Han pasado siete meses desde que Roiner Peña, un joven estudiante de mecánica de aviación, fue detenido en las protestas poselectorales y recluido en la cárcel de Tocorón, en el estado Aragua. Su madre, Yuleici Romero, como muchas otras mujeres venezolanas, denunció este sábado, 8 de marzo, en la manifestación por el Día Internacional de la Mujer, las condiciones de reclusión en las que se encuentra su hijo.
«Nosotros no criamos a nuestros hijos para tenerlos en una cárcel; mi hijo es un muchacho estudiante de mecánica de aviación y estudiaba en Aeropostal, algo que no me lo está pagando el gobierno, yo con mi sudor, porque soy enfermera, trabajo particularmente para pagarle sus estudios», lamenta Romero, con la voz quebrada por el dolor en la manifestación que se realizó en la ciudad de Caracas e incluyó una movilización de cientos de mujeres venezolanas.
La detención de Roiner se suma a la de decenas de jóvenes arrestados en el contexto de manifestaciones políticas. Sus madres, organizadas en colectivos de defensa de los derechos humanos, han denunciado reiteradamente las condiciones inhumanas en las que se encuentran sus hijos y la falta de un debido proceso judicial.
«¿Por qué tengo que tener a mi hijo en una cárcel, no lo traje al mundo a eso… por favor devuélvanles la libertad a nuestros muchachos. ¿Cuándo ustedes hablan de paz a qué se refieren? ¿Qué es la paz para ustedes? Porque nosotras no tenemos paz», expresó Romero, quien cada semana viaja desde La Guaira hasta Maracay para ver a su hijo tras las rejas.
Madres de presos políticos exigen su liberación
Las denuncias de las madres de los presos políticos se han intensificado en los últimos meses. Han expuesto que muchos de los detenidos han sido víctimas de maltratos, falta de atención médica y condiciones precarias de alimentación.
«Con este salario, que muchas no tenemos porque perdimos hasta el trabajo, estamos aquí viendo el día a día cómo solventamos para ir desde, en mi caso, desde La Guaira hasta Maracay, para que no le den una comida que no es digna porque no se la pueden ni llevar», relató Romero en un video que compartió la organización no gubernamental Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos.
Las restricciones impuestas en las cárceles dificultan que los presos reciban alimentos y medicinas de sus familiares. «Se tienen que comer todo lo que los lleven porque no se las puedan llevar a su celda. Señores ¿Dónde está la humanidad de la gente? ¿Dónde está?», se preguntó Romero con impotencia.
Los familiares de los presos políticos han llevado sus reclamos a organismos internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y las Naciones Unidas, solicitando la intervención de la comunidad internacional ante lo que consideran un patrón de persecución política y criminalización de la protesta, que instancias como la Misión Internacional Independiente de Determinación de Hechos sobre Venezuela de la ONU han documentado.
Madres no cesan la lucha
En Venezuela, las organizaciones de derechos humanos también registran cientos de casos similares al de Roiner Peña, donde a jóvenes manifestantes los detuvieron arbitrariamente después de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 y los sometieron a procesos judiciales sin garantías. «Ya basta de tanta maldad… ya son siete meses», exclamó Romero, visiblemente afectada.
Mientras tanto, las madres continúan exigiendo justicia. A pesar del miedo, la represión y la crisis económica que las golpea, no cesan en su lucha. «Con lágrimas en los ojos se los suplico, devuelvan a nuestros familiares por favor», rogó este 8 de marzo Yuleici Romero, en nombre de todas las madres que claman por la libertad de sus hijos.
De acuerdo con la ONG Foro Penal, en el país hay 1.061 personas detenidas arbitrariamente en Venezuela por motivos políticos, entre ellas 121 mujeres.
Efecto Cocuyo