiento que implica ser respetuoso con las decisiones de los padres y nunca debe sobrepasar su autoridad.
Debemos ser conscientes de que el tiempo que los hijos comparten con los abuelos va a ser limitado. La ley de vida, si es como debe ser, nos recuerda que los padres se irán antes que sus hijos. Así pues, fomenta siempre que puedas la relación de tus niños con tus padres. Haz que sus instantes sean siempre plácidos y enriquecedores. (CNP: 16.100)