Nuestra Gente Principales

Carmen Alicia Gómez: 44 años ejerciendo exitosamente la arquitectura y el paisajismo 

Foto del avatar
Escrito por Beatriz Quintana

Araure.- Muchas de las obras civiles emblemáticas de Acarigua y Araure, fueron diseñadas por una de las más creativas profesionales portugueseñas de la arquitectura. De tan acostumbrados a verlas, poco nos detenemos a pensar sobre esta manifestación cultural que marca la imagen de las pueblos y sus épocas florecientes y quiénes son los que diseñan, crean y construyen los edificios y urbanismos que conforman, con el paso del tiempo, lo que vamos llamando la ciudad.

La inclinación de Carmen Alicia Gómez Angarita, por el arte en todas sus manifestaciones es innata y muy particular, porque es parte de una familia donde hay preferencia por las ciencias de la salud. Es la cuarta hija del reconocido oftalmólogo Félix Gómez Román y de doña Carmen Angarita de Gómez.

Importantes edificaciones que albergan las más representativas empresas agroindustriales de la región forman parte de sus obras, entre ellas, las sedes de Asoportuguesa, Anca, Oleica, y el paisajismo del área deportiva y social de Iancarina, entre otras.

Le sobran, elegancia y cualidades espirituales, y tiene una personalidad dulce, transparente y tranquila. Cultiva sus amistades con tal cuidado que aún conserva las que nacieron en su época de liceísta, por lo que es muy apreciada y respetada por todos.

Se graduó de arquitecto en la Universidad Central de Venezuela (UCV), hace 44 años y ha seguido especializándose en Diseño de Edificaciones Médicoasistenciales y Arquitectura Paisajística.

Carmen Alicia también tiene un gran talento musical: desde muy joven canta y toca guitarra, al punto de que sus mejores amigas le llamaban la «Janis Joplin araureña», por su afición al rock, al pop y al jazz, este último, uno de los géneros que mejor interpreta.

Su exitosa experiencia profesional se ha desarrollado, sobre todo, en el sector privado, aunque por un corto período fue asesora del Departamento de Planificación y Control Urbano de la Alcaldía de Araure, durante la administración de Rafael «Chato» Vásquez.

Ha recibido el reconocimiento de la institución municipal y de las privadas, pero sabiamente indicó: «el mejor premio y reconocimiento me lo doy yo misma todos los días; amándote, respetándome y agradeciendo a la vida».

Formó una familia hermosa hace 42 años con Víctor Julio Venegas y tiene dos maravillosas hijas, María Alicia y Manuela, (ambas comunicadoras sociales) y agregó orgullosa: «tengo el nieto más soñado del universo, Adrián».

Siempre con un proyecto en mente, ahora también diseña pijamas de una marca propia.

Turenense

Carmen Alicia nació en Turén, estado Portuguesa, en una clínica que su papá había fundado allí.

«Mi niñez fue muy feliz. Yo soy la penúltima de cinco hermanos. Fui una niña alegre y revoltosa, a quien le gustaban más los juegos de varón, que de niña. De mi juventud, tengo excelentes recuerdos. Teníamos un grupo en el liceo con quien todavía tengo contacto. De esa época, tengo muy buenas amistades y mis mejores amigas», expresó.

Estudió el bachillerato en el Liceo José Antonio Páez y fue una chica muy popular, ya que tocaba la guitarra y cantaba.

«Siempre tuve inclinación por las expresiones artísticas y era una lectora voraz. A veces soñaba con ser cantante, otras una pianista, aunque nunca aprendí a tocar el piano. En mi juventud hicieron la película «Jesucristo Superestrella» y yo quedé fascinada cuando la vi, me la aprendí de memoria, era una opera rock y gracias a eso me enamoré, aún más, de la música.

A pesar de disfrutar tanto ese talento, decidió estudiar arquitectura, otra faceta descubierta muy temprano en el bachillerato cuando cursó Educación Artística.

