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Laurinda Guevara Quijada: “Cultivar plantas es contemplar la vida a través del amor”

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Escrito por Beatriz Quintana

 

Araure.- La horticultura y el diseño de jardines y exteriores se complementan estrechamente para crear espacios estéticos, funcionales y sostenibles. Como ciencia y arte, las técnicas pueden ser adquiridas, pero el buen gusto y la elegancia en la decoración y la disposición de los espacios que nos rodean —y son para quien los disfruta un bálsamo para el alma— son innatas.

Hoy, dedicamos este espacio a Laurinda Margarita Guevara Quijada, una mujer siempre amable, sonriente, exquisita y exitosamente emprendedora, que se ha realizado en sus diferentes facetas profesionales; en el área de la salud, el comercio, la docencia, como conferencista y juez en clubes de jardinería y, finalmente, como escritora.

Este último sueño se hizo realidad hace poco, con la publicación de su primer libro “El fascinante mundo de las suculentas”, que solo puede adquirirse en plataformas digitales o a través de la propia autora.

Laurinda, autografiando uno de sus libros.

Ha pertenecido a clubes nacionales de jardinería y al Comité de Actividades de Afiliadas Internacionales (Comaai), una escuela virtual de horticultura, paisajismo y diseño, que une a los clubes del mundo. Allí, se desempeñó durante 4 años como editora del grupo de conservación ambiental, publicando temas como: reciclaje, control de químicos, conservación de especies nativas, problemas de deforestación, manantiales y su conservación, reforestación, entre otros.

Laurinda se desempeñó como juez internacional en exposiciones, no solamente en los clubes de jardinería de Venezuela, sino en los de Colombia, también en Perú, Argentina y Uruguay.

Además, ha organizado diversos talleres de paisajismo para el postgrado de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (Ucla) en Barquisimeto, y en Acarigua-Araure, dictados por reconocidos paisajistas del país como Chriss Baasch y Juan de Dios Holmquist.

En uno de los eventos de diseño junto a Chriss Baasch.

Actualmente, sigue siendo instructora internacional y ha creado la Boutique de las Plantas, una novedosa y maravillosa manera de hacer un regalo natural y decorativo a los amantes de las flores y las plantas, que Laurinda con su creatividad y conocimiento, transforma en un arreglo hermoso y elegante, para darle ese toque especial a cualquier ambiente.

Amor por la naturaleza

Nació en El Tigre, estado Anzoátegui, pero ha sido en Portuguesa donde ha desarrollado su vida personal y profesional.

Estudió licenciatura en Enfermería porque —dice— “quería ayudar a la gente, siempre me veía en un hospital vestida de blanco cuidando a los pacientes y estudié enfermería. Durante muchos años me dediqué a esa profesión, pero por circunstancias de la vida, luego a la actividad económica y desde hace algunos años estoy a la dedicación exclusiva con mis plantas y mis proyectos”.

Esta pasión por la horticultura y el paisajismo ha sido una constante en su vida. “Creo que desde siempre, hasta donde recuerdo, desde muy joven manejaba mucho en carretera ¡y disfrutaba tanto del paisaje, de los árboles! Me gusta diseñar en general no solo jardines y paisajes; me apasiona el diseño de interiores, siempre estoy imaginando cambios y modificaciones en los espacios a los que voy”, expresó.

Ella sostiene que las flores no solo le alegran la vista sino también el alma.

Un jardín interno, diseño y cultivo de Laurinda.

 

“Siento que un espacio sin plantas y flores es un espacio vacío. Me estrené como escritora haciendo un compendio en ‘El fascinante mundo de las suculentas’, que es una guía con alma para aprender, para decorar, para sanar. Es una invitación a descubrir la fuerza que habita en lo simple, en lo silencioso, en lo que florece aún en la sequía. Desde el punto de vista práctico, son plantas con mínimo mantenimiento y nos enseñan a resistir, a adaptarnos, a florecer incluso en los climas más secos”.

-En definitiva, son inspiración. Cuando pienso en la gente ocupada, siempre trabajando, sin tiempo para dedicar a muchas cosas, pienso en suculentas, en plantas que no te piden mucho, pero que te dan todo. Cuando empecé a escribir estos cortos párrafos sin orden, pero con amor y sin intención real de escribir un libro sino en vaciar mi mente —durante mis tiempos de ocio y preocupación, como un escape— Julio César lo vio y me dijo: “Mamá esto es el comienzo de un libro”.

Agregó que la jardinería te llena de espiritualidad como filosofía de vida. “Cultivar plantas es contemplar la vida a través del amor, porque un jardín es como una terapia para el alma. Si llego a mi casa cansada y tal vez con alguna preocupación, solamente con el hecho de sentarme en el porche o el jardín o caminar por sus espacios, me da la tranquilidad y la paz que necesito “.

