Acarigua.- SOS es una banda de estilo pop rock que podría tener como representativo la famosa canción de Cat Stevens «Father and son», porque el alma y el sonido tan especial se la dan sus creadores Gregorio «Tito» Rodríguez y su hijo Gregory, dos músicos que han recorrido juntos un largo y satisfactorio camino desde su creación hace 22 años, hasta el día de hoy, y que han acompañado a las mejores voces y músicos del estado Portuguesa.
Esta banda es única en su sonido y estilo. Largos años de experiencia, estudios y espectáculos respaldan a los Rodríguez, al extraordinario percusionista Aniello Castillo y la más joven en la banda pero igualmente fabulosa, Anyleidis Salazar, su vocalista más reciente.
Su magia radica en que nadie toca ni conoce como ellos los temas de la discografía rockera. Nadie como ellos puede complacer a los más exigentes melómanos de este género, haciendo sonar sus guitarras con tanta pasión y autenticidad, porque los secundan las vivencias, la experiencia y el alto nivel de exigencia que Tito, como director, le emprime a cada presentación.
SOS significa «salven nuestras almas» y, definitivamente, no hay mejor manera de alcanzar la gloria que a través de la buena música, porque también hacen jazz, soul, blues y bossa nova, géneros que las audiencias conocedoras, intelectuales y buenos músicos, solo quieren escuchar de los mejores.
Pero esta banda es tan versátil, que puede imprimir arreglos muy suyos y especiales a la música bailable, porque si es lo que requieren en un evento, también lo tienen en su amplio repertorio de más de 200 temas. Casi una discoteca andante, infalible e inagotable.
Han tenido en sus filas, varios y excelentes interpretes, pero la vida les cambia y pasan a otras actividades, porque la música y el mundo del espectáculo es exigente, requiere de tiempo, dedicación, transformación, adaptación y evolución. Y ese es, precisamente, su mérito: mantenerse vigentes durante tantos años
Tito nació músico
Su papá tocaba violín y su abuela le enseñó a tocar el cuatro desde los seis años y a los 10 se enamoró de la guitarra que tocaban sus tíos y a los 15 años su papá le compró su primera guitarra eléctrica.
En el Liceo José Antonio Páez (1975) Tito, junto a sus mejores amigos: Renny Lobatón -que ya tocaba el saxofón- Ybrahím Saavedra, Gino Spataro, Francisco Ortega y Rafael Hernández, conformaron «Los cuatro jinetes del apocalipsis, la primera banda de rock de Acarigua-Araure.
«Fue una experiencia increíble porque a través de Ybrahím teníamos acceso a la música más nueva que entraba al país y que llegaba a Radio Acarigua. Yo aún tocaba por oído. Más tarde, cuando me fui a Caracas a estudiar, me perfeccioné estudiando con Renny, que siempre fue un músico de avanzada y el maestro italiano Segundo Peguraro, entre otros,» relató Tito.
Durante muchos años, Tito se dedicó -tras la muerte de su padre-, a los negocios, al derecho y, paralelamente, hizo jingles publicitarios, siempre ligado a Hernández y Saavedra. Fue serenatero y conociendo los entretelones que rodean el mundo de los músicos, quiso evitar que su hijo Gregory incursionara en él.
«No pude -dice entre risas-, su talento y pasión fueron más fuertes y a los 10 años ya estaba tocando el cuatro en la Casa de la Cultura ‘Carlos Gauna’ y, para mí, Gregory es el mejor guitarrista de Portuguesa y más allá», dijo orgulloso.
SOS nació hace 22 años y siempre ha tenido una vocalista femenina: con el mismo formato, Tito en la primera guitarra, Gregory en la segunda, Marcos Hernández en la percusión y Carla Escobar como cantante. Cinco cantantes más antecedieron a Freddy Orellana que era el técnico de sonido y se quedó, con tanto éxito como vocalista que fue una de las etapas más proliferas de la banda. No había discoteca, feria, restaurante y fiesta privada, en los que SOS no tuviera un ‘performance’.
«La música ha sido mi vida, ya tengo 68 años y sigo más activo que nunca. Cuando ensayamos y tocamos me olvido de todo, se acaban los problemas», indicó Tito.
Muchas anécdotas los rodean. En una oportunidad, un cliente les envió una lista de canciones poco inusuales, todas en inglés, y tuvieron que montar un repertorio nuevo para él, de rock, que se disfrutaron muchísimo.
Gregory
Tito cuenta que, desde niño, Gregory escuchó buena música. Es fanático de Carlos Santana, Black Sabat, Hearth, Wind&Fire, Fhill Colins, The Beatles, Pink Floyd, entre otros.
«Yo siempre escuché a mi papá y mis primos tocar, pero él no quería enseñarme a tocar la guitarra, así que tomé un método, aprendí los acordes y pude hacer mi primera melodía, que fue ‘Samba pa’ ti’ de Santana. Me encantaba el rock, pero en mi casa también pude escuchar boleros en la voz de mi abuela, baladas y otros géneros. Yo era una esponja, así que puedo tocar y acompañar lo que sea», explicó.
La formalidad llega con Renny Lobatón, el amigo y maestro egresado de la Universidad de Berkeley USA. Gregory estudia música y se realiza plenamente.
«Yo leo partituras y cifrados para estudiar, pero no para tocar, siento que coarta mi creatividad, porque cuando voy tocando surgen sonidos, acordes, ideas únicas que enriquecen la música», contó.
SOS comenzó a popularizarse y a tocar en espectáculos de calle. Ante eso, tuvieron que adaptarse a diferentes públicos. Su reto era no perder la identidad y seguir renovando haciendo cover, pero marcando su sello.
«Al principio, tocábamos lo que nos gustaba, pero comenzaron a contratarnos para bodas y cumpleaños. Entonces tenemos que tocar de todo, también música bailable, porque hay ciertas canciones que le gustan al público, y nosotros le damos nuestro ‘toque mágico’. A veces invitamos a los maestros Vidal Velásquez o Jimmi Báez en el piano, pero si no están yo hago esos acordes con la guitarra, con arreglos distintos», indicó el guitarrista.
Gregory es exigente y dedicado y la cantante debe interpretar en varios idiomas. Adaptan los temas y depuran el repertorio con cada cambio, porque saben que no todos los temas le quedan bien. Son selectivos.
El grupo SOS ha tenido cantantes masculino y femenino pero sus últimas vocalistas han sido damas, porque -según su opinión- calan más en el público.
Anyleidis Salazar
Escucharla cantar es realmente un placer con una voz dulce y potente. Viene de una familia maracucha ligada con las artes plásticas y escénicas, y se inicia con los grupos gaiteros a los 12 años en su natal Maracaibo.
Canta desde los 5 años y tiene 23. Estudió violín, danza, teatro, locución, modelaje y canta en inglés, francés, italiano y portugués.
Fue Ybrahím, quien los pone en contacto, siempre pendiente de sus amigos Tito y Gregory, y el resultado es realmente espectacular.
«Fue un reto para mí. He conocido el disco music a través de SOS Mi primer encuentro fue con Donna Summer y la canción «Bad girls» (1979). Tito y Gregory tienen mucho que enseñarme sobre la música, y yo disfruto cada canción. Nos hemos complementado como una familia».
Escucharlos es realmente una delicia y actualmente, aunque mantienen su repertorio «retro», incluyen toda la música moderna posible, porque a ellos les gusta actualizarse en discopop, funky, afro hause, blues y otros géneros, exigentes y maravillosos y en los que ponen el alma cada vez que interpretan. (CNP 16.100)