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Silvia Cabrera: Una periodista acarigüeña realizada y exitosa en Alemania 

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Escrito por Beatriz Quintana

Acarigua.- Silvia Cabrera es una de las periodistas venezolanas más preparadas, brillantes y conocidas en el mundo. Su primer trabajo fue en la sala de prensa del Palacio de Miraflores, en la segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez, cuando aún estudiaba en la universidad.

Venevisión la recibió más tarde y allí fue redactora de noticias, además de productora de «Estrenos y Estrellas» cuando una caraqueña que vivió parte de su infancia en Acarigua, Albany Lozada, conducía la sección. Se destacó como reportera de política y durante varios años cubrió el Palacio de Miraflores.

Más tarde, pasaría a conducir la emisión matutina del Noticiero Venevisión y, finalmente, fue presentadora principal de la emisión estelar. Un total 10 años maravillosos y enriquecedores. Paralelamente, trabajó en Union Radio Noticias, el circuito informativo de mayor credibilidad de la radio en Venezuela, expresó la famosa comunicadora.

Nació en Acarigua y dice que guarda de esta ciudad los recuerdos más hermosos del mundo; una infancia feliz, entre amigos, familia, fincas y caballos.

«Soy acarigueña, araureña y llanera de pura cepa. Todo junto. Nací, crecí, viví y me formé en mi pueblo. Y si me lo me preguntan, volvería a nacer y crecer en esa tierra hermosa. Estoy orgullosa de ello», enfatizó.

De toda la vida

«Recuerdo que a los 7 años pedí como regalo de Navidad un grabador de periodista y entrevistaba a los perros de la casa, a la señora del transporte escolar, a mis padres. Documentaba la vida en mi casa, las lluvias torrenciales, el día en la escuela, todo. Siempre quise ser periodista», explicó.

El Palacio de Gobierno

Nada más interesante que comenzar a trabajar en la sala de prensa de un presidente de la república. Hizo sus pininos como periodista en el Palacio de Miraflores, durante el segundo período de Carlos Andrés Pérez, un trabajo de medio tiempo que compartió con sus estudios.

«Era muy jovencita aún y aprendí muchísimo allí. Compartí con periodistas de larga trayectoria, aprendí a moverme entre titanes y a hallar la noticia en un pajar. Viví toda la salida de Pérez, fui parte -sin saberlo- de la historia política del país». Una experiencia que amerita una entrevista aparte, para conocer detalles de un episodio tan cuestionado como importante.

Pero, a pesar de todo el éxito que había cosechado en su carrera profesional, siempre quiso seguir estudiando, porque quien está destinado al éxito, lo busca e, irremediablemente, crece tan alto como sus expectativas y lo encuentra.

«Así es que, después de muchos, decidí dejarlo todo y volver a las aulas. Opté por una beca del DAAD, el Servicio Alemán de Intercambio Académico, para hacer estudios de doctorado en Alemania y la gané. El DAAD es una organización alemana promotora del intercambio internacional de estudiantes y científicos. La fundación más grande del mundo para financiación de la movilidad científica”.

“Así es que, de repente -y por obra y gracia de Dios, del destino y de mi trabajo-, llegué a Alemania en 2003, con muchas ganas de volver a la universidad y de vivir la experiencia única de conocer un país, con una historia tan interesante y con una cultura tan distinta a la nuestra», relató.

Terminó su doctorado en Ciencias Políticas en 2010 y, casi de inmediato, la contrataron en DW como presentadora principal de sus informativos. Allí, continúa trabajando y este 2023 celebra ya 20 años en ese país europeo.

Valió la pena

Irse de Venezuela no fue fácil para ella. Dejaba atrás a una familia muy unida, un trabajo muy estable, y una posición social y laboral maravillosa. Pero tenía ganas de aprender, de comenzar de nuevo.

«Aterricé en Göttingen, una ciudad universitaria pequeña, en el centro del país. Allí, estuve internada en el Instituto Goethe diez meses, aprendiendo alemán. Para ir a la universidad debía pasar el DSH Prüfung, que es una especie de examen de suficiencia de alemán parecido al TOEFl inglés. Así es que las clases fueron intensivas, un ritmo duro pero a la vez muy enriquecedor».

