Acarigua.-La naturaleza se encarga de darnos dones a todos. Muchos creerán que no tienen ninguno, pero pueden brotar hasta en las vidas más sencillas, porque estos no son aprendidos, sino que vienen en nuestros genes. Pueden ser descubiertos, fortalecidos, redireccionados y elevados, pero ese que es tuyo, brilla solo con tu voluntad y fuerza interior.
Eso sucede con el talento de Benjamin Ramón Arenas, para tallar la madera y pintar, dándole formas diversas para transformarla en arte que el llama “pintoescultura”. Es su don, un talento que surgió en su niñez cuando jugaba con los colores, aún después de haber abandonado los estudios a los 12 años.
Pero a un pintor, nada se le escapa, nada. Si sus inquietas manos quieren trabajar cualquier cosa puede ser un lienzo, e intervenir peroles cotidianos, franelas, tablas y lienzos para transformarlo más que un objeto decorativo, en uno de valor artístico.
Benjamín es un hombre peculiar, bohemio, llamativo, muy apreciado por la comunidad de artesanos y pintores de Acarigua-Araure. Recientemente, fue homenajeado por la también artista plástica Edda de Zamudio, en su Galería Edzamor, donde realizó una exposición para la que se esmeró durante las últimas semanas.
Benjamin Ramón Arenas, talla madera y pinta
Su obra ha sido premiada en múltiples ocasiones y entre sus reconocimientos más importantes está el primer lugar en el extinto Salón Rafael Calvo (Barinas), gran premio de la 1.° Bienal de Artes Visuales de Barinas (Unellez) y único artista plástico en ganar en 3 oportunidades el primer premio Salón Nacional de Arte Ciudad de Guanare.
Asimismo, recibió mención honorífica en el Salón de Arte «Héctor Rojas Meza» (Cabudare, estado Lara) y en la Bienal de Coro (Falcón), entre otros.
«Tengo ya 40 años dedicados a las artes plásticas», dijo con gran satisfacción.
Sus obras están exhibidas en el Museo de Arte Acarigua-Araure, el Instituto de la Imagen y el Espacio en Caracas, el Instituto de Cultura del Estado Portuguesa (Icep), el Concejo Regional de Cultura de Lara, entre otras instituciones, además de las colecciones privadas en Estados Unidos, Chile, España, Colombia, México e Italia.
Su niñez
Nació en Araure y su infancia transcurrió en la calle 22 con calle 8 y sus alrededores. Debido a que su madre trabaja fuera de la ciudad, fue criado por su abuela paterna y sus tías.
“Mi mamá me dejó en custodia mientras ella trabajaba en fincas. Me dieron los estudios pero los abandoné a los 12 años, cuando descubro el arte. Desde esa edad empecé a pintar franelas y pancartas», por puro gusto, quizá siguiendo los pasos de su tío Benjamín Pagua, que hacia algunas cosas en madera, según indicó.
-Mi tía Mary Mujica, mientras estuve con ella, me decía que no saliera del cuarto hasta que no terminara la tarea y, cuando la hacía, me dedicaba a dibujar suplementos de la época y descubrí que se me hacía fácil. Estudiando tercer grado, tenía curiosidad por el dibujo, puesto que intercambiaba crucigramas que yo hacía, por dibujos que realizaba un compañero llamado Gustavo González», comentó.
Fue el artista plástico guanareño Pastor García, su mentor y a quien Arenas agradece profundamente sus enseñanzas.
En sus comienzos, el artista pintaba y exponía sus obras en plazas y vías públicas, como suelen trabajar los artesanos, hasta que conoció a José Bladimir Tuta Castillo y Honey Mora.
