Acarigua.- Aunque este reconocido cineasta nació en Acarigua, fue Guanare la ciudad que lo cobijó y el lugar de sus primeras experiencias, de sus afectos, el primer encuentro con el teatro, el primer amor y de su primer gol en el hermoso engramado del estadio local, la tarde de un sábado, con su equipo infantil A de la Urbanización La Comunidad.
Egresado, con mucho orgullo, del Liceo José Vicente de Unda en Guanare, Rolando José Chávez se graduó en la Escuela de Cine Pansoviética de Moscú, es especialista en Publicidad, con estudios en el Instituto Estatal de Teatro Lunacharsky de la URSS y en la Universidad Católica Andrés Bello. Se ha desempeñado como ejecutivo de televisión y director, realizando películas cinematográficas, documentales y dramáticos para televisión, con producciones premiadas en festivales internacionales.
Entre los créditos de participación en la televisión venezolana, el nombre de este director aparece en producciones como «El Desprecio», «Kassandra», «Por estas calles», «Pura sangre», «Amores de fin de siglo», «Cambio de piel», «Mis tres hermanas», «Mi gorda bella», «Juana la virgen», «Mi prima Ciela», «Camaleona» y «Por todo lo alto». Además, es creador del diseño, concepto y realización de “Voces del Petróleo”, serie documental de 24 programas transmitida por Televen.
Durante toda su carrera como cineasta ha dictado cursos y talleres, compartiendo su conocimiento y experiencia con las jóvenes generaciones de cineastas venezolanos.
En su pueblo
«Guanare es mi terruño, cuando las circunstancias lo permiten siempre llego hasta el calorcito de mi llano a visitar a mi familia, a mi padre querido que ya pasa de los 90 y mis hermanas y sobrinos. Después de rodar tanto por el mundo, Guanare siempre será mi casa», nos dijo con mucha emoción
Sus inicios en el teatro
El teatro en Guanare ha tenido gran auge en las últimas décadas y ha dejado una huella profunda. Comenzó a los 14 años en el Centro de Cultura de Guanare, con Salvador Navarro, un profesor de teatro caraqueño. Fue a su hermana Doraima a quien invitaron a esa audición para conformar un grupo teatral, pero esa racha de suerte le pertenecía a Rolando y dice que aún recuerda el olor a madera de la tarima de esa sala.
Luego estuvo con el profesor Domingo Araujo en la Escuela de Teatro José Antonio Páez y siguió con Yucí Sánchez, un director salvadoreño, con quien montó «Los papeles del Infierno» una obra dura y conmovedora, de Enrique Buenaventura.
«Esta obra la realizamos junto a un grupo maravilloso conformado por actrices locales como Mirla y Reina Ruíz, Carmen Guédez, Evis Cuellar, Giuseppe Fishetti, entre otros. A Evis y Fishetti, me sigue uniendo la profesión y una hermosa amistad de más de 40 años».
El camino a Rusia
A inicios de los años 80, el actor estudiaba Economía en la Universidad de Carabobo y, paralelamente, hacía teatro en la Escuela «Ramón Zapata» de Valencia, con los profesores de teatro Eduardo Moreno y Arcadio Padrón.
«Sentía que aún tenía mucho que aprender y que en el oficio de actor y de la dirección, apenas comenzaba. Salió un aviso en la prensa para optar a becas en la URSS, a través de CORDIPLAN. Considero que la mejor escuela de actuación es la rusa, los grandes actores ingleses y norteamericanos fundamentan su oficio en la técnica Stanislavskiana. No lo pensé mucho y apliqué para estudiar Dirección del Drama: la fortuna me sonrió y el 5 septiembre de 1983, estaba en un avión rumbo a Moscú, con 22 años y una maleta de sueños, sin saber nada de ruso; el viaje fue tan repentino, que solo me dio tiempo de despedirme de mi familia».
Las aventuras comenzaron -relata- cuatro días antes de su viaje. El primero de septiembre los soviéticos derribaron un avión de Corea del Sur, supuestamente por motivos de espionaje. En su vida pensó que su cotidianidad se vería afectada por el enfrentamiento de dos potencias.
«Nuestro avión salió de Maiquetía y debíamos hacer una escala de un día en Ámsterdam. El incidente de la voladura del avión produjo uno de los momentos más tensos de la Guerra Fría entre USA y la URSS, originando un boicot de vuelos hacia la URSS. Ninguna línea aérea quería volar hasta Rusia, nos quedamos varados en Ámsterdam una semana, en la incertidumbre total y sin saber a quién acudir. Éramos un grupo de jóvenes ansiosos y conocimos desde el Museo Van Gogh hasta las famosas vidrieras de la Zona de Tolerancia; alguien del grupo, incluso, fue víctima del hampa en aquellos días aciagos».
