Acarigua.- La primera vez que tuve el placer de entrevistarlo solo tenía 11 años y ya era considerado un prodigio tanto del canto como del violín. Aún así, no podíamos siquiera imaginar hasta dónde llegaría.
Samuel Abraham Vargas Teixeira, uno de los más destacados solistas y maestros venezolanos del violín en Estados Unidos, es licenciado en Música (CSU 2022), mención honorífica Summa Cum Laude y reconocido por la Universidad de Columbus como el mejor estudiante de música de su facultad.
Obtuvo, posteriormente, la maestría en Ejecución del Violín (2024), graduado con los honores máximos otorgados por la presidenta de la Columbus State University (CSU).
Se ha presentado en los más grandes e importantes escenarios del mundo y recibido más de 20 premios nacionales e internacionales, no solo como concertista, sino también por su labor pedagógica y filantrópica, a través de la Fundación Vargas (@vargas_foundation).
Entre estos premios, destacó como los más inspiradores y relevantes, el primer lugar en la Competencia Sphinx (2021) en USA y el premio mundial como Artista Yamaha (2019). Tiene certificación en Musicología Pública (2024) con mención honorífica, en Idiomas, y en Coaching Sistémico y Programación Neurolingüística.
En junio de 2024, fue nombrado maestro de violín en la Universidad Estatal de Columbus y tiene un canal en Youtube para enseñar de forma virtual, cuyos tutoriales son referentes en el mundo académico.
Actualmente, cumple una agenda de conciertos y recitales variada, que se proyecta hasta el 2026 y que combina con su labor filantrópica, la escritura de libros y métodos para estudiantes, y el trabajo discográfico en estudios de grabación en el estado de California.
«Siempre he sido un soñador y, como resultado, un sueño me lleva a otro, y eso es lo que me inspira a seguir adelante y a no conformarme solo con lo que he logrado hasta el momento. ¡Si alguien me hubiese dicho cuando tenía 10 años que estaría donde estoy, quizás, no le habría creído!», afirmó.
Sin duda, es uno de los venezolanos más resaltantes en el mundo del arte y la cultura a nivel internacional, un genio del violín del que nos sentimos, como coterráneos, muy orgullosos.
Los Vargas
El violinista nació en Caracas y creció en Araure estado Portuguesa. Su madre es la conocida psiquiatra Dalila Teixeira y su padre Alexis Vargas, educador y analista químico. Ellos se conocieron cantando, por lo que la música siempre estuvo presente en la vida familiar y marcó la niñez del pequeño Samuel, que comenzó a cantar a los 3 años acompañado por su papá en el cuatro y por su mamá en la voz.
«Al hablar de Samuel, me vienen dos palabras a la mente: privilegio y gratitud. Nosotros le inculcamos amor, disciplina y respeto. Él tiene un virtuosismo del que no hace alarde. Y dentro de su éxito, mi hijo no se ha quedado con nada y lo comparte todo, a través de la fundación. Él siempre estuvo claro y supo lo que quería y nosotros entendimos que él es un chico que vino a sentar un precedente», señaló su madre.
«Considero que tuve una niñez única y diferente a las de otros niños cercanos a mí. Siempre fui un niño apasionado por el conocimiento. De pequeño prefería quedarme en casa memorizando libros, observando los videos educativos de la famosa Enciclopedia Oceanía, que mis padres adquirieron con muchísimo esfuerzo».
-Ellos (sus padres) solían pedirme que saliera de casa a jugar con los vecinos o compañeros de la escuela, pero mi naturaleza humana era quedarme en casa, aprendiendo sobre el mundo, indicó Samuel.
Al comenzar sus estudios de música, ese interés por aprender se intensificó y, centrado e inteligente, supo enfocarlo en el estudio del violín.
«Es importante mencionar que siempre fui un niño feliz. Mi falta de interés en lo que vemos como el comportamiento tradicional de un niño y su forma de relacionarse con su ambiente, fue una decisión propia, que dio frutos extraordinarios en mi vida» y todos están a la vista.
Por otro lado, hoy en día, aprovecha su poco tiempo libre. «Me gusta hacer paseos en bicicleta o caminando. Me gusta cocinar y armar modelos tridimensionales de colección».
Otro de «El Sistema»
A la edad de 10 años, a Samuel se le conocía como el «Niño prodigio de la canción», porque desde pequeño se unió a sus padres en un trío que artísticamente se conocía como «Los Vargas» y que solía presentarse en la Casa de la Poesía de Acarigua, en sus frecuentes encuentros culturales.
«Un día en uno de esos conciertos, el cellista y pedagogo, Roberto Zambrano, se acercó a mí y me preguntó si yo conocía lo que era una orquesta; mi respuesta fue afirmativa. Luego me preguntó si sabía lo que era ‘El Sistema’ de orquestas y cuando le dije que ‘no’ inmediatamente se emocionó y me pregunto si quería conocerlo. Hablé con mis padres y esa misma semana me llevaron al núcleo de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil Acarigua-Araure, donde me enamoré del violín, con tan solo verlo», señaló.
Propósito de vida
Al ser considerado un prodigio, quisimos saber qué pensaba sobre el tema y se mostró contrario a esa calificación.
