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Luis Alejandro Hernández, el joven araureño líder del Modelo de Naciones Unidas en la USB

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Escrito por Beatriz Quintana

Araure.- Hay jóvenes con mentes definitivamente privilegiadas, con objetivos claros en la vida y con padres que saben apreciar su potencial y logran encauzarlos. De esa combinación de causas y efectos, surgen esas personas dedicadas al estudio, sobresalientes en áreas específicas y que están destinados a cambiar el destino de muchos.

Uno de ellos es Luis Alejandro Hernández Maldonado, destacado estudiante de Comercio Internacional en una de las más prestigiosas casas de estudios venezolanas, la Universidad Simón Bolívar y de Gerencia con orientación en Economía y Finanzas en la Universidad de Palermo.

Es, además, miembro del Modelo de Naciones Unidas de la Universidad Simón Bolívar para Latinoamérica (USBLAMUN) desde el 2020, donde ha destacado como delegado y del que es su director general y, actualmente, asesor académico de sus congéneres.

Ha participado en dos competencias internacionales en Bogotá, el MONUA, el modelo de naciones unidas de la Universidad de Los Andes colombiana (MOVENU), ganando el mérito de delegado sobresaliente durante la edición de 2022 y contribuyendo a que USBLAMUN Venezuela, ganara como Mejor delegación pequeña.

En la competencia más importante, que es el Modelo Venezolano de Naciones Unidas (MOVENU), logró ganar también en 2022 como Mejor Delegado en el Comité de Crisis de Cámara Rentista y llevarse, además, el premio de Mejor delegación pequeña.

Orgullo araureño

Luis Alejandro nació el 18 de septiembre del 2000, en Araure. Estudio en el Colegio San Vicente de Paúl toda su primaria y cursó la secundaria en el Colegio Fermín Toro.

Aunque dice que no fue en este período un alumno sobresaliente, es una prueba fehaciente de que cuando se toman decisiones acertadas y los estudios en serio, puedes alcanzar cualquier meta propuesta.

«Durante mi bachillerato tuve un profesor que influyó mucho en mí. La forma como me enseñó la historia universal y la de Venezuela género en mí, más ganas de seguir aprendiendo. Desde pequeño, mi papa me inculcó pasión por el conocimiento, por lo que -a medida que fui creciendo- la curiosidad fue cada vez más grande y cada cosa que quería saber, la investigaba en Internet», explicó.

Un interés de obtener información que se ha ido incrementando con cada reto académico, desarrollando habilidades de líder, ampliando sus conocimientos sobre cultura general y profundizando los de historia.

La familia, la diferencia

A su criterio, la diferencia entre un estudiante sobresaliente y uno que no lo es, la marca la familia. Son ellos los que van guiando, con el ejemplo, las conversaciones en casa, las ambiciones positivas y los objetivos altos.

«Todos mis méritos son gracias a Gloria Maldonado y Freddy Alejandro Hernández Rojas, mis padres», aseguró orgulloso.

Es su mamá, desde siempre, la que lo ha guiado en sus objetivos y ha estado allí para aconsejarle, en ausencia de su padre que falleció en un accidente de tránsito cuando el pequeño Luis tenía solo 9 años.

Intercambio internacional

«Mi experiencia en México fue excelente, a los 17 viví durante un año en Lagos de Moreno, Jalisco. Un pueblo más pequeño que Acarigua, gracias al Programa de Intercambio de Rotary Club, allí conviví con dos familias y pude conocer a personas de muchos países e intercambiar con ellos experiencias que, al final, es el objetivo de este programa. Visité Ciudad de México, Mazatlán, Guadalajara y la Ruta Maya, pude ver lo rica que es la historia mexicana y cómo todo su desarrollo los llevó a lo que son ahora. Recomiendo esta experiencia a cualquier joven, ya que será clave para su crecimiento personal, los ayudará a crecer, madurar y ver el mundo desde otra perspectiva”, confesó.

Fue este viaje el que le hizo tener mayores aspiraciones, más confianza en sí mismo y mirar la política internacional como parte de su futuro profesional.

«Más allá de la aventura, como persona, fui a representar a mi país, al estado y mi ciudad. Es como ser embajador cultural y tienes que dar lo mejor», señaló entusiasmado.

Relató que tuvo su primer encuentro con el Modelo de Naciones Unidas (MUN) durante el 5to año de bachillerato, gracias a que un grupo de alumnos del Colegio San Vicente de Paúl que invitó a estudiantes de su instituto a participar.

Pero fue al llegar a la universidad, cuando lo asumió en serio, porque en Caracas la mayoría de las universidades como la UCAB, Metropolitana, UCV y USB, tienen delegaciones que cada año realizan procesos de selección y que asisten a competencias en diversos países como España, México, Colombia y Estados Unidos.

«Yo quise entrar en el MUN, porque sabía que me iba a ayudar en mi desarrollo personal y profesional. Es un sistema que abre puertas y te ayuda a relacionarte con muchas personas. Más allá de destacarnos en la oratoria, te ayuda a desarrollar tu creatividad, a saber negociar y ser un líder», destacó el estudiante.

En el Modelo de Naciones Unidas de la Universidad Simón Bolívar para Latinoamérica, Luis Alejandro se desempeñó actualmente como asesor académico y se encarga de ayudar a los delegados durante su proceso de aprendizaje, enseñándoles estrategias discursivas, realizar presentaciones de negociación, avanzar en materia de Derecho Internacional, aprender sobre la ONU y otros organismos especializados, además de llevar a cabo prácticas de manera constante.

«Como delegado, me tocó, en mis primeros tres años, prepararme y estudiar sobre todo los que es la ONU y su alcance, así como cada organismo que forma parte de la organización. Los momentos más fuertes son cuando tenemos que documentarnos para las competencias durante cuatro días, frente a otras delegaciones. Para eso, estudiamos y practicamos, durante aproximadamente tres meses, porque cuando te asignan el país, debes saber todo del mismo, estudiar sus políticas, su gobierno, la economía, todo, para representarlo de la mejor manera. Durante estos cuatro días estás debatiendo y negociando tus propuestas, ya que -al final de la competencia- quedan plasmadas en un Proyecto de Resolución que es el documento final que se vota y emite por parte del comité, y que es el plan de acción que se llevará a cabo para resolver un problema. Por supuesto, todo esto al final es una simulación y nada se lleva a cabo en la vida real, porque se trata de una práctica”, detalló.

Todo un sistema para poner a prueba sus conocimientos y crear un espacio académico para los futuros líderes de Venezuela, donde a través de la oratoria, la resolución de conflictos y la negociación, se pueda encontrar una solución a cualquier problema.

Asimismo, como director general, se encarga de gerenciar los recursos financieros de la delegación, actividades de recaudación y demás temas relacionados.

Pero todo eso es una actividad complementaria, porque lo que Luis Alejandro estudia realmente es Comercio Internacional y cursa actualmente séptimo trimestre. Paralelamente, estudia Gerencia con orientación en economía y finanzas (Management) en la Universidad de Palermo. Algo, que dice, «es muy fácil».

Este brillante joven, de apenas 22 años, también es aficionado al tenis y a la gastronomía, es bilingüe y prefiere quedarse a estudiar que socializar.

Reveló que no lee muchos libros. Como casi todos los muchachos de su generación, adquiere toda la información a través de la investigación virtual.

«Mi sueño es seguir creciendo, graduarme para poder tener una vida de estabilidad y abundancia, estoy preparándome para poder hacer en el futuro, un gran aporte a mi país”, expresó.  (CNP 16.100)

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