En Rusia estudió Dirección del Drama y al culminar su primer año del Instituto de Teatro, hace una prueba en el Instituto de Cine de Moscú. Tuvo que vencer a la burocracia soviética, pero el gran maestro de cine Vladimir Naumov le dio la oportunidad de estudiar Dirección de Cine y TV durante cinco años.
Un cambio radical
«Soy un apasionado de la literatura rusa, de Dostoievski, Gogol, Tolstoi, Bulgakov, Chejov. Ese inmenso país siempre me intrigó, es un idioma muy difícil, pero lo aprendí y lo hablo bien. Los primeros días de nuestra llegada todo era curioso y festivo, pero pronto los árboles perdieron sus hojas quedando desnudos, el otoño dijo presente, los días empezaron a ser grises, el invierno se prolonga por cinco meses, no entiendes el idioma, no te acostumbras, te ataca la soledad y la nostalgia, extrañas a los tuyos y la nieve ya no es un juego, es una pesadilla. Pero un día comienzas a entender no solo el idioma, sino también la idiosincrasia del pueblo que te acoge y disfrutas la experiencia. La soledad obliga».
El amor llega para siempre
Conoció a su esposa Nelly Ivanovna en Moscú. Ella es de Moldavia un encuentro a 36 grados bajo cero. Estudiaron juntos en el Instituto de Cine. Ha sido actriz, modelo y hoy en día es Investigadora del Celarg, licenciada en Artes Liberales de la Universidad Metropolitana y doctora en Ciencias Sociales de la Universidad Simón Bolívar. Luego de más de 30 años en Venezuela, defiende este país a capa y espada, adora el clima de Caracas y se siente cómoda con la manera abierta y franca que tenemos la mayoría de los venezolanos.
«Aprendió a hablar español en los pasillos de Radio Caracas donde participó en varias telenovelas, siendo la más conocida ‘Kassandra’, donde interpretó a un ruso. Mis hijas gemelas Darya y Lena aprendieron a gatear y caminar también en los pasillos de RCTV donde participaron en la telenovela ‘Mis tres hermanas’ y con menos de un año ganaron el premio a Mejor Actriz Infantil del año 2000. Este año 2022 se acaban de licenciar en Dirección de Cine y TV, en universidades rusas, están aquí en Venezuela trabajando en sus respectivas áreas y ya recibiendo sus primeros reconocimientos como profesionales», señaló orgulloso.
Otra vez en Venezuela
En el año 90, en noviembre, llegó de Rusia directo al Festival Nacional de Cine de Mérida, participando con dos películas recién estrenadas, «Itinerario» y «Los círculos de la farsa». En enero comenzó a dar clases en las Escuelas de Teatro César Rengifo y en la Juana Sujo, en Caracas, y el primero de febrero del año 91, inició labores en RCTV, canal en el que permaneció hasta su cierre en el 2010.
Fue una larga relación que le permitió trabajar con talentosas actrices y gerentes, siendo la mano derecha de la actriz Gloria Miró. Tuvo el honor y la misión de formar a las nuevas generaciones de actores en la Academia Nacional de Cine y Televisión de RCTV, junto a Amalia Pérez Díaz.
«Fue un privilegio compartir cotidianamente con Orlando Urdaneta. Fueron mis grandes amigos Carlos Márquez y Gustavo Rodríguez, mi compadre Ricardo Bianchi y con escritores como José Ignacio Cabrujas, Julio César Mármol, Ibsen Martínez, con mi amigo Leonardo Padrón y mis mentores en el cine Gustavo Michelena y Henry Herrera, los mejores guionistas de cine de este país».
Chávez ha participado como director y guionista en “Los círculos de la farsa», documental producido por el VGIK-Instituto de Cine Pansoviético de Moscú. «Itinerario», ficción por el VGIK. «100 años del cine Venezolano» de RCTV- CNAC. Como director «María Teresa… Intensamente», documental del CNAC y «Victoria», ficción de la Villa del Cine. Como director de post producción «Soltera y sin Compromiso», una película de RCTV para televisión. Como productor ejecutivo, “Los Asesinos” y “Catia es un nombre ruso”, y fue asesor de estructura en «Un país llamado El pez que fuma».
¿Qué ha significado para ti estar en el mundo del celuloide?