Cuenta Silvia, que estudiantes de todas partes del mundo, estaban allí para aprender un idioma tan complicado como el alemán. Chinos, mexicanos, estadounidenses, árabes, venezolanos… en fin, cientos de jóvenes y no tan jóvenes que pasaban las 24 horas del día compartiendo experiencias.

«Fueron unos meses difíciles, de mucho trabajo y estudio, pero al final lo logré y terminé con mi certificado de alemán bajo el brazo. Después de allí, me vine a Berlín y, por cosas del destino, terminé escribiendo mi doctorado en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Rostock, en el este alemán, con uno de los mejores profesores del mundo: Nikolaus Werz. Hoy, soy doctora en Ciencias Políticas y el idioma alemán lo sigo aprendiendo. ¡Eso nunca termina!», comentó satisfecha y no es para menos.

El sueño de muchos

Preguntar a un entrevistado que vive en un país tan diferente al nuestro, cómo es el encuentro con esa cultura, es indispensable.

«La verdad es que he pasado por muchas etapas. En un comienzo, todo era como una ‘luna de miel’ con Alemania. Antes de venirme, yo conocía muy poco de este país, no tenía conocidos alemanes, nada. Así es que al principio, fue todo como un descubrimiento. Todo era maravilloso. Me gustaba la comida, me interesaba por aprender sobre las tradiciones, el idioma y sus matices. Quería viajar y conocer».

Con los años, dejó de ser “turista” y comenzó el proceso de integración, dándose cuenta de las grandes diferencias.

Explicó que los alemanes son más distantes en las relaciones, muy estrictos con el tiempo, que la amistad se construye de otra manera y cuesta mucho, aunque al final, son los seres más leales que existen.

«Golpea sobre todo, el clima. Seis meses de frío intenso, tres de mucha lluvia y tres de sol. Para una acarigueña como yo, acostumbrada al calor y al sol del trópico, eso puede ser mortal. A veces, no se cómo he logrado sobrevivir. ¡Quizás por llanera!”, dijo jocosa.

Por esas cosas y muchas más -dice enfática y nostálgica- que de Venezuela, extraña todo.

«Extraño mi casa de Acarigua, el árbol de mango en el medio del patio, las lluvias torrenciales de los llanos y el olor a tierra mojada. Extraño las tajadas y el suero, los abrazos de la gente, de mi gente, el cielo azul clarito y brillante. Extraño mi llano, verde, oloroso, llenito de garzas y pozos».

«Extraño los ‘naguará’ de mi gente, los mamones y las bolsitas de ciruelas rojas. Un poquito más allá, extraño las playas hermosas de Margarita, los atardeceres de Pampatar, hasta el caos y la espontaneidad de los venezolanos. Pero, sobre todo, extraño a mi familia, a la que fue, a la que tuve. Mi familia hermosa, unida, alegre».

E, irremediablemente, nos pone a reflexionar, que de esto muchas veces nos quejamos.

Su lugar de trabajo

DW es el canal de televisión pública, de Alemania para el mundo. Tiene varios departamentos, uno de ellos el de español.

Trabaja en el canal desde el 2011, cuando la llamaron para entrevistarla en un programa de opinión como experta en América Latina, por sus estudios de doctorado y terminó trabajando con ellos como moderadora principal del informativo y, además, formando parte de los cuatro presentadores del programa de opinión y debates “A Fondo”, que antes era “Cuádriga”.

Por ahora su trabajo la mantiene anclada a un estudio en Berlin. Por algo -explica- la presentadora del informativo es llamada en inglés anchor, es decir, ancla. Ella es la que desde el estudio da el pase a los distintos reporteros que tiene el canal, en el mundo.

«He viajado mucho, pero siempre es poco para lo que deseo. Quisiera conocer más y nuevos países. Levantarme un día en Peking y a la semana siguiente, en Ciudad de México. Como reportera, en Venezuela, viajé a algunos países a cubrir cumbres presidenciales e internacionales, pero lo que más me enorgullece es haber podido viajar por casi todo mi país. ¡Eso no tiene precio!», exclamó la acarigüeña.

Reconocimientos aquí y allá

Ha recibido muchísimos reconocimientos especialmente en nuestro país, pero de ello no quiso hablar, porque no confía en los premios.

«Me gusta más saber que mi trabajo le llega a la gente, que genero emociones, que logro cambiar situaciones. Que levanto la voz contra las injusticias y logró, con ello, que las autoridades, la gente de poder, reaccione. Al fin y al cabo, esa es la labor del periodista», dijo clara de su objetivo profesional.