«La verdad, tengo dificultades para aceptar esa palabra dentro de mi vocabulario. Siempre que leía o investigaba sobre algunos niños prodigios del violín, muchos de ellos terminaban cometiendo suicidio, siendo explotados o sufriendo de abuso psico-emocional».
En consecuencia, su concepción de dicha definición siempre tuvo una connotación negativa. «Me considero una persona que tiene un propósito de vida muy especial y que nació con los talentos y capacidades necesarios para desarrollar y cumplir ese propósito de vida».
Samuel se considera afortunado porque muchas de las cosas que soñó de pequeño, se hicieron realidad antes de cumplir 20 años.
En el 2017, con 21 años, concursó a nivel mundial y ganó la beca «Woodruff» de la Universidad Estatal de Columbus, lo que le permitió cursar estudios superiores de música y violín en Estados Unidos.
El poder de la música
La música, esa energía que lo invade todo, ese idioma universal, ha sido en muchos niños y jóvenes el motivo que ha cambiado el rumbo de sus vidas, y fue para Samuel, la luz que iluminó un camino de éxitos.
«Cuando ves el brillo en los ojos de otro joven al ser transformado con el poder de la música, entiendes que quizás ese proceso es un llamado divino. Desde el primer momento en que tomé el violín en mis manos, supe que eso era lo que quería hacer por el resto de mi vida. Creo de corazón que yo no escogí al violín como mi instrumento de vida, sino que el violín me escogió a mí».
Señaló que la música y la educación musical poseen un poder transformador extraordinario, que no solo enriquece el alma, sino que también tienen efectos profundos y positivos en el desarrollo cerebral.
«Estudiar música fomenta habilidades cognitivas esenciales, como la memoria, la concentración y la coordinación. Además, la música tiene un impacto significativo en la formación de la personalidad, cultivando la disciplina, la sensibilidad emocional y la capacidad de trabajar en equipo», afirmó
Como músico, dedicado a enseñar de forma presencial y virtual, puede asegurar que aquellos que experimentan la música desde una edad temprana desarrollan una mayor empatía y creatividad, características que los acompañan a lo largo de sus vidas, enriqueciendo tanto su desarrollo personal como sus interacciones con el mundo que los rodea.
Aprender a tocar un instrumento —dijo— requiere introspección y autoevaluación constante. Los niños se vuelven más conscientes de sus propias emociones y reacciones, lo que es fundamental para fortalecer la inteligencia emocional. Superar los desafíos técnicos y musicales aumenta la confianza en sí mismos, fortaleciendo el autoconcepto. Cada logro, por pequeño que sea, refuerza la autoestima del niño y su creencia en sus propias capacidades.
Canal de Youtube
El canal de YouTube fue un proyecto en el que incursionó en 2019, con el propósito de compartir de forma gratuita sus conocimientos con estudiantes de habla hispana. Este canal se ha convertido en un referente mundial y, en la actualidad, los tutoriales presentados en dicha plataforma son utilizados por otros maestros e instituciones para fortalecer el proceso educativo de estudiantes de violín.
Vargas Foundation
Otro de sus grandes logros es la Fundación Vargas, una organización sin fines de lucro constituida en 2020, en los Estados Unidos, con locación física en la ciudad de Columbus en el estado de Georgia. La organización tiene como propósito enriquecer a las comunidades y a la sociedad, a través del poder de la música clásica y la educación creativa.
La Fundación Vargas, sirve a estudiantes de música entre los 6 y 26 años, en 18 países y provee acceso a educación musical gratuita, dotación de instrumentos, accesorios y materiales a jóvenes músicos de escasos recursos.
«Con voluntarios de la comunidad músicos, profesores y artistas para la recolección clasificación y distribución de accesorios musicales que luego serán enviados a países centro y suramericanos para su entrega a estudiantes de bajos recursos que no poseen las posibilidades de adquirir instrumentos cuerdas y accesorios», explicó.
Proyectos
Su agenda está llena de proyectos maravillosos, de buenas intenciones, de éxitos presentes y futuros, y de conciertos, algunos escritos exclusivamente para él
«Recientemente estrené un concierto de violín titulado ‘Morgante’ que me dedicó el afamado compositor argentino Andrés Martín y se realizó bajo la dirección del maestro Anthony Parnther y la Orquesta Sinfónica de San Bernardino en el estado de California”.
Debido a su proyección como solista, tiene el privilegio de viajar muchísimo, compartir con orquestas increíbles del mundo entero como el New World Center de Miami, la sala Ríos Reyna de Venezuela, el teatro metropolitano de Tokyo, el Festival Hall de Londres, Lincoln Center de Nueva York, la Sala Simón Bolívar de Venezuela, el teatro Histórico de California, el Teatro Bill Heard de Georgia, el Teatro de Múnich en Alemania, entre muchos otros.
Además, ha colaborado con prestigiosos directores como Gustavo Dudamel, Sir Simon Rattle, Daniel Barenboim, Anthony Parnther, Michael Tilson Thomas, Nathalie Stutzmann, Christian Vásquez, Chad Goodman y Tito Muñoz. (CNP 16.100)