Acarigua.- La larga y respetada experiencia de José Antonio Cárdenas, primero como Disc jockey o DJ y luego como empresario y técnico de sonido e iluminación profesional para eventos, le ha dado un respaldo único, sin más marketing que su sola presencia en la mayoría de los eventos locales.
Tan ocupado ha estado que tuvimos que esperar por él más de dos meses, hasta que pasara el carrusel de fiestas de fin de año escolar y el inicio de las vacaciones.
Un sonidista es un músico por excelencia, que tiene sobre sus hombros el éxito o fracaso de un evento, sobre todo si hay cantantes. Su oído y capacidad de afinación deben ser casi perfectas, porque el sonido y la selección musical, son los elementos más importante en una fiesta. Es la energía vital que hace que nos levantemos de las sillas y digamos ¡la noche estuvo buenísima!
Cárdenas tiene ya 37 años en ese oficio de DJ que comenzaron otros miembros de su familia y en el que se fue introduciendo, de a poco, a los 13 años, hasta que comenzó a competir no solo en Acarigua, sino también a nivel nacional.
Es de una personalidad tan apacible que cuesta imaginarlo sumergido en la vorágine de las grandes «Guerras de Minitecas», de los años 70′ 80′ y 90, en pleno furor del rock y el disco music, con el pelo largo, el torso desnudo y las energías juveniles sin freno, pero sí, ahí estuvo, lo disfrutó a plenitud y fue nueve veces campeón nacional en diferentes estados de Venezuela.
Hoy en día, siempre centrado en su trabajo, es uno de los profesionales más solicitados de la región, no solo para amenizar eventos sino también como maestro de jóvenes interesados en iniciarse en el atractivo y difícil arte de crear ambiente, de mezclar, y saber determinar si tu música está dando el resultado esperado o no.
¿Qué hace a un buen DJ? «Definitivamente su sentido de percepción, ser muy visual y muy acústico, casi una ‘antena’ para rastrear lo que el público prefiere, estar a la vanguardia tecnológica, de la discografía, investigar y presentar siempre nuevos temas», indicó.
El origen
José Antonio Cárdenas nació en Acarigua en 1971, estudió en el Grupo Escolar Palacio Fajardo y el Liceo José Antonio Páez. Comenzó a conocer el oficio a manera de premio, por salir bien en los estudios cuando apenas tenía 13 años. Lo asumió como un hobby y luego como parte de su vida, hasta el día de hoy.
«En la época de las grandes bailantas, la gente se divertía con música de las grandes orquestas, La Billo’s Caracas Boys, Los Melódicos, La Fania, Oscar De León; la gente iba a bailar», afirmó.
Recordó también el famoso «Baile de las debutantes», que reunía a 15 jóvenes para ser presentadas en sociedad, uno de los más grandiosos eventos de Acarigua-Araure, que era el sueño de todo DJ y él logró a los 17 años.
«Es uno de mis grandes recuerdos, fui a mezclar en una de esas fiestas memorables, en que disfrutaban juntos, los padres y las hijas».
Del acetato en adelante
Comenzó a mezclar con discos de acetato de 33 y 45 revoluciones, con platos MK, que se adaptaban a la velocidad de cada disco.
«Trasladar y compilar los discos era una tarea ardua. Cada mes, salíamos a buscar a las tiendas de disco el nuevo material, los clasificaba, por tipo de música, por mezcla, y de un disco podía hacer sonar solo un tema. Se necesitaba una camioneta para llevar las decenas de «polleras» (gaveras) donde organizábamos el material discográfico», explicó el DJ.
Aunque esto sea parte de la historia, no es menos cierto que la experiencia de «pinchar” vinilos y acetatos sigue siendo hoy en día repetida, como parte de un show que fusiona el clásico «modus operandi» con las nuevas tecnologías, logrando efectos de sonido únicos de cada DJ.
«Yo grababa, practicaba y hacia mis listas antes de ir a trabajar. En los años 80′ y 90′ hubo un boom con los artistas nacionales y era lo que se escuchaba en las fiestas: Ilan Chester, Ricardo Montaner, Karina, Kiara, Guillermo Dávila, Pentagono, Tempo, Melisa, y los clásicos en inglés. Era un recorrido musical: desde las chatarritas, al new age, el pop y, luego, a la salsa, el disco music y finalmente los nacionales», relató con nostalgia.
– La bola de espejos en el centro del salón de baile era la protagonista. La iluminación con luz blanca y a esos faros se les ponían filtros gelatinosos para lograr colores y efectos decorativos, cuenta Cárdenas.
Ya en sus 30 años, fue DJ en algunas de las más famosas discotecas de la ciudad, la tecnología había evolucionado hacia el CD y el minidisc, el cargamento de discos se había reducido considerablemente en tamaño.
Un cambio no tan favorable
La pesada carga de discos fue cambiada por computadoras y softwares de sonidos, con CD primero y, luego, con flash USB o tarjetas SD, durante el nuevo siglo.
«Fue impresionante ese cambio, y al principio no lo aceptaba. De algún modo, los DJ nos sentíamos amenazados, porque ya no se sentía la euforia de mezclar. Cuando dicto cursos, los chamos que se inician se pueden dar cuenta de lo que hablo. La experiencia del acetato es única, por eso nunca pasará de moda. Los efectos especiales se hacían con 2 o 3 discos. Fue en los 80′ cuando comenzó a cambiar.
Hoy en día se usa VPM y la mezcla es automática, mientras que nosotros lo hacíamos por oído, de forma manual y con una muy buena memoria», comentó el experimentado DJ.
Internarse en la jungla de una disquera, era también una experiencia única en tiendas físicas. Buscar por la carátula porque solo podías escuchar el disco en casa y a veces solo había una canción buena.
«Caracas era ‘La Meca’ de la música y los del interior íbamos a comprar y a ponernos al día, con lo último sobre cantantes y tecnología. Actualmente, tenemos todo a la disposición en el mundo virtual», dijo.
El reto
El DJ -dijo- es quien tiene la experiencia y conoce las tendencias musicales. En un evento se distinguen dos grupos. Uno que se divierte sin importar lo que esté sonando, “los bochincheros», y los rezagados que esperan algo especial. Son mi reto; aquellos que tengo que estimular a fuerza de cambiar la música, hasta lograr que se integren con el resto.
Las contrataciones son por las redes sociales, @djsaccion. Está presente en fiestas de 15 años durante todo el año, fin de curso, eventos deportivos, sociales, culturales y, sobre todo, corporativos, adaptándose a los nuevos escenarios económicos y de estilo personal.
«La música forma parte de mi vida desde que estaba en las competencias, ahora reflexiono y soy consciente de lo importante que es el apoyo. Yo no lo tuve de nadie, nunca tuve patrocinantes en mis inicios, por eso yo estoy siempre dispuesto a enseñar y apoyar a las generaciones de relevo”, confesó.
Cárdenas dirige hoy su propia empresa con gran éxito y aspira seguir apoyando y enseñando, pero también tiene la meta de crear un lugar apropiado para adultos contemporáneos, donde se pueda bailar y disfrutar la música «yesterday», mezclar y seguir disfrutando lo que le gusta.