«En Historia del Arte se veía un pequeño compendio de la arquitectura universal. Me pareció maravilloso cómo pudieron en la antigüedad hacer esas obras magníficas, sin recursos tecnológicos», indicó.

En esa época, tuvo muchos personajes a quienes seguía y admiraba, dependiendo del interés que tuviera en ese momento, pero —afirmo— «obviamente mis guías en todo momento fueron mis padres».

«Me gustaba cantar y tocar guitarra, y seguí haciéndolo. Cuando entré a la Universidad Central de Venezuela, quise hacer los trámites para audicionar y cantar en el Orfeón Universitario, pero hubo la tragedia de Las Azores, donde fallecieron todos los integrantes del orfeón y eso quedó suspendido por un tiempo», explicó.

Recientemente, también formó parte del Coro Sinfónico de los Llanos del Sistema Nacional de Coros y Orquestas de Venezuela, y con alguna frecuencia canta en reuniones de amigos, con su voz suave y cadenciosa, con la que suele deleitarlos, entonando bossa nova y jazz.

Obras

Después de más de cuatro décadas dedicada al dibujo arquitectónico y al paisajismo de muchísimas edificaciones, podemos resaltar a nivel institucional: El Colegio Los Caminos, en colaboración con el arquitecto Alvaro Zambrano, la sede de Asoportuguesa en Araure, de Oleica y de Anca, (aunque ese proyecto tuvo después algunas modificaciones) —aclaró—, y el diseño paisajístico del área deportiva y social de Iancarina.

A nivel privado también diseñó edificaciones residenciales y comerciales como la urbanización Villas del Sol (Teica) y el Conjunto Residencial de cinco casas dentro de la urbanización La Pradera, por encargo del ingeniero Fernando Oliveira.

«La arquitectura me encanta y pudiera definirla como los espacios hechos por el hombre, que albergan todas las actividades humanas. ¡Eso es maravilloso! La arquitectura es lo que le da cobijo al ser humano, desde que nace hasta que muere», afirmó.

Abuela activa

Hace varios años comenzó a ser consciente del cuidado de su salud tanto física, mental y espiritual, a través del ejercicio físico y la buena alimentación para llegar a una edad avanzada en buenas condiciones.

«Para mí es igual de importante la salud mental. Por eso, practico casi a diario la meditación y cultivo los pensamientos positivos, el mindfulness, hago yoga y pilates para tratar de mantenerme saludable en todo sentido, y trato de observar y gestionar positivamente mis emociones», acotó.

Ella está decidida a seguir activa hasta que le toque partir a otro plano. Es una mujer realizada, una abuela de estos tiempos que no concibe su vida sin su trabajo, su vida social con sus amigos y sus actividades para mantener la salud.

«Con los años me he vuelto más espiritual, que no religiosa. No me gustan los dogmas que imponen las religiones; mi comunicación es directa con Dios, sin intermediarios», agregó.

Sigue creando

Como amante del arte, del diseño y siempre cuidadosa de la elegancia al vestir, desde hace algunos meses ha logrado llevar a cabo un emprendimiento en sociedad con la arquitecto Olga Gutiérrez.

«Tenemos una empresa de confección de pijamas. Nuestra marca se llama ‘Kashi’, que significa ‘luna’ en dialecto wayunaiki. La creación de las pijamas también involucra diseño y, más adelante, seguiremos con una línea de accesorios relacionada con el descanso y el relax», informó.

A la pregunta de si está pensando en el retiro como arquitecto, respondió un absoluto y rotundo “no”.

«Todavía a mis 67 años, hay mucha tela que cortar y camino que recorrer. Los sueños e ilusiones hay que mantenerlos vivos hasta que nos toque irnos de este plano», reiteró.(CNP 16.100)

Acerca del autor

Foto del avatar

Beatriz Quintana

Deja un comentario