Club Lirio Llanero

El Club de Jardinería Lirio Llanero se desarrolló durante muchos años en los espacios del Centro Social Canario Venezolano de Araure y agrupó a un interesante y variado conjunto de damas con el interés común de la formación en el diseño y la horticultura. Sus integrantes llegaron a participar en numerosos eventos nacionales e internacionales, lograron ser primeros lugares en exposiciones y estaban tan bien preparadas, que fueron juezas en muchos eventos de su clase.

“Para dedicarnos a la jardinería no hay edad”.

“Entrar a los clubes de jardinería significó para mí poder canalizar conocimiento de lo que —hasta ese momento— fue una afición. Cuando fui a la reunión que se hizo para la apertura de Lirio Llanero, llevé a mi mamá con la intención de que ella fuera la que formara parte, ya que estaba atravesando por un momento de pérdida y pensaba que esta actividad la ayudaría a mejorar su estado de ánimo. Yo en ese momento tenía muchas ocupaciones, pero mi mamá dijo: ‘Si no me acompaña, tampoco me inscribo'”.

-Siento que para mí fue una decisión de vida, porque no solo fue un grupo de aprendizaje sino que también compartimos momentos de trabajo alegrías y hasta tristezas. Me convertí junto a mis compañeras en un motor de actividades. Junto a ellas organizamos reuniones, trabajos y los famosos paseos en autobús, a los cuales me dediqué por mucho tiempo organizar dentro del Club Lirio Llanero, comentó.

Con las integrantes del Club de Jardinería Lirio Llanero.

Desde ese momento, comenzó una preparación más académica de la horticultura y se formó como jueza de las exposiciones florales del National Garden Club, organización internacional a la que pertenece.

-Luego, tuve la oportunidad de estar en el Club de Jardinería de Carabobo, gracias al cariño y generosidad de una persona muy apreciada como Hilda de Jiménez. Fui recibida con mucha calidez y alegría. Es un grupo de gente estudiosa y preparada, al cual me siento orgullosa de pertenecer, además del especial cariño que siento por ellas, que siempre me han hecho sentir como en familia.

“Existe la creencia de que comenzamos a dedicarnos a las plantas, generalmente, a una edad como de 50 años, porque después de esa edad nosotras tenemos más tiempo para dedicarnos a muchas cosas, no solo a las plantas, pero no, no es cierto, es una falsa creencia que debemos tener una edad específica para querer las plantas”.

Otro cultivo delicioso

Pero no todo es estudio y trabajo en su vida. Nos reveló que tiene un grupo de amigos extraordinarios con los que se relaja y divierte jugando.

“Una de mis aficiones es jugar. Una tarde de juego con mis amigas no la cambio por nada. Ese compartir, ese reírnos de nada, ese conversar, me llena y me desconecta de cualquier preocupación, además que me permite ejercitar el cerebro. Amistad es una pequeña palabra para lo grande que es. Los amigos son los familiares que tú escogiste, aunque suene a frase común, pero es muy cierta. Tengo la suerte de contar con muchísimos amigos a los que quiero y me quieren”, agregó.

Academia

“Tengo una hija nueva, es ‘La boutique de las plantas’. En ella me encargo de preparar las más lindas y exóticas plantas para expresar cariño a través de un regalo. Ser paisajista significa poder realizarme a través del diseño de espacios con plantas y lo aplico en interiores y exteriores, ya sea en el interior de tu casa, en jardines particulares y en espacios públicos”, explicó.

Las bromelias, protagonistas de sus diseños.

La horticultura aporta el conocimiento sobre las plantas: sus necesidades de luz, agua y suelo, su crecimiento, floración, resistencia a enfermedades y plagas, y cómo cuidarlas.

Su formación incluye diplomados en Paisajismo y cultivo de plantas, realizados en la Ucla. Estos estudios, sumados a su experiencia práctica, le han permitido desarrollar un estilo propio y versátil, abarcando tanto jardines exteriores como espacios interiores. Ha ampliado sus conocimientos en el programa de la maestría en Horticultura del Postgrado de Agronomía, en esa casa de estudio, adquiriendo información de horticultura general, sustratos hortícolas, producción de ornamentales y horticultura paisajística, diseño y establecimiento de jardines, áreas verdes y parques.

El libro

Indicó que su primer libro es una guía práctica que incluye historia, origen, clasificación, cuidados en interiores y exteriores, beneficios, ideas y proyectos de decoración.

“Sabes que se me ha despertado el ‘gusanito’ de escribir y ya estoy trabajando en otro libro, contando mis experiencias con mis plantas más queridas, además de seguir diseñando jardines y diseñar con plantas y flores. Dentro de los clubes de jardinería, he podido dedicarme no solo a la horticultura sino también al diseño floral, una de mis pasiones y que pienso tener siempre como un proyecto de vida”, afirmó.

Auguramos satisfacciones totales y éxito en sus proyectos, porque todo lo que se hace con amor y conocimiento pleno, tiene un gran final.  (CNP 16.100)

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Beatriz Quintana

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