Araure.- Si tuviera que comparar al reconocido fotógrafo Rayders Pagliarella con un elemento natural, diría que él es como el viento… cambiante, como buen canceriano. Está en todas partes porque no hay evento social sin su presencia y en éstos, se pasea imperceptible, con su cámara entre la gente. Puede, también, ser fuerte, contundente y visible no solo por su aspecto físico, alto y atractivo, sino por su personalidad, a veces frío con sus opiniones, pero casi siempre cálido, fresco, juguetón, amistoso, risueño y tan agradable que es uno de los más exitosos y solicitados profesionales de la fotografía en Portuguesa.
Pasión familiar
Siempre hizo fotografía, de niño pedía de regalo cámaras filmadoras y fotográficas, y de forma natural se encargó de registrar los recuerdos familiares en todas las vacaciones y momentos especiales en que se reunían. Su papá lo complacía porque también era un aficionado a la fotografía y su tío era profesional del arte de capturar imágenes inolvidables.
Pagliarella es licenciado en administración y durante su paso por la universidad en Barquisimeto, tuvo la oportunidad de estudiar fotografía con un argentino, que le enseñó técnicas y estrategias para ser excelente.
Pero un artista nunca se conforma y siempre anda a la búsqueda de la fuente de su inspiración. Por eso, aunque ejerció algún tiempo su carrera universitaria y luego fue agricultor al hacerse cargo de las propiedades familiares, un día de lucidez e introspección, de esos en que se dan las transformaciones universales, tomó la trascendental decisión de obviarlo todo y dedicarse a su pasión: el arte de la fotografía.
«Ni la administración, ni la agricultura era lo mío, no me sentía a gusto, había algo que me decía que por ahí no era el camino, entonces un amigo (Alessandro Mea) me prestó un libro que literalmente decía que para hacer lo que realmente te llena, hay que mandar todo lo demás a la mi… y eso hice, con mucho miedo, y no fue fácil ni para mí ni para mi familia, pero no me arrepiento; estoy feliz».
El gran paso
Cuando Rayders decide ser fotógrafo profesional, hace 15 años, y empezar a hacer de su pasión su medio de vida, se sintió realizado. Entonces -comenta- comenzó la búsqueda interior que haría su trabajo diferente al de otros fotógrafos. Por eso, en cada viaje por diferentes países, centraba su atención sobre las revistas especializadas y estudiaba qué y cómo producir, efectos únicos.
«Consideré la calidad de la producción, la puntualidad en la entrega, ser un poco más atrevido que los demás, estar en los sitios adecuados. No fue mucho, fue pulir el diamante que todo artista lleva por dentro, y creo que es por eso que me llaman y me quieren tanto», afirmó.
Como buen deportista y admirador del fisicoculturismo, durante ese proceso de cambio en su vida, asistía mucho al gimnasio y también se especializó como entrenador de cardiokickboxing, ejercicios funcionales, porque “si fotografías la belleza de las formas corporales, tú no puedes quedarte atrás”.
Fotografía, moda y maquillaje, por lo general, van de la mano en una sesión profesional, pero no todas sus clientes son modelos. La mayoría solo quieren eternizar una imagen extraordinaria, una muy especial, pero no siempre van preparadas, así que -si es necesario- este fotógrafo asume también el estilismo como parte de su tarea y transforma a la mujer en diva con su pincel, sus palabras y su cámara.
«Detrás de cada mujer o de cada hombre común, hay una alma maravillosa y yo me encargo de hablarle a ese ser luminoso para que se muestre y se deje fotografiar. Por eso, mis fotos son diferentes», asegura.
Uno de los temas que lo identifica y puede verlo en su cuenta de Instagram, @rayderspagliarella, es el desnudo, un tema que ha hecho famoso mundialmente a fotógrafos como Spencer Tunik, que no deja a nadie indiferente y a los que muchos pintores famosos dedicaban gran parte de su obra.