Su trayectoria internacional

Además de su trabajo en DW, Silvia ha publicado artículos en diversas revistas de comunicación y participado en conferencias y congresos internacionales relacionados con el tema de los medios de comunicación y la opinión pública. Como periodista, se ha especializado en tres países latinoamericanos: Venezuela, Nicaragua y Cuba.

«Busco, con mi trabajo, poner la atención en los autoritarios latinoamericanos, contrarrestar los abusos de poder y apoyar a los valientes defensores de los derechos humanos. Por ello, he recibido y sigo recibiendo críticas muy fuertes, pero no descansaré hasta que se recuperé la libertad en estos países y puedan vivir en plena democracia», determinó.

Además, como politóloga, modera debates políticos para distintas fundaciones alemanas, también para el Goethe Institut y DW Akademie y fue miembro de WAPOR – World Association for Public Opinion Research.

Cómo nos ven los alemanes

«Venezuela está muy lejos de Alemania y hoy en día toda la atención política está puesta en la guerra de Ucrania. En la calle, sin embargo, la gente está pendiente de la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela y sueñan con que las cosas cambien, para volver al país”.

“Por otra parte, los estereotipos siguen intactos: somos el país de las mujeres más guapas, del mar azul, del ron y la salsa. Pero bueno, yo estoy aquí para enseñarles siempre que somos más que eso».

Su familia, su orgullo

Silvia Cabrera está casada y tiene un hijo de 16 años, que -dice- es maravilloso, el mejor hijo del mundo.

«Mi corazón se infla de orgullo al hablar de él: es futbolista y justo ahora acaba de firmar su primer contrato profesional para jugar en un equipo de Berlin, en la categoría Sub17 de la liga nacional alemana. Y lo mejor: ¡sueña con jugar en la Vinotinto! Yo siempre le digo que sí, que lo vamos a lograr. Porque, ¿te imaginas yo con un hijo en la selección venezolana de fútbol? ¡No me cabría el corazón en el pecho!”.

Y si el hijo es como la madre, no lo dudamos y también será nuestro entrevistado muy pronto.

Perseguir la democracia

Desde su posición como experta en política y con el manejo de la información a nivel internacional, consultamos su opinión y mensaje a los venezolanos.

«Allá, aquí o en cualquier lugar del mundo, tenemos que seguir luchando por la defensa de la democracia, porque con todos sus defectos, es el mejor sistema político en el que podemos vivir.

– Solo tenemos dos opciones: o nos resignamos a ser pastoreados o aprendemos a vivir fuera del rebaño, asumiendo entonces el compromiso de lucha por la democracia, un sistemaque busca fortalecer la participación, la inclusión, la igualdad, la libertad, la divergencia y el entendimiento. Yo sé que es difícil, que a veces uno se cansa, pero les pido -con toda la humildad del mundo- que no bajemos los brazos.

A los migrantes

«Todos tenemos derecho a decidir nuestro futuro y si no está en el país, hay que salir a buscarlo en otro lugar, pero para ello, es necesario planificar muy bien el camino, organizar el plan de vuelo y, sobre todo, tener muy claras las razones y las metas», aconseja.

Aclaró que salir no es fácil para nadie y que ser migrante es una de las cosas más difíciles del mundo, por lo que habrá momentos duros, de nostalgias, de llantos, pero se puede.

«Y eso sí, cuando lo logren, cuando lleguen, cuando estén donde quieren estar, no olviden a Venezuela. Nunca. El país nos necesita».

«Me gustaría terminar dándoles las gracias por esta oportunidad de acercarme a mi ciudad, mis amigos y mi gente querida de Acarigua. Mi sueño más grande es regresar y recorrer las calles de las ciudades gemelas (Acarigua y Araure), reencontrarme con los amigos y ver de nuevo con mis ojos mi pasado, que al fin y al cabo, es también mi presente».

Silvia Cabrera será siempre bienvenida a la tierra que la vió nacer. Mientras tanto, seguimos su ascendente carrera periodística, a través de su cuenta en Instagram @silviacabreras, desde donde siempre está informando al mundo lo no tan bueno y lo mejor de Venezuela y sus coterráneos. (CNP16.100)

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