Acarigua.- Florencia Abraham de Cerón, una de las personas que más abogó por la vida y los derechos de los animales en Acarigua-Araure, murió por causas naturales la madrugada de este jueves, 6 de junio, a los 77 años, en la ciudad de Bucaramanga, Colombia.
Pese la distancia, la noticia se supo —desde la mañana de este jueves en Portuguesa— y rápidamente las palabras de pesar y despedida por su partida, inundaron las redes sociales.
Florencia fue más que una activista por los derechos de los animales. Fue y seguirá siendo un símbolo y referencia de nobleza y humanidad. Se le recuerda por ser fundadora y trabajadora voluntaria activa de la Fundación por la Vida Animal (Fundavidan), organización sin fines de lucro que formalmente inició funciones en el 2006, pero cuyas labores comenzaron muchos años antes, en la propia casa de Florencia, en la urbanización El Pilar, donde cobijó y dio atención y amor a un sinfín de animales, como perros, gatos y pájaros que se encontraba en la calle, abandonados a suerte.
Aunque nació en Caracas, echó raíces en Portuguesa, principalmente en Acarigua-Araure, donde trabajó por la promoción de obras culturales, sociales y religiosas, de la mano de su esposo, el ingeniero Gerardo Cerón, quien le sobrevive, así como sus hijos María Lorena, María Florencia y Juan de Jesús.
Florencia, también ingeniera de profesión, fue fundadora de la Asociación Religiosa Cultural «Nuestra Señora del Pilar» (1979-2001), de la Acción Voluntaria de Hospitales (1983), del Centro Nuestra Señora de la Corteza y de la Asociación Damas Salesianas (1997).
Asimismo, participó en la creación de la Escuela Parroquial Jesús Horizonte y Camino, ubicada en la urbanización Tricentenaria (2004), hasta que finalmente se dedicó a Fundavidan, desde el 2006, cuando inauguró el primer refugio para animales San Francisco de Asís, en honor al santo patrón de los animales, cuya sede se encuentra en la calle 29 del sector Campo Lindo de Acarigua.
Florencia también formó parte de la Comisión de Agua conformada por dirigentes vecinales de Acarigua-Araure y fue promotora del Proyecto Hidráulico de la Represa Dos Bocas, y de la empresa Asfaltos Portuguesa.
“Una mujer de grandes principios, con profunda fe en Dios. Es un ejemplo de gallardía, entrega y dedicación. Una mujer resiliente, que supo transformar las adversidades en oportunidades, con el ingenio que siempre la caracterizó, así como por su ecuanimidad para ayudar en la solución de problemas”, expresó Jesús Cáceres, amigo y compañero de Florencia en Fundavidan.
-Este amor que tuvo por la vida, la hizo defenderla en todas sus manifestaciones y expresiones. Para ella, la vida era un don de Dios y fuese humana o animal, se merecía el mismo respeto. De allí, que se dedicó a incentivar a los más jóvenes al amor y respeto por la vida de los animales, agregó Cáceres.
Incansable en su propósito
Uno de sus logros más importantes fue que el Concejo Municipal de Páez creara una ordenanza para la promoción y protección de la fauna doméstica libre de cautiverio en el municipio. Además, por 13 años seguidos organizó la misa y la Caminata por los Derechos de la Vida Animal, cada 4 de octubre, Día Mundial de los Animales y de su patrono San Francisco de Asís.
“Nuestra función es velar por el bienestar de todos los seres vivos, sus derechos, su dignidad. Tenemos un compromiso ético y moral, porque todos los seres vivos somos criaturas de Dios», subrayó en ese último encuentro.
Desde Portuguesa Reporta lamentamos su partida física, pero estamos seguros que su legado perdurará en la memoria de todos los habitantes de esta región. (CNP 25.482).