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Tony Pérez, el saxofonista más cotizado de Portuguesa

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Escrito por Beatriz Quintana

Acarigua.- El sonido del saxofón es de los más relacionados con la elegancia y el relax, los cafe-bar, el jazz y el blues, pero con Tony Pérez suena también a música pop, bailable y ritmos venezolanos, porque él es así, tan versátil como lo requiera el evento que va a amenizar.

Y no hay lugar nocturno, restaurante club privado, fiesta o evento público donde Tony Pérez no esté presente.

El saxofonista es un hombre de personalidad sencilla, que ama su trabajo y se ha dedicado a la música desde pequeño.

Su nombre es Diamal Antonio Pérez Pérez, pero todos le conocen como Tony, el chico que a los 10 años comenzó a tocar flauta dulce, de forma autodidacta.

Viendo su interés por la música, a los 15 años su mamá le regaló un saxofón electrónico que empezó a ejecutar por su cuenta, entonando las melodías que más le gustaban. No es hasta los 16, cuando comienza a estudiar formalmente en el Centro de Bellas Artes de Acarigua, teoría y solfeo, y flauta y saxofón, con el profesor barquisimetano, Máximo Mora.

A sus 16 años comienza a estudiar formalmente en el Centro de Bellas Artes de Acarigua

«Posteriormente conocí a mi maestro José González, ‘el Moro’, quien se convirtió en mi segundo padre. Con él aprendí las técnicas sobre el saxofón y me dejó muchísimas enseñanzas. Aún sigo estudiando con otros maestros este bello instrumento, porque considero que tengo mucho que aprender».

Desde muy joven decidió que la música sería su trabajo y desde hace 33 años ha tocado en tascas, restaurantes, hoteles, en fiestas corporativas, casinos, bazares, exposiciones e inauguraciones de negocios. Gusta tanto que ha tocado en matrimonios y años después, ya convertidos en padres, repiten con Tony para que sea quien amenice los bautizos y las comuniones de la misma familia.

En los últimos años, ha tenido el honor de hacer el «opening» a conciertos y eventos donde se han presentado grandes artistas como: Maelo Ruiz, Karina «La Voz», Huáscar Barradas, Héctor Hernández y Alba Roversi, entre otros.

De Araure a Turén

Nació en Araure, pero creció y realizó sus estudios de primaria y bachillerato en Turén, y volvió a Araure para graduarse en la universidad.

Él no duda de que su don musical es genético, heredado de su papá Ramón Bonifacio Pérez, que fue violinista popular, tocaba en las fiestas y bailes de los pueblos, y su madre, María Altagracia Pérez de Pérez, que tocaba la tambora y cantaba, aunque no de forma profesional, sino en las reuniones familiares.

«Mi abuelo materno tocaba las maracas y era contrapunteador. Mis tíos por parte de mi papá también eran músicos, tocaban tamunangues y música larense, pero mi inspiración, fue mi papá».

«Mi primera formación musical, fue en el hogar, escuchando. Intentándolo una y otra vez, sacaba melodías de cualquier cosa. Por ejemplo, tengo el recuerdo de cuando estudiaba en la escuela con la maestra Ana de Carmona, que me dio 5to grado. Ella me decía: ‘tú vas a ser músico’, porque me la pasaba tocando el pupitre como un tambor y se dirigía casi siempre a mí, como ‘el musiquito’. También cantaba en los actos de la escuela».

El saxofón y mucho más

Siendo un niño de 6 años, vio llegar a su hermano, Valerio, con un saxofón de juguete. Él simplemente pasó con ese instrumento. Tony lo vio y quedó cautivado por ese objeto que no sabía qué era, pero llamó su atención para siempre.

“Fue su forma y su bello color, esa fue la primera vez que vi uno, solo lo vi…y lo amé. Cuando empecé con los instrumentos de viento, lo hice tocando la flauta dulce, después el saxofón electrónico. Hoy en día toco flauta trasversal, saxofón alto y tenor, y el clarinete. También ejecuto, aunque no de forma profesional, el cuatro, teclado, maraca y tambor”.

Han transcurrido 33 años de vida artística exitosa y placentera. «He recorrido un camino bastante satisfactorio en la música, toqué en época de la pandemia. Para mí, fue un gran reto y de gran agrado de ver cómo esos clientes que se reunían a escondidas con su familia, confiaron en mí, para alégrales sus reuniones»

Cuestión de «feeling»

Para Tony, ser músico es un sentimiento inexplicable en palabras y va más allá de lo que se puede decir. “La música a mí me llena el alma, alimenta mis sentidos y fluye en mí como la sangre en mis venas. Todos los días estudio mi repertorio y salgo a trabajar disfrutando mi música. Eso hace que le pueda trasmitir a mis clientes el ‘feeling’”, explicó.

Aunque es uno de los músicos más cotizados del momento, él no lo ve de esa forma, porque aún no tiene el éxito que desea y en eso sigue trabajando.

«Soy fiel creyente que el éxito de las personas en la vida, deben ir de la mano de Dios, con la constancia, dedicación, trabajo, amor, pasión y entrega absoluta a lo que haces y te apasiona. Sin estar pendiente de la vida de los demás, sin dañar ni perjudicar a otros, pues todo lo bueno o lo malo que hacemos en la vida se devuelve», aseguró.

Sin embargo, agradece la valoración que le dan a su trabajo. Por eso, se esmera en la producción musical de sus eventos, porque sabe que su mejor carta de presentación es dar un buen espectáculo.

Practica varias horas diarias, como cualquier profesional que quiere mejorar su desempeño, aunque está consciente que el éxito de una producción se logra con un buen trabajo en equipo.

«Nadie es más que nadie. Todos debemos dar lo mejor en nuestra área, para lograr el éxito y la satisfacción de quien nos contrata».

Showman

«Siempre me he caracterizado, desde muy joven, por vestir bien. Me considero un hombre innovador, que continuamente estoy en la búsqueda de algo nuevo y diferente. Considero que cada artista debe marcar su estilo. Eso representará su marca personal y le da originalidad a su trabajo», dijo.

No le gusta repetir, por lo que no hace dos show iguales, ni un formato específico, sino que complace y se adapta a lo que el cliente le pida.

En su show es posible disfrutar plenamente de música bailable, instrumental y Dj. Todo en vivo.

Expresó que aunque es lindo escuchar, ver y recibir reconocimiento, no espera ni trabaja para recibir premios. «No estoy en busca de eso. Reconozco el valor de los artistas que se dedican a trabajar para lograr los galardones que con honor se merecen».

Migrar, tal vez

Sí, ha tocado en Colombia, le ha gustado y también ha recibido propuestas para ir a otro país, pero «eso lo dejo en manos de Dios, que él sea mi guía. Tengo varios proyectos en proceso, de los cuales hablaré en su respectivo momento». (CNP 16.100)

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Beatriz Quintana

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