Acarigua.- Las experiencias que nos enfrentan a nosotros mismos y nos hacen llegar al fondo, son las mismas que siempre nos impulsan y elevan para buscar las soluciones más inteligentes, saludables y apropiadas. ¡Y nadie escapa de las heridas de la vida!, que pueden ser superadas con autoestima, mucho amor y la búsqueda del conocimiento adecuado para comprender el proceso, desvelarlo, mirarlo de frente aún con miedo y ayudar a otros.
Hoy, María Eloísa de Castro, madre, esposa, reina varias veces —a pesar de que no se gustaba a sí misma—, locutora, periodista, y especialista en temas de familia y transformación personal, crianza respetuosa y temas afines, nos cuenta cómo ha conseguido superar una niñez difícil y ayudar a otros a vivir de adentro hacia afuera, una vida plena.

Maria Eloísa es Lic. en Comunicación Social y especialista en temas de familia, transformación personal, y crianza respetuosa
“Procuro a diario enseña acerca de la importancia de la familia, la relevancia del liderazgo de los padres en la vida de los hijos. Enseño y acompaño a las personas a reparar, a sanar sus vidas. Eso lo conjugo con la radio, las conferencias, talleres, cursos de oratoria y escuelas para padres. Me ocupo —pues me inquieta— de acompañar a estudiantes, jóvenes comunicadores, para mostrarles el camino a seguir en cuanto a comunicar correcta y oportunamente; les animo y reto a leer, a pensar, a escribir, a investigar, ya que tristemente, cada vez se usa más la inteligencia artificial, que la propia”, afirmó.
Ha recibido diversos reconocimientos de las universidades en las que ha sido docente, de las comunidades donde ha llevado sus talleres y conferencias para maestros, alumnos y representantes, asimismo, de iglesias, del gremio de locutores y en dos ocasiones el botón de Honor al Mérito a la Participación Ciudadana, por parte de la Alcaldía de Páez.
“No recuerdo mucho acerca de mi niñez. Los pocos recuerdos que tengo son de una niña triste, solitaria, muy callada. Fui una adolescente como gris, llena de complejos, no me gustaba nada de mí…Cuando reviso nuestros álbumes de fotos, vienen a mi memoria algunos recuerdos que, por lo general, son de discusiones, gritos, y mamá procurando defendernos, cuidarnos”, reveló.

En su infancia, cuando aún sus padres estaban juntos.
María Eloísa, como mujer de fe, da gracias a Dios, porque ella tiene una familia hermosa, un matrimonio de 30 años y mucho amor en su vida.
“Los primeros 10 años fueron difíciles de sobrellevar, ¡pero quién dijo que estar casados es fácil! Sin embargo, mi Omar ha sido siempre y es mi mejor amigo, mi compañero de vida, mi mayor apoyo; siempre me anima a ir por más. Es el mejor padre que pudiera haber escogido para nuestro maravilloso hijo, que por su parte ha sido el más grande maestro que he tenido, pues las más grandes lecciones de mi vida, las recibo cada día de él”.
Actualmente, está estudiando una licenciatura en Teología Pastoral Contemporánea, y sigue buscando en el conocimiento y el amor de Dios, fortalezas para dar más, a sus alumnos, a su audiencia, pero sobre todo, a sí misma.
Su propósito
“Mis padres se divorciaron cuando teníamos, yo 5 años, y mi hermano Orlando solo 1 añito. Fue difícil la niñez, con bastantes carencias. Sin embargo, lo necesario nunca nos faltó. Mi adolescencia inició signada por el nuevo casamiento de mi mami, y la ausencia casi definitiva de papá, pues para ese entonces no lo veíamos casi nunca”, afirmó.
María Eloísa Herrera Díaz, nació en Acarigua, estado Portuguesa, el 25 de agosto de 1971. Es hija de Orlando Herrera y Beatriz Olena Díaz.
Se graduó de bachiller en humanidades
en el Liceo Páez.
Mientras estudiaba solicitó una prueba para participar, como cantante, en el Festival de la Voz Liceísta. Dice que no recuerda cómo eso terminó siendo más bien una postulación a candidata a Novia de la Voz Liceísta, que era un espléndido festival al cual acudían para participar jóvenes de todas las regiones de Venezuela. También fue Novia del Liceo Páez, se escogía ésta, para la celebración del aniversario de la institución y participó, además, como candidata de las Ferias de Páez, donde resultó primera finalista y Miss Fotogénica.

Con Omar, todavía de novios, cuando participó en las Ferias de Páez.
Comentó que ella no se creía mucho eso de ser bonita, pero Omar le decía que era bellísima ¡y aún se lo repite! “Y si para mi esposo lo soy, entonces para mí, es más que suficiente”, afirmó.

