Acarigua.- Este lunes, 15 de enero, Día del Maestro, el magisterio del estado Portuguesa salió a las calles, pero no a celebrar, sino a protestar como lo han venido haciendo desde hace más de un año. En esta ocasión, colmaron las plazas Bolívar de casi todos los municipios de la región y, en el caso de la capital, Guanare, llegaron hasta la Inspectoría del Trabajo a entregar un nuevo documento, en el que exigen la discusión de la contratación colectiva y el cumplimiento de los derechos laborales.
En momentos en que el salario venezolano no alcanza ni siquiera para cubrir la canasta básica, los maestros se mantienen el pie de lucha, en las calles y en las aulas de clases, por compromiso, sentido de responsabilidad y el ejercicio de la profesión como un “estilo de vida”.
Al respecto, contrastamos tres experiencias en la formación académica, en las voces de Trina Zavarce, maestra de educación especial; Degwys Pedroza, docente de un Centro de Atención Pedagógica y Florinda Padilla, dedicada a la educación primaria.
Degwys Pedroza, docente de un Centro de Atención Pedagógica ubicado en Villa Araure, tiene 16 años dedicado a la profesión docente y expresó que no cree que exista dinero capaz de pagar la relevancia de la labor de enseñar, pero aún así «no estaría de más exigir lo justo para una vida digna, tanto propia como la de los suyos; hoy día, es muy complejo el tema salarial, los docentes están trabajando prácticamente gratis y, en algunos casos, invierten del dinero propio para realizar su labor».
Para la profesora Trina Zavarce, el tema salarial es “complicado”. En su caso, es docente 6, uno de los cargos más altos, pero el deterioro del sistema y del currículo, junto a promesas que no encajan con la realidad, «es todo un tema».
«El trabajo del docente no es tan fácil en este país. Se necesita de compromiso, disposición y una mejor remuneración, porque no da la talla. El docente es un valiente real”, apuntó.
La profesora Florinda Padilla lamentó que hoy día sean muy pocos quienes quieran ser docentes. “Tal vez no es la profesión mejor pagada en estos tiempos, pero los invito a formarse para ello. Las satisfacciones personales son muchas, que va desde un simple ‘hola, mae’, hasta un ‘te quiero mucho, mae’», manifestó.
Compromiso
Los tres docentes coinciden en el compromiso que existe en la labor de enseñar. “Es una labor que va más allá de una simple profesión; recoge en el quehacer educativo un compromiso por ser garantes de lo que se viene, no es sencillo, es como el deber propio de edificar la moral de un país que aún no conocemos”, expresó Pedroza.
«Un buen docente es aquel que entendió que tiene en sus manos la herramienta más importante para la construcción del futuro: los niños”, subrayó.
Por su parte, la maestra de educación especial, Trina Zavarce, afirmó que ser educadora es una elección de vida. «En mi caso, me siento como alguien dador de esperanzas. Somos orientadores, ayudamos a los niños a hacer cosas, independientemente de la condición que tengan”, indicó.
«Me siento satisfecha al ver resultados de lo que, con amor y dedicación, damos y que con el tiempo se pueda apreciar”, señaló.
Mientras que Florinda Padilla, dedicada a la educación desde hace 20 años, confesó que «ser docente, es un estilo de vida, es formar parte de la vida de otra persona, a la que no te une ningún lazo de sangre, pero que llegas a querer como si lo tuviera”.
Dejó claro que aunque no es docente de formación, su carrera principal es contador público, con el componente docente. “Siempre he tenido la facilidad para explicar y que me entendieran. Al tener hijos y que comenzaran a estudiar, me incliné mucho más a enseñar”, manifestó.
“Me gusta impartir conocimientos, contribuir en la formación de cada niño que pasa por mis manos, darle herramientas que le permitan desarrollarse profesionalmente; inculcarle y fortalecer sus valores, orientarlo, reír con ellos y hasta, muchas veces, llorar también”, afirmó.
«La labor del docente es una oportunidad única de impactar positivamente en la vida de las personas y en el futuro de la sociedad”, acotó. (CNP 13.114)
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