Acarigua.- Sin duda alguna las mejoras fiestas, las más movidas, excéntricas y fabulosas tienen a Mafer (@djmafer_) mezclando la música que pone a todos, jóvenes y adultos, a bailar en una celebración.
Más aún, cuando María Fernanda Vargas Mendoza aparece en escena; la transformación del salón es total. Una serie de detalles impactantes como vestuario, maquillaje, lentes, máscaras, coreografía y hasta los efectos especiales de su show, que corona con su manera personal de mezclar la música y cantar, invita a los asistentes a entrar en furor, para formar parte de un “performance”, único y grandioso.
Esta jovencita de 20 años se atrevió a meterse en un mundo reservado, hasta hace muy poco tiempo, solo para hombres: el de ser Disc Jockey, porque se trata de un trabajo nocturno y en ambientes donde las sensaciones y emociones toman el control.
Una inclinación nada casual
Su historia comenzó cuando tenía aproximadamente 8 años y acompañaba a su papá, Henry Vargas, -quién también era DJ y dueño de una empresa de sonido- a los eventos donde prestaba sus servicios.
«Yo amaba ver cómo se desarrollaba una fiesta, cómo las personas bailaban, cantaban y disfrutaban. Todo esto despertó interés en mí, sin embargo, no fue sino hasta mis 14 años que empecé a practicar con mi primer controlador un Denon MC4000 e, inmediatamente, pinchar en pequeñas celebraciones infantiles.
Mafer, como es conocida en el mundo del espectáculo, es apoyada por su familia. Es su madre quien diseña el vestuario. Sin embargo, recuerda que al principio, por ser apenas una adolescente, su mamá no estuvo muy de acuerdo.
«A mi mamá le daba un poco de miedo, porque así como las fiestas tienen un lado divertido, también suelen tener su lado oscuro (sobre todo, por las personas pasadas de tragos). De igual forma, lo aceptó y ahora es ella quien diseña todos mis outfits. Soy bendecida y afortunada por tener una familia que vela por cada paso que doy. ¡Qué bien se siente llegar a casa y que me pregunten: ‘¿Qué tal te fue anoche, hija?’. Siempre he tenido el apoyo de mis padres en todos mis proyectos, por ende, me dejan saber, cada vez que pueden, lo orgullosos que se sienten de mí», expresó.
Papá, quiero ser como tú
Todo fue espontáneo. Su papá fue Disc Jockey (DJ) en los años 90’s y fue el responsable de enseñarle lo básico sobre el arte de mezclar. Apenas unos meses después salió al ruedo, para comprobar que la práctica hace al maestro. La época de pandemia la obligó a hacer un alto; sin actividad ni fiestas que animar, decidió seguir estudiando e invertir su tiempo en investigar, leer y ver videos sobre términos e historia de la música, además de versarse en distintas técnicas de mezcla, que nunca se había atrevido a hacer.
«Otra cosa que me ayudó fue ver a otros Dj’s mezclando, muchas veces les pedía consejos, les preguntaba cómo hacían para hacer ese tipo de efectos y transiciones. Yo aprendí de esta forma, aunque existen academias como Reloop Dj Academy, en donde se puede estudiar», indicó.
Además de requerir talento, este oficio tiene dos caras: el arte y la tecnología, y se debe tener una coordinación rítmica y una habilidad de engranaje de alto nivel, para que la fusión entre diferentes piezas y, hasta géneros, pueda dar como resultado mezclas totalmente explosivas y exclusivas de cada DJ.
«!Así es! Son dos caras que, a la hora del show, se fusionan. Para mí, un DJ no solo es una persona que está ahí para mezclar sino el encargado de hacerte vivir una experiencia diferente y cuando llega la hora del show siento que la creatividad, adrenalina, destreza y emociones, vuelan. Me encanta ver la reacción del público, amo bajar el fader y escuchar a todos cantando, gritando, brincando y bailando. Ser DJ es todo un arte», expresó con emoción.
Mafer dice que no ha sido difícil, sino un camino lleno de aprendizaje, porque con cada evento se ha provisto de la experiencia que la faculta como la profesional que es hoy en día.
«Miro atrás a esa niña que permanecía en su casa practicando, mezclando para sus vecinos y ahora que me he presentado al frente de 3.000 personas, puedo decir que estoy orgullosa de no haberme rendido y de haber seguido mi sueño».
Con la intención de seguir ampliando su camino, el año pasado comenzó a estudiar Ingeniería de Sonido en Caracas, pero -explica- es complicado estar viajando, de vuelta cada fin de semana, debido a sus compromisos de trabajo, ya que la mayoría de las presentaciones son en Guanare, Acarigua y Barinas. Aún así, lo ha logrado. “Todo es cuestión de organización y aprovechar el tiempo».
¿Cómo se escoge la música?
Escoger la música que mezclará en un evento depende de varios factores: el tipo de celebración, edades de la audiencia y preferencia del cliente, por lo es indispensable y muy importante tener un repertorio musical amplio.
«Preparar un show puede tomar de una semana a un mes, aproximadamente. Sabiendo cuál es la temática de la fiesta, inicio seleccionando algunos temas y organizando mi playlist. Me reúno con el #TeamMafer y ellos, con esa información base, van trabajando en visuales, coreografías, efectos especiales, vestuarios, peinados y makeups”.
Mi show cuenta con diferentes elementos que, a medida que se va desarrollando, los vamos implementando para darle un giro completamente distinto a la fiesta. Utilizamos: Globos, pistolas de CO2, shots en forma de bambinos, máquinas de chispas y lentes led. Todo esto acompañando con tendencias coreográficas y animación», explicó la showoman.
Su gran show
En 2016 fue como espectadora a la Expo Dj en Caracas y terminó musicalizando en un stand. En 2021 realizó el intro del evento más grande de tiktokers en Maracay, en el C.C Los Aviadores, y recientemente estuvo presentándose en las fiestas patronales de San Rafael, en Río Acarigua, con más de 3.000 personas.
A Mafer le queda toda una vida por delante, para disfrutar esta etapa, su talento y su éxito de hoy, pero también ha pensado en su futuro, siempre involucrando su pasión por la música.
«Con el favor de Dios seré productora musical y tendré el honor de representar a Venezuela en las grandes tarimas de los eventos más importantes del mundo».
Seguros estamos que lo logrará. Mientras tanto, aún está con nosotros y hay que disfrutarla. (CNP 16.100)