«Vieron mi trabajo y me invitaron a exponer, por primera vez, con el Movimiento de Artistas Plásticos Acarigua-Araure. A ellos, a Víctor Asuaje y José Jiménez, agradezco haberme involucrado. Expuse en marzo de 1984 en el bulevar San Roque. Luego, en octubre de ese mismo año, mostré mi obra en el Centro Social Luso Venezolano. Más tarde, fundamos el Taller Experimental Artistas Araure (Arar) y expuse, en una muestra colectiva, en el salón de sesiones del Concejo Municipal de Araure en el año 1985», agregó.
La soledad, su aliada
El trabajo del pintor es solitario por muchas razones. Tal vez como el escritor, requiere espacio propio, concentración para escuchar su corazón y las ideas más recónditas de su ser.
Por eso, se encierra por temporadas a desarrollar su obra artesanal. “Eso me crea estados psicológicos encontrados, pero para mí es muy necesario el claustro”. Algo así como buscar la oscuridad para poder encontrar la luz.
«En mi búsqueda de identidad artística y espiritual, me conseguí muchos pintores, educadores, teatreros, psicólogos, gnósticos, amigos y amigas, que me guiaron y permitieron que desarrollara mi alma de artista. Por lo tanto, me nutro de lo espiritual, lo intelectual, de los viajes. Si no tengo ese entorno, lo creo, porque donde vivo, no lo tengo», explicó Arenas.
Su obra y reconocimientos
«Tengo muchas influencias de la nueva figuración latinoamericana y de la geometría sagrada. Con eso construyó mi discurso estético. Trabajo medios mixtos: esgrafiado, talla de madera, collage de tela intervenida, remanchado y ensamblaje. En el caso de lo artesanal trabajo una propuesta que llamo ‘pintoescultura’», detalló.
Aunque para un artista los premios importan menos que la admiración auténtica de su obra, Benjamín reconoce su validez a la hora de demostrar su trabajo en una galería o concurso.
Los premios son importantes –afirma–, para el currículum de un artista y más cuando eres de la provincia Sí, he tenido varios a nivel nacional que avalan mi trabajo y la técnica que aplicó para crear.
Pero más allá de toda la formalidad es en la belleza, la armonía de formas y colores en su propuesta tan particular, que Arenas recoge la admiración del público, que busca, admira y adquiere su obra. Las nuevas generaciones de artistas, también lo siguen y quieren aprender de su ingenio, su inspiración y estilo muy particular.
Homenajeado por la también artista plástica Edda de Zamudio, en su Galería Edzamor
«Tengo sexto grado de instrucción, pero aún así, di clases de dibujo en la Casa de la Cultura de Píritu. He dictado talleres en algunas comunidades con la Prof. Ivanna Catarrosi y eso permitió desarrollar una guía y taller de Lineamientos Pedagógicos para la Enseñanza Artística, con la que me confirieron el título de maestro honorario de la Universidad Nacional de las Artes (Unearte)», agregó.
Arenas ha realizado varias exposiciones individuales: en Guanare, el Concejo Municipal de Araure, la Casa de la Poesía de Acarigua, la Fundación Red de Arte en Coro y, las más recientes, en Unearte y la Alianza Francesa en Caracas, en Sur Academia de Artes y en Galería de Arte y Antigüedades «Edzamor».
«Los espacios para exponer son pocos para los artistas plásticos que hacemos vida en Acarigua-Araure. La experiencia en este tipo de exposiciones individuales siempre es hermosa, se realiza uno como artista, más cuando coincides con personas que te apoyan, entre esos: Manuel Pérez Rojas, Edda de Zamudio y mi esposa Cecilia Carrasco en estos dos últimos proyectos. Mucho antes, también recibí el apoyo de Alí Cordero Casal, presidente de la Fundación Museo de Arte Acarigua-Araure y del Fondo Americano Venezolano para las Artes (Vaea).
Sus proyectos
«Seguir desarrollando mi obra plástica para realizar otra exposición individual el próximo año y también un exposición dual fuera del país en el área artesanal. Después de eso, me daré una pausa para tomar otro impulso y seguir haciendo arte», acotó. (CNP 16.100)