Hoy ambos se dedican a la terapia familiar.
“La nota triste es que traía una materia atrasada de un semestre anterior, el ciclo diversificado en nuestro liceo era por semestres, y ese año hubo disturbios y muchas suspensiones de clases que derivaron en procesos de evaluación pospuestos. El examen que me hacía falta para aprobar la materia, me lo hicieron cuando ya se había realizado el acto de grado. Después de este trago amargo, me prometí nunca más volver a perderme una de mis graduaciones. Así ha sido, gracias a Dios”, añadió.
Más tarde obtuvo títulos como TSU en Publicidad y Mercadeo, en el Instituto Universitario Rodolfo Loero Arismendi (Iutirla), donde también fue reina de los juegos que, entre los diferentes núcleos de la institución, se hacían a nivel nacional. Se graduó de licenciada en Comunicación Social mención Desarrollo Social, en la Universidad Católica Cecilio Acosta, cuando tenía ya 38 años.
Sus ansias de superación la han llevado a cursar varios diplomados, entre ellos: Gerencia de la Comunicación en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, diplomados de Orientación a Parejas (Corpoleader), Coaching de Vida y Liderazgo Transformacional y Gobernabilidad (Logos International University Florida, Liderazgo, Cosmovisión Bíblica y Transformación Social (Universidad Livre, Brasil) y formó parte del Programa Educativo de Formación en Consejería Teoterapéutica Familiar Sistémica, avalado por la Fundación Latinoamericana de Consejería y Terapia Familiar.
“He realizado muchas otras formaciones en la misma área y en otras diferentes. Sin embargo, para mí, lo citado es lo más relevante, pues a través de todo ello pude identificar mi pasión, mi propósito de vida, y todo siempre alineado a la Comunicación Social, y a mi área de especialidad, el Desarrollo Social”.
Neurodivergentes
Durante la niñez de su único hijo, María Eloísa y Omar enfrentaron problemas con su conducta.

Su hijo, que fue diagnosticado con TDAH, es hoy un profesional y coach deportivo.
“No sería la persona que soy hoy, si mi hijo no hubiese sido diagnosticado con déficit de atención e hiperactividad. En segundo grado pasamos por 5 colegios, algún tiempo después aprendí sobre el Síndrome del Desafío y que los niños con TDAH no son así porque quieren, sino que su cerebro no les permite ser más tranquilos. Mi esposo y yo estábamos tan desesperados, nos sentíamos tan incompetentes, que acudimos a Dios en busca de ayuda. Y comencé a capacitarme, a buscar herramientas para entender y poder ayudar a mi hijo.
-Cuando comencé a estudiar Teoterapia Familiar Sistémica, pude comprender los problemas familiares, los traumas y que de alguna manera, ese comportamiento era producto del ambiente que había en casa. Incluso llegamos a la conclusión de que nosotros, también somos neurodivergentes”, recalcó.
Mientras estudiaba, volvió a sentir esa pasión por la radio que había abandonado a los 23 años. Y ese certificado que obtuvo a los 20 tuvo su real significado. Allí nació “Vivir en familia”, un programa que duró 14 años, donde hablaba de las heridas emocionales, del funcionamiento de las familias, crianza respetuosa, de la disciplina con amor.
“Volvió a surgir esa necesidad de comunicar. Me invitaban a colegios, iglesias y comunidades para hablar de estos contenidos. Hoy en día me lo disfruto tanto que antes hacía formaciones en distintos tópicos. Ahora me enfoco en la familia. Lo que pasa a las familias se refleja en la sociedad y lo que pasa en la sociedad incluye directamente en las familias”, determinó.
“Fue entonces cuando me di cuenta, claramente que mi niñez difícil tuvo consecuencias, que yo fui prácticamente la mamá de mi hermanito porque mi mamá estaba trabajando, y que tenía muchas heridas. Mi mamá se casó y se divorció 3 veces. Mi matrimonio se desmoronaba ¡y yo no quería eso!, ¡yo quería a mi esposo y a mi hijo junto a mí!”

Maria Eloísa y Omar son consejeros matrimoniales.
Secretos familiares
-Decidí suspender el programa de radio cuando éste era más escuchado. Sentí de parte de Dios que debía retirarme, porque la gente empezó a consultarme y yo pensaba que no estaba debidamente capacitada, reveló.
Una nueva formación salió a su paso, en Teoterapia Familiar Sistémica y su esposo quiso hacerlo con ella. Eso les dio un aire nuevo como pareja y profesionales. Allí se hablaba de los secretos familiares, que —dijo— son terriblemente dañinos. Hay que hablar y no ocultar.
“Entonces los 3 hicimos un pacto de que no hubieren secretos en nuestra familia. Por eso, hablo libremente del alcoholismo de mi padre, incluso del propio, porque creíamos que éramos bebedores sociales: ‘Solamente los fines de semana’, decíamos. Eso lo quitó Dios de nuestra vida, porque un muchacho con TDH, con alcohol en la casa, era un desastre. Nos hemos dado permiso para decirlo, mi hijo sabe que voy a hablar de su hiperactividad y él también puede hablar sobre nosotros en sus propias charlas”, afirmó.
–Hablar de mi hijo es sumamente satisfactorio y hermoso. Recibo de él lo que estuve sembrando por años. Ahora nos entrena a su papá y a mí, es un apasionado por lo que hace, es coach deportivo, bilingüe, con unas seis especializaciones, todas avaladas a nivel internacional, en diversos ámbitos del entrenamiento personal. Lo más importante, tiene una vida plena, está enamorado, tiene una novia maravillosa y esperamos en Dios, por esa unión matrimonial de la que nacerán nuestros amados nietos.

El día de su boda.
Vida plena
Ahora ella con 54 años y Omar con 57, reconocen que pueden contribuir con los más jóvenes. “Es una bellísima etapa en la que muchas parejas se acercan a buscar consejo y ayuda, para sacar adelante sus matrimonios”.
–Sé que lo que las personas ven en mí, está directamente relacionado con la dotación que del Señor he recibido y, claro está, de ser intencional cada día en esforzarme por dar lo mejor de mí. Que ocuparnos de sanar emocionalmente, cambia significativamente la vida personal y familiar. Pues la calidad de nuestras relaciones determina la calidad de nuestra vida. Al igual que entender que siempre habrá dificultades y la diferencia la hará cuál es nuestra actitud hacia éstas. (CNP 16.100)