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Joseíto Noguera, el guanareño que triunfa en Estados Unidos: «No es suerte, es perseverancia»

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Escrito por Beatriz Quintana

Acarigua.-Esta es una de esas historias de perseverancia y éxito que debemos leer, para internalizar que cuando se sostiene en el tiempo un sueño con enfoque y preparación, no te detienen fronteras, otro idioma ni dificultad ninguna, ondeando, sobre todo, la bandera de la honestidad y con el brillo en los ojos de poder ayudar a otros, en ese transcurrir.

Y cuando se trata de un coterráneo el orgullo siempre se duplica, porque actualmente José Randolfo Noguera Araujo, un joven guanareño y emprendedor que migró en 2017, primero a Panamá y luego a Estados Unidos, se ha convertido en el vendedor número 1 de una marca importante.

Sin hablar inglés, ha logrado con su profesión, su personalidad y su enfoque, ser gerente (manager) regional de ventas, por haber logrado el mayor número de ventas individuales desde el 2021 al 2024.

Joseíto Noguera, luego de recibir su premio

Después de haber invertido en Panamá, haber caído, levantarse de nuevo, volver a Venezuela para acompañar a su madre en los últimos días de su vida y superar, como todo migrante, múltiples dificultades de adaptación, comunicación, falta de dinero y separación familiar, Joseíto, como es llamado por todos, ha venido logrado parte de sus metas, está tranquilo, vive ahora con su familia en Estados Unidos, y puede considerarse un hombre exitoso.

«Me he destacado por más de 16 años en el mundo de las ventas, con una trayectoria de formación y capacitación en distintas empresas a nivel nacional e internacional. Tuve una oportunidad de negocio y en el año 2014 invertí en Panamá. En 2015 fui socio y accionista de un emprendimiento gastronómico en el mismo país. Sin embargo, mis aspiraciones de crecer en el área de ventas eran mayores y decidí, luego de superar algunos dificultades económicas y familiares, ir a los Estados Unidos, buscando nuevas oportunidades», relató.

Es entonces cuando este guanareño llega a Tennessee y comienza a buscar trabajo. Sabiendo que su mayor capital es la habilidad para las ventas, se fija en la solicitud de la empresa e inicia como vendedor en Aquakleen.

“Me abrió las puertas y he crecido a pasos agigantados, no solo en mis aspiraciones, también brindando soluciones saludables a la comunidad hispana en los Estados Unidos y tendiendo mi mano a muchos venezolanos que llegan con la esperanza de tener una vida mejor aquí”, indicó.

Desde el año 2021, José Noguera ha “arrasado”, llevándose el galardón de mejor vendedor y es manager regional abarcando las localidades de Illinois, Kentucky, Tennessee, Louisville e Indianapolis, con 15 guanareños, como parte de el equipo que dirige en Aquakleen y ha sido nominado al premio Noche de Líderes Houston 2024.

Su tesoro

-Tengo 4 hijos: Camilo Noguera Guedez (9 años), un niño muy inteligente, nacido en guanare; Luciano Noguera Abreu que no llegó a nacer; Luke Noguera Abreu, una bendición de Dios –“baby happy”, le llamamos–, nacido aquí en Chicago y Sebastián Saavedra, un niño de 14 años que se ganó mi corazón; es un hijo para mí, aunque no lleve mi sangre. Mi mayor éxito, sin duda alguna, es y será que todos mis hijos se sientan orgullosos de su padre, como profesional y como ser humano, contó.

Compartiendo con sus hijos

La semilla

José Noguera nació en Guanare un 11 de febrero de 1981, en el seno de una familia muy querida del barrio La Peñita. Su madre Carmen Araujo (+) fue una admirada maestra y su padre, José Noguera, es administrador.

«Fui un niño muy feliz, con unos padres humildes, maravillosos y de buen corazón, que me enseñaron valores, siempre me apoyaban. Mi mamá me dio clase, porque de niño yo veía como otros compañeros se peleaban para que ella fuera su maestra. Hermosa mi mamá», rememoró.

Su sueño infantil era ser un jugador profesional en baloncesto y se inició en este deporte a los 5 años, en la Escuela Winners.

«Crecí en ella buscando ser un profesional en ese deporte, aunque mi papá me inducía al fútbol –y también lo practicaba para complacerlo–, pero mi pasión siempre fue el baloncesto, al que me dediqué en mi niñez y adolescencia. Allí aprendí a ser proactivo, a tener disciplina, visión de futuro y responsabilidad. No salía muy bien en mis estudios, ya que solo pensaba en jugar, soñando que algún día fuera seleccionado, por lo menos a un estatal, pero al comenzar mis estudios universitarios en Mérida, se me fue la pasión por el baloncesto y me puse a trabajar. Vi otro mundo, otro modo de vida, como cuando uno sale de su pueblito», dijo.

Es allí cuando empieza a gestarse el visionario que es hoy. Vio una oportunidad, entre los bellos paisajes andinos, y trabajó en el páramo de La Culata, captando familias para hacer el recorrido de las instalaciones de un resort, vendiendo acciones, entre 1998 y 1999.

En el año 2000, regresó a Guanare ya que su mamá había sido diagnosticada con cáncer de mama, tenía muchas preocupaciones y comenzó a estudiar Administración Industrial en el Iutepi.

Después de graduarse en el 2004, incursiona como vendedor de seguros, y emprendió, por su cuenta, con planes de financiamiento para pequeñas empresas, que llamó Credidiario.