«El tema de los desnudos artísticos es complejo, sigue siendo un tabú, todavía hay gente que se horroriza, pero eso no es nuevo y yo pienso que hay que hay seguir rompiendo paradigmas. Lo que hago es arte, es mi concepto y lo muestro, la ventaja es que cada quien escoge lo que quiere ver», comentó contundente.
La mujer es siempre perfecta
«Soy un defensor de la mujer al 1.000 %, porque creo que en esos cuerpos hay una belleza total, independiente de cuánto miden sus senos, su cintura o cómo es su cabello. Simplemente es una criatura perfecta, generadora de vida. El 80 % de mi obra tiene como protagonistas a mujeres que no son modelos, pero yo me encargo, entre foto y foto, de escudriñar en su verdadera esencia, me toca hacer de psicólogo, ¡busco que me muestre su belleza y cuando ella lo hace, ese es el momento que hay que captar! No soy Freud, pero hay mujeres que me han comentado que algo que les he dicho en una sesión de fotos les han cambiado la vida. Sé descubrir esa parte femenina de la mujer y que sienta esa otra perspectiva de la vida, simplemente mágica.
Aquí y allá también
El tiene tiempo para todo y en todo momento, y asegura que es porque disfruta estar en los eventos sociales, se organiza y puede ir a varios en un mismo día. “Me sobra energía para eso y para más”.
Rayders no trata de encajar, busca su propio yo y se muestra tal como es. “No me ciño a los comportamientos que la sociedad impone, soy auténtico, y eso pudiera parecer algo infantil». Son opiniones que no le preocupan.
«No puedo dejar de ser yo, no tengo ataduras y el hecho de que sea mayor no me quita la espontaneidad. Siempre trato de rodearme de gente buena y eso hace que mi energía esté elevada. Hay diferentes opiniones, a veces puedo, a primera vista parecer antipático, pero deben conocerme más, no tengo reparos en mostrar mis emociones como un niño, siendo un hombre», dijo.
«Siempre estoy invitado y acepto todas las invitaciones que mi agenda me permita. Todo los momentos de la vida son fotografiables; es el recuerdo de un momento especial. Antes, te ibas de viaje y te tomabas 36 fotos limitadas que tenías que revelar, posteriormente; hoy todos se graban y se fotografían, recuerdos que la mayoría de las veces se quedan en el celular. Una foto profesional es esa que se conserva, se muestra con orgullo y pertenece a la memoria histórica de cada quien y además, te inmortaliza».
De muchas fotos, pocas
«Definitivamente, la foto perfecta es aquella que transmite emociones y te transporta. Hay formas de mostrar el trabajo en exposiciones, muy artísticas y con mucha técnica, también en Instagram que nació para eso y aquella muy íntima que se guarda entre los amigos y la familia».
En una sesión de fotos se hacen miles de capturas. Escoger una foto es de mutuo acuerdo y, aunque el cliente tiene la última palabra, la opinión profesional siempre es tomada en cuenta. Hay quienes me dan esa facultad.
También hay oportunidades en que él se esmera con unas fotos muy profesionales y luego las ve publicadas con filtros, efectos y con un concepto totalmente distinto. «Vueltas papilla», dijo.
«Si se trata de un videoclip, yo prefiero producirlos y dirigirlos, mas no editarlos. Me apoyo en mi equipo para eso. Pone mi capacidad creativa al máximo y eso me encanta», reveló.
Explicó que la experiencia también te indica cuál es el momento perfecto: el beso de los novios en una boda o la madre enjugándose las lagrimas, por ejemplo. El ojo del fotógrafo se entrena y capta momentos que otros no pueden ver. Son -indicó- segundos irrepetibles.
-A mí me contratan para bodas, inauguraciones, cumpleaños, foto productos, publicidad, ocasiones especiales múltiples, hasta me han buscado para hacer fotoperiodismo. Eso sí no lo he hecho, pero para todo lo demás estoy a la orden. Próximamente tendré mi página web para poder publicar aquellas que no puedo por las redes sociales.
Pero hasta entonces, podemos ver su extraordinario trabajo por Facebook e Instagram, con su marca personal, @raydersPagliarella. El irrepetible. (CNP 16.100)