Familiares de detenidos por las protestas poselectorales en el estado Anzoátegui protestaron la mañana de este miércoles 30 de octubre para exigir la revisión de los expedientes por parte de jueces y fiscales del Ministerio Público y retiren cargos como terrorismo.
En una concentración frente a la sede principal del MP, en el centro de Caracas, los familiares también solicitaron que las causas de cada uno de los detenidos –trasladados el 26 de septiembre a la cárcel de Yare III– sea individual y no colectiva, además de que se permita designar a un abogado de confianza.
«Con esto queremos, aparte de sensibilizar, queremos hacer un llamado a la reflexión, en la unión como país. Nosotros creemos en las instituciones», señaló Yuleima Ruiz, hermana de Edwin Ruiz, uno de los detenidos en la ciudad de Barcelona, estado Anzoátegui, el pasado 29 de julio.
Comentó que su hermano fue detenido cuando salió de su casa a defender a unas personas que estaban caceroleando en contra de los resultados de las presidenciales anunciados por el Consejo Nacional Electoral. «En la Constitución está contemplada la protesta pacífica. No es un delito agarrar una olla y tocarla».
Ruiz nunca ha podido ver el expediente de su hermano, de 51 años, y todo avance es a través de la defensora pública que se le impuso en la audiencia de presentación hace tres meses.
«Toda información es por Caracas en el tribunal. Hay muchas personas de bajos recursos que no cuentan como trasladarse hasta Caracas y no saben movilizarse en la ciudad», dijo.
También recordó que del estado Anzoátegui fueron trasladados 116 personas a la cárcel de Yare III. «Yo conversé con mi hermano y me hizo saber que ellos sí están recibiendo agua, les están dando comida, los están sacando a hacer actividades deportivas».
Por su parte, María Díaz cuestionó las declaraciones del canciller venezolano Yván Gil, quien aseguró que en Venezuela no hay presos políticos. Destacó la situación de su hijo Marco Antonio Villarroel, de 20 años, uno de los arrestados cuando estaba protestando.
«Desde la anterior visita, 15 días han pasado, y mi hijo sí ha desmejorado físicamente. Mi hijo es un muchacho que mide 1.90, siempre ha sido de contextura gruesa y esta vez sí lo vi más desmejorado. Él me dice que está fortalecido en Dios, la primera vez sí lloró porque teníamos más de mes y medio sin vernos. Esta vez fue yo la que lloré», comentó Díaz.
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