«Con la excepción de algunas personas que tienen más ego que talento, la gente que se involucra en hacer una película es muy solidaria, sensible, comprometida, que trabaja necesariamente en equipo y el cine me ha permitido conocer mucha gente así, profesionales maravillosos que no están pendientes de la superficialidad farandulera del séptimo arte. Estar con gente que maneja y practica esos valores, te hace crecer constantemente, te obliga a permanecer en una búsqueda constante, en pensar siempre en el otro, en la gente, en lo que haces. Al final, lo más importante es el proyecto y no los intereses personales. Hacer una película es creer, es tener fe y amar al otro, el cine significa para mí un acto religioso, por eso se parece tanto al teatro. El cine es el hacer, la obra en sí, no lo superfluo que lo rodea.
Famosos, controversiales y maestros
En el año 1987, el director venezolano fue invitado al Festival Internacional de Cine de Moscú y compartió con Gabriel García Márquez, Marcelo Mastroiani y Robert de Niro. En el Festival de Berlín en el año 90 conoció a Morgan Freeman, poco conocido entonces, pero precisamente en ese festival ganó uno de sus primeros grandes premios como actor con la Película «El chofer de miss Daisy». En la Academia de RCTV fue profesor de actuación en una catedra que compartía con los primeros actores Amalia Pérez Díaz y Carlos Márquez.
– Dice el «Popol Vuh» vinimos a soñar, no a vivir. El mundo es ficción, inventamos sobre la realidad, el arte es imaginar como Julio Verne un submarino que tiempo después sale del libro como realidad. El artista siempre tiene el deseo de expresarse, de manifestar sus preocupaciones al mundo, aquello que le duele, que le preocupa, que le inquieta.
Pero para comunicar esos conceptos y sentimientos -explicó- requiere equilibrar forma y contenido y, para ello, debe tener un arte, inventar un lenguaje, unos códigos que lo ayuden a llevar ese mensaje al público. El mundo de la creación es simple, el artista lo que aspira es hacerse de un oficio para transmitir ideas y sentimientos que conmuevan a la gente. Picasso antes de conmover con sus narices torcidas pintó muchas naturalezas muertas, pero son las narices torcidas las que nos llaman la atención, se hizo de un lenguaje propio para comunicar lo que le angustiaba, La Guernica, por ejemplo. Creo que la revelación es darte cuenta que tienes esa sensibilidad para hablarle a los demás, en ese momento tú dices: “debo comunicar esto que me angustia, este sueño o pesadilla que me atormenta”.
«Nos quedamos en Venezuela»
Los Chávez Prigorian son una familia dedicada al audiovisual que trabajan en varios proyectos, tanto largos de ficción como documentales.
«Mi mayor logro es, sin duda, mi familia, los trabajos y los logros profesionales alcanzados son efímeros. La familia siempre queda, siempre está, pero para que esté, debes hacer muchos sacrificios y esfuerzos».
Sus hijas Darya y Lena están desarrollando ahora varias propuestas como “Ferdinandov» un documental sobre el artista ruso Nicolas Ferdinandov, maestro de Reverón; las locaciones serán en Caracas, Margarita y Moscú. “Perlas de tercera suerte», serie histórica sobre la explotación de perlas en Cubagua en el siglo XVI. La película «Victoria», drama histórico sobre los jóvenes seminaristas que combatieron a Boves en la Batalla de La Victoria. Actualmente, hace trabajo gremial para la Asociación Nacional de Autores Cinematográficos (ANAC) y para la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Venezuela (ACACV). También, es miembro del jurado del concurso «A corto plazo 2023», concurso de cortometrajes organizado por el Festival Cinelatino de Toulouse y la Embajada de Francia en Caracas.
«Nos quedamos en Venezuela. Aquí hay muchas historias que contar, es mi entorno natural, mis hijas y mi esposa, a pesar de tener doble nacionalidad -en el caso de mi esposa, tres pasaportes-, todos tenemos posibilidad de ir a Rusia, Moldavia o Rumania. Escogimos vivir en este lugar del mundo y aunque aquí hay grandes problemas sociales y económicos, cada día nos levantamos con el deseo de hacer de este sitio un lugar mejor para todos. Nada se consigue sin sacrificios», finalizó optimista.
Premios y reconocimientos:
- – Obra “Cubagua 500 años de Olvido”. Premio Fondos Nacionales Concursables del Ministerio de Cultura 2015 (Guión ficción) 2014.
- – Obra “En clave de Fuga”. Serie para TV. Convocatoria Conatel 2014.
- – 2006, nominado al premio William H. Phelps por «Mérito Individual».
- – 2000, “El Recreador”. Proyecto Cinematográfico. Ayuda de IBERMEDIA (España).
- – 1990, obra «Itinerario». Mención Especial del Jurado. Festival de Escuelas de Cine en Munich-Alemania.
- – 1992, obra «Itinerario». Mención Especial del Jurado Festival del Primer Festival Latinoamericano de Cortometraje y Video. (CNP 16.100)