Araure.- ¿Cuál es el método para estar siempre sonriente? ¿Cómo podemos ser positivos, aún cuando no todo va bien? ¿Qué hacer para no rendirnos, confiar y volver a invertir en Venezuela una, otra y otra vez? ¿Qué se siente nacer al otro lado del mundo y sentirse más venezolano que la arepa?
A todas estas preguntas responderá nuestro entrevistado de este domingo, Jen Huang, un joven empresario, nacido en Taiwán, pero que dice estar “sembrado en Portuguesa” y lo demuestra quedándose, confiando en su gente, invirtiendo y creando empleos, con un entusiasmo que contagia.

Con sus padres Luna, Huang y el periodista Eduardo Rodríguez Giolitti.
Junto a sus padres llegó desde su país natal cuando tenía 11 años y rápidamente se integró a la cultura llanera, aprendió el idioma con los amigos del colegio y comenzó a trabajar para poder estabilizar la precaria economía familiar.
Por saber lo que significa perderlo todo, emigrar a otro nación, donde eres tan diferente y no sabes hablar castellano, Jen comprende, exactamente, la experiencia que estamos viviendo muchos venezolanos en el mundo.
No le ha tocado fácil. Ha trabajado desde muy joven y en Araure ha sido cofundador de negocios como La Afinidad Spa, Greenlounge, Vital Soy, Granero Producciones y la empresa BestOcean HK, que fue empresa “trading” de asfalto de venezuela para Taiwán.

El equipo de Granero Producciones, con las periodistas María José Aguilar y María Luisa Martínez.
Jen puede irse, si quisiera, a cualquier parte del mundo o a su país, pero él va a Taiwán a hablar de Venezuela, a decir lo maravilloso que es el país donde vive y a ondear la bandera tricolor como un manto mágico, agradecido y orgullosamente portugueseño.
“En Taiwán hablando de dónde vengo…Venezuela”.
Comenzó a invertir en Portuguesa en el año de mayores dificultades económicas, 2017.
-Estábamos pasando por una época difícil. Tenía a mi hijo recién nacido y, para mí, separarme de la familia nunca fue una opción. Así que decidí emprender desde Acarigua-Acarigua. En ese entonces, la visita de Valentina Quintero despertó en mí un sentimiento de arraigo y decidí quedarme “sembrado” en esta tierra.
De Taiwán a Venezuela
“Mi nombre completo es Jen Huang. ‘Jen’ en mandarín significa benevolencia (仁), una virtud importante en el confucianismo. Creo que mis padres querían que yo encarnara esa cualidad”, comenzó diciendo. También se le conoce como Daniel; muchos orientales adoptan un nombre occidental como una manera de integrarse.
Su historia inicia en 1987, año de su nacimiento, en un pueblo agrícola del sur de Taiwán. Cuando era pequeño, su abuelo quedó en estado vegetativo, lo que hizo que sus padres gastaran todos sus ahorros e, inclusive, se endeudaran para cubrir sus gastos médicos.
“Por eso, recuerdo que mi infancia fue un tiempo de mucha estrechez económica y, por lo tanto, también con muy poca compañía de mis padres debido a sus compromisos laborales. Realmente fue decisión de ellos venir a Venezuela y a Portuguesa. Lo que recuerdo de mi infancia es que se enamoraron del paisaje entre Barquisimeto y Acarigua y se conectaron con esta tierra llanera”, relató.
Y él ha permanecido entre nosotros, creando empresas y formando una hermosa familia con dos hijos venezolanos, algo que lo llena de gran orgullo y que suele manifestar con frecuencia.
-Tengo casi 30 años en Venezuela y sueño con tener un pasaporte venezolano algún día. ¡Ser un venezolano auténtico! Mis hijos lo lograron antes que yo; ellos sí son venezolanos de verdad y de nacimiento.
“Quizás mucha gente no ve la preciosidad de pertenecer a una patria. ¡Eso es un tesoro y hay que valorarlo! Soy de origen taiwanés y actualmente Taiwán, a nivel internacional, aún tiene discrepancias sobre su identidad. Por eso sé y valoro lo importante que es tener una nacionalidad auténtica”, añadió.

