Acarigua.- Libertad, ritmo, alegría y optimismo irradia José Ricardo Troconis Jiménez, un joven percusionista araureño, que destaca por su talento musical y su personalidad.
«La música nació conmigo. Cuando tenía 3 añitos yo sacaba las ollas y los sartenes de la cocina, armaba una especie de batería y empezaba a tocar».
Lo había visto en diversos eventos y escuchado tocar con habilidad y pasión ya fuera jazz, bolero, flamenco o ritmos urbanos, muy concentrado en hacer su trabajo, pero siempre disfrutando. Los mensajes de su cuenta de Instagram (@eltroco_) en los que siempre comunica superación, escribiendo por ejemplo: «la vida te pone obstáculos, pero los límites los pones tú», me hicieron querer conocerle más.
Nació con una condición llamada acondroplasia, que impide el crecimiento óseo y el cambio normal de los cartílagos, especialmente en brazos y piernas. Ser más pequeño, es quizá su mayor estímulo para triunfar en la vida, sobre cualquier condicionamiento social (al que todos estamos expuestos), pero que unos superan y deciden ser felices y otros simplemente se quedan a rumiar sus penas, reales y ficticias.
-He tenido una vida normal. Gracias a Dios mi condición nunca me ha afectado, ¡al contrario!, ¡le he sacado provecho! Pienso que todo se basa en la personalidad y la seguridad de cada persona. Muchas, solo son inseguras de sí mismas y por eso se crean ese tipo de estigmas sociales. ¡Yo me siento seguro de mí mismo!, afirmó.
Troconis, que se inició en el Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, núcleo Araure, y perteneció al Ensamble de Percusión de los Llanos, es uno de los músicos más solicitados por bandas y agrupaciones locales, no solo por su versatilidad, sino también por su nivel profesional.
Actualmente, pertenece a La Funky Fiesta, donde hacen tributo a la banda venezolana Rawayana.
No fue diferente
Nació en Araure, el 25 de septiembre del 1998, y cuenta que su infancia fue una etapa que disfrutó.
«En la escuela empezó a estar mas presente la música, me gustaba participar en los parrandones para tocar la tambora, pero también lo hacía para salir de clases un rato. En bachillerato armaba un pequeño grupo con mis amigos, tocábamos en las mesas y siempre me llamaban la atención, ¡a mí y a mi representante!».
-La palabra bullying para mí no significa nada. Siento que tu personalidad lo es todo, porque siempre existen los bromistas, pero la cosa está en que tú te dejes. Con mis compañeros siempre hubo bromas, lo normal, pero todo tenía un límite, siempre. Nunca me ha afectado alguna broma o algo así por el estilo, aseguró.
Aprendió solo
Troconis, que descubrió su pasión por el sonido de la percusión en los primeros años, cuenta que aprendió a tocar batería solo. «Nunca hubo alguien que me haya dicho cómo tocar los ritmos. Todo fue empírico».
Sus padres notaron su talento y le instaron para que se inscribiera en «El Sistema» y —dice— ahí comenzó a tornarse en algo más serio.
«La parte teórica y formal de la música la conseguí en la orquesta. Ahí aprendí muchísimo, tanto en Araure, como en el Ensamble de Percusión, en Guanare, con el maestro Acuarius Zambrano y, actualmente, estoy estudiando Producción Musical», dijo.
Si algo ha sembrado «El Sistema», es precisamente que la música, además de ser un lenguaje universal, es aplicado como una estrategia inclusiva, donde se derriba cualquier diferencia. Solo importa la educación, el disfrute y el talento de los niños.
Nos repite una frase que aprendió en el Ensamble de Percusión de Los Llanos y que ha internalizado: “Se habla tocando” y no hay nada más cierto que eso.
-Hay músicos que se desenvuelven mejor en público tocando un instrumento que hablando. La música te puede ayudar para cualquier cosa, puedes drenar felicidad, como rabia o tristeza, y no significa que sea malo, al contrario, siempre te hará sentir mejor. Para mí ha sido así, tal cual, sobre todo en los momentos de incomodidad. Me siento frente a mi instrumento y me olvido de todo. Es como tener un psicólogo», dice entre risas.
Versátil y sobresaliente
Verlo tocar es un espectáculo. Se lo disfruta en grande y puede hacer cualquier género musical.
«Yo diría que varios, para no decir todos, porque la verdad la carta de géneros musicales es muy grande», indicó.
Sus preferidos para escuchar y tocar son merengue, reggaetón y rock progresivo.
Al decirle que es uno de los músicos más solicitados, afirmó: «No creo, aunque hubo un año en el que toque con seis bandas distintas ¡Fue bastante difícil!
Corroborando mi apreciación, el pianista Vidal Velasquez señaló:
«Para mí, es el mejor baterista que tenemos actualmente en Portuguesa. Tiene un sonido maravilloso, una versatilidad en los géneros que toca y una destreza única como baterista. Su métrica es estupenda y, pues, su carisma como humano es excepcional. ¡Es único!, muy franco y sincero con cualquier músico durante los ensayos, pero sin dejar de ser humano. Lo mejor de todo es que es mi hermano, mi amigo, mi pana, con el que he tenido el privilegio de tocar», señaló orgulloso.
Troconis, durante su desempeño artístico, ha compartido escenario con grandes figuras.
«Dios me ha dado la oportunidad de compartir el mismo escenario y eventos con grandes artistas, tanto nacionales como internacionales, entre ellos: Gustavo Dudamel, Alfredo Naranjo, Nacho, Jean Carlos Centeno, Alex Manga, Guaco y San Luis. Además de los más destacados artistas locales».
El futuro
«Quiero terminar mi carrera académica y luego ejercerla. Yo solo quiero hacer música. También está en mis planes salir de Acarigua para irme a una ciudad grande y buscar oportunidades musicales con algún artista reconocido. ¿Salir de Venezuela? Sí, lo he pensado, pero solo para ir a visitar, conocer o para irme de gira tocando por el mundo», agregó.
Definitivamente, la mayor importancia entre los seres humanos está en distinguirse por su talento, fortaleza espiritual y alegría.
«Si tuviera que dar un mensaje, solo diría que siempre hay que darle gracias a Dios por estar sanos. Enfócate en lo que realmente te gusta, no vivas del qué dirán, siempre haz las cosas por hacerte feliz a ti y no te crees obstáculos. ¡Vive la vida sin límites y disfruta siempre al máximo! (CNP 16.100)