Araure.- Todos, absolutamente todos, queremos guardar un recuerdo de nuestros momentos más especiales y felices, no siempre pueden ser espontáneos, pero recrearlos con toda su magia es posible a través del arte y la sensibilidad de profesionales como Martha Araujo (@photographymarthaaraujo).
Esta creadora artística, periodista, inspirada en su padre, siempre pidió de niña una cámara fotográfica. En el transcurso de su carrera universitaria decide especializarse en esta área de la comunicación, haciendo un diplomado durante dos años en la Escuela Superior de Fotografía. Más tarde, logra ganar el Tercer Concurso Fotográfico en Llano Mall, empresa que posteriormente la invita a hacer su primera muestra individual.
A partir de una Navidad en que comienza a registrar imágenes con niños, se enamora de esta rama específica y especial. La maternidad, los embarazos y los recién nacidos serán, de allí en adelante, sus motivos.
Martha destaca que por su delicadeza los bebitos requieren de técnicas especiales y una seguridad extrema. El resultado, después de una larga preproducción y varias horas de trabajo, serán las más tiernas y bellas fotografías familiares.
Destacó que al momento de elegir un fotógrafo, es muy importante tener buenas referencias, que tenga suficiente experiencia, que consiga buenas recomendaciones, sobre todo, por la seguridad del bebé.
Lo que no se aprende en un curso
«Las primeras sesiones, al inicio de mi carrera fueron muy difíciles, porque vamos adquiriendo destrezas en el campo de trabajo. Cada niño es un mundo y esto no se aprende en los cursos, puesto que la mayoría son con muñecos articulados. Con cada uno de estos bebes, el trabajo es distinto, el tiempo, las posturas, qué se puede hacer y qué no. No se trata de hacer solo fotos, hay una gran responsabilidad, ya que fácilmente se podría lesionar», explicó la fotógrafa.
Araujo tiene ya seis años fotografiando familias, una etapa que califica de genial. Se especializó con un grupo de fotógrafos españoles durante la etapa de la pandemia y sigue preparándose para poder dar satisfacción total a los padres de tan importantes protagonistas.
«Ha sido un proceso largo y continuo, y yo supe aprovechar ese confinamiento con este grupo, aunque el conocimiento no es suficientemente porque si al bebé no le gusta que le agarres los pies o las manos cuando duerme, por ejemplo, es cuando la sesión se complica», dijo.
El tiempo adecuado
Los primeros 15 días son básicos para las fotos del recién nacido -expresó- porque luego del día 17, ya pudieran haber adquirido hábitos. Sin embargo, ella ha recibido bebés de mes y medio o dos meses y son igual de complacientes. Por eso es tan importante la sensibilidad del fotógrafo. Cada edad es diferente.
La sesión incluye una conversación previa con los padres, algunos tienen un tema claro, otros no tienen ni idea de qué hacer. Es entonces cuando Martha da rienda suelta a toda su inspiración para poder crear bellos momentos que parecen espontáneos pero que en realidad tienen mucho, pero mucho trabajo. Aunque puede guiarle en todo el proceso: antes con preguntas previas sobre el tema y los colores, si es con ropa o no. Durante la sesión, posicionando al bebé para lo que ella tiene un don especial y, después, con la edición y entrega de las fotos.
Se considera afortunada porque siempre se ha topado con padres que respetan todas las normas dentro del estudio: los hay muy exigentes o muy simpáticos, otros más serios, pero es un trabajo de equipo.
«Yo amo estar en el estudio, es mi lugar favorito. Los niños me recargan de buenas energías y cuando estoy allí pierdo la noción del tiempo. Amo hacerlo”, señaló.
Una foto común o una extraordinaria
Hay muchos elementos que hacen diferente una foto común de otras, sobre todo si se trata de bebés. Conocimiento y creatividad se unen para lograr la paleta de colores que se escoge, los accesorios adecuados según el tema, la luz, el set, un poco de la magia del fotógrafo y se logra el arte buscado.
«Estoy preparada para respetar los tiempos del bebé, los cambios de pañal, su alimentación sus ratos de llanto e incomodidad, estas necesidades nunca se deja para después. Yo tengo la ropa adecuada para todas las edades, los set temáticos y si tengo que comprar o mandar a hacer trajes o accesorios, lo hago».
Martha se caracteriza por su entrega, paciencia infinita y su pasión por lo hace, además de la responsabilidad en la manipulación del bebé. Como anécdota, cuenta la de una mamá que le dijo que llevaba con ella su niño -que era muy intranquilo- porque le habían dicho que era una «domadora de bebés».
La atrapa sonrisas
Su estudio está en Araure pero su fama ya ha trascendido y la visitan familias de todo el estado Portuguesa, de Barquisimeto y hasta de Valencia.
«Yo sigo preparándome, creciendo y atrapando sonrisas y tiernos gestos, porque la etapa de recién nacido es muy corta y se atesora esa fotografía. La familia sabe valorar, esos momentos que requieren mucha paciencia y es muy bonito compartirlos».
Tengo planes de tener presencia en otros estados y crear estudios fotográficos en otras ciudades -dijo- para seguir plasmando momentos únicos, recuerdos para las familias de cualquier parte del país y seguir siendo feliz, porque ellos forman parte de mi historia. Agradezco a los padres que me traen a sus bebés y depositan en mí la confianza para que yo pueda ser la profesional que deje, para siempre grabado en su memoria, ese momento único e irrepetible (CNP:16.100)
#portuguesareporta #acarigua #Araure #nuestragente