Viaja a Taiwán como representante de marcas y empresas venezolanas.
“Soy inmigrante y venezolano de corazón”
“Venezuela me recibió con mucha gentileza, calidez y humor. ¡Los venezolanos son muy carismáticos para recibir a los extranjeros! Ven las cosas con alegría y hasta con bromas en cada respuesta”, añadió, encantado de vivir entre nosotros.
A Jen siempre se le ve optimista y sonriente, pero sabemos que ha arriesgado dinero y muchas veces lo ha perdido en negocios que no han prosperado.
“Me gradué en Administración de Empresas en el Iutep, que ahora es el politécnico Uptp. Personalmente, creo que mi mejor escuela profesional fue la pasantía que hice en Llano Petrol y luego trabajar con el Ing. Marcos Pérez y el Dr. Armando Almada, quienes fueron mis tutores empresariales”, dijo agradecido.
También es un gran fotografo, de gran sensibilidad artística para captar belleza donde otros ven figuras ordinarias. Le gusta la cocina y es, ademas, un extraordinario orador, con un español fluido y correcto; sabe expresar sus pensamientos con estética y emoción sincera e inspiradora.
Le apasiona la producción audiovisual, por lo que fue parte del equipo de producción de la película filmada en Acarigua, “La sombra del sol”.

Le apasiona la producción audiovisual, aquí con el equipo del film ‘La sombra del sol’.
En 2016, antes de su primera inversión en Acarigua, fue contratado como asesor empresarial por una empresa estética, que tiene más de 15 sucursales en China.
Empezó sus emprendimientos en 2017, quizá el año de mas dificultades económicas en Venezuela, de largas colas por el desabastecimiento, falta de efectivo y mucha desilusión.
Él alguna vez escuchó una frase que contiene gran sabiduría y que dice: “En tiempos de tempestad, fracasar es algo común; si aún persistes, ¡ya eres exitoso!”. Por lo tanto, la repite y la practica.
Entonces, ¿cuál es el método de Jen para salir airoso de las experiencias no favorables?
“Siempre reflexiono y reviso si el servicio o producto tendrá gente que esté dispuesta a pagar por él. Si ya no está agregando valor, haga lo que haga, no tendrá sentido seguir. La pregunta clave no es si va bien o no, sino si estoy aportando valor. El negocio se trata de eso, de sumar”, expresó.
Portuguesa, la elegida
“Elegí quedarme en Acarigua-Araure porque siento que estas ciudades me ha dado mucho. Crecí, aprendí y formé mi familia aquí. Considero que puedo aportar grandes valores a esta ciudad para retribuirle todo lo que me ha dado”.
Si hablamos de esas personas especiales que han estado a su lado en todo momento, no duda en responder.
-¡Por supuesto, mi familia! Son ellos quienes me han dado la fuerza y me han acompañado en todos los momentos.
Gracias a la vida
“A pesar de las dificultades que muchos mencionan, yo las veo como oportunidades para aprender y crecer. He leído historias de muchísimas personas exitosas que también crecieron en situaciones complicadas, y eso me inspira. ¡Por eso, le doy gracias a Dios por esta oportunidad!”, expresó.
Indudablemente, como oriental, su vida viene cargada de una sabiduría ancestral, cultivada y transmitida a través de su cultura. Por eso, con absoluta seguridad afirma:
-Si pudiera cambiar algo, sería…¡nada! Creo que cada evento en la vida es como una telaraña y cambiar un solo hilo cambia todo. Así que estoy contento con lo que tengo y no lo cambiaría por nada del mundo.
Actualidad
Huang fue por más de 10 años comprador internacional de productos asfálticos. Su proveedor fue Cindu de Venezuela y hace casi cuatro años la gerencia de esta empresa, viendo su potencial, le cedió la distribución para el estado Portuguesa.

“¡No lo dudé ni un segundo! Fue una bendición poder representar a esta prestigiosa marca en la zona. Además, también represento a Hikvision —una marca de tecnología en seguridad reconocida a nivel mundial— en la comercialización de la zona centroccidental del país”, comentó.
“En cuanto a mis sueños y ambiciones para el futuro, espero que todo lo que he sembrado en Venezuela dé frutos. Demostrar que valió la pena quedarme aquí y seguir trabajando por este país”, afirmó. (CNP 16.100)