«¡Siempre estaba haciendo algún tipo de negocio o venta! Cuando en el 2007 me inicio en el área de preventas de Empresas Polar, específicamente con Pepsi, eso fue una universidad. Me enseñó muchas cosas en la vida, hasta el más mínimo detalle de cómo dirigirte a una persona, para ofrecer un producto.

«Quiero más»

En el 2011, le dan una oportunidad de trabajo en Panamá, como vendedor de arroz en la ciudad de Chiriqui, con empresarios ítalo-venezolanos. Era un mercado nuevo y Joseíto lo vio como un reto importante.

Siempre perseverante acompañado de su familia

«¡Y conseguimos que el arroz tuviera éxito! Estoy muy agradecido con Pedro Cortez, director de venta de Arrosísimo, quien fue mi mentor y hoy es mi gran amigo. 

Joseíto, siempre en su búsqueda de independencia y lograr su propio destino, invierte en un nuevo negocio de alquiler de carros que llamó VenePana y nos cuenta que fue un éxito. Pero él quería más. La idea llegó. con su buen amigo israelí, Raam Addy. Trasladaron a Panamá un autobús inglés, lo desarmaron y convirtieron en el restaurante, The Boss.

“Adiós, mamá»

El negocio duró hasta el 2017. A mediado de junio, vende parte de sus acciones y regresa a Venezuela, al saber que ya el cáncer de su madre había hecho metástasis.

«No había tiempo ni mucho que esperar. Por eso, me fui a darle el amor y la calidad de vida que se merecía. Mi amada madre falleció el 6 de diciembre del 2017. Nada era ya igual. De la noche a la mañana te quedas sin nada», expresó.

En 2018 hizo maleta, rumbo a Estados Unidos. Se abría para José un nuevo horizonte, durante 2 meses hizo «cualquier cosa, y es difícil cuando ya has tenido algo, volver a empezar».

Y en su búsqueda de trabajo, aparece Aquakleen. Lo eligió como el ideal, pero a la vez con miedo, porque era un producto desconocido y no había sueldo, solo comisión.

«Si no vendía, no cobraba. Pasé varios días sin dinero, sin comer casi nada. Era un trabajo difícil, pero no imposible; fuerte los primero meses. Para colmo, los dos años siguientes entramos en una total situación de debacle económico, por la COVID-19”, afirmó.

-La persona que me hizo salir adelante, durante esa terrible época, con unas palabras sencillas, fue mi tío Francisco Rivas (Pancho). No creo que él recuerde eso, pero su orientación quedó en mi mente, no podía olvidarlo: ‘Joseíto, si tú quieres tener éxito y dinero tienes que prepararte’. Nunca se me olvida, hoy en día me preparo constantemente, asisto a conferencias, cursos de crecimiento personal, motivacional y ventas y soy seguidor de Alex Dey, refirió.

Perseverancia

«Pero para mí no hay limitaciones. Soy de mucha perseverancia y muy objetivo en lo que quiero. ¡Muy competidor! Amo mi trabajo, servir a las familias con el uso y cuidado del agua es una gran satisfacción, porque marcas una diferencia cuando haces tu trabajo con amor, más en este país, pues toca trabajar de todo, en lo que salga. Por eso, es privilegio hacer lo que amo», explicó.

 

Mano tendida

Pero una de las más notables cualidades de José, es que ese entusiasmo que siente por la vida, se lo transmite a otros connacionales. Los estimula, les insta a seguir adelante, a no desfallecer en el camino como migrantes. Les ofrece oportunidades de trabajo y a algunos, inclusive, los recibe en su propia casa.

«Bueno, cuando ayudo lo hago de corazón, sin esperar nada a cambio. Creo que hay mucho talento en nosotros los venezolanos y también tienen derecho de marcar la diferencia, más con la situación de allá», acotó.

-Los ayudo dándole posada, porque llegando no es fácil tener un techo. Les ayudo a conseguir un trabajo, donde generen dinero diario. Después, algunos se quedan conmigo trabajando, otros no, porque el área de las ventas, no se le da a todo el mundo. Es un arte y hay que cultivarlo, destacó.

Cuando le preguntamos si no era muy riesgoso, no solo por la legalidad sino por la misma naturaleza humana, respondió que, ‘así es todo en la vida’.

-Hasta ahora, he recibido unas 20 personas. Algunos están en mi equipo, otros no, como parte de la vida. Por eso, yo tiendo mi mano, gracias a Dios puedo ayudar, sin pedir nada a cambio. Recuerdo cuando a veces solo llegué a tener 5 dólares y me comía solo una empanada al día. Son momentos que agradezco, porque me volví a levantar, siempre por el camino correcto, expresó.

Salir adelante

Su estrategia es estar preparado. No quedarse a esperar as oportunidades, sino buscarlas, asistir a muchos cursos y eventos en el área de venas, marketing, relaciones públicas y negocios, para estar actualizando.

Estuvo siempre formándose para lograr sus metas

«Hay que prepararse con buenos mentores que te lleven al éxito. No es suerte. No hablo inglés, me dediqué tanto al trabajo, a aprender a sobresalir como el mejor vendedor, que he dejado el idioma a un lado, porque el 90 % de mis clientes son de habla hispana”, precisó.

Sus compañeros lo admiran y le dicen que si ya tiene éxito con un solo idioma ¡cómo sería si hablara inglés!. «Esa idea sigue rodando en mi cabeza, esa es una meta más para mí», dice optimista.

Vivir en USA ha cambiado sus perspectivas de vida. Ha conseguido prosperidad económica, y enfila sus proyectos hacia otra área: la de conferencista y la de crear su propia compañía, en un futuro no lejano. (CNP 16.100)

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Beatriz Quintana

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