Araure.- María Emilia de Rossi, adulta mayor que tiene una movilidad reducida y se encuentra en silla de ruedas, denunció «maltrato» por parte de la gerencia de un establecimiento de venta de electrodomésticos, ubicado en un centro comercial de Araure.
Según lo relatado por la señora de Rossi, el pasado viernes, 27 de octubre, en horas de la tarde, fue con su hija y un amigo al centro comercial para ir a la Tienda Daka, ver los productos de las promociones y comprar algunas cosas; sin embargo al llegar, no la dejaron pasar, alegando que no tenían entrada preferencial.
Yo estoy en silla de ruedas y necesito siempre la ayuda de una persona que me asista, en este caso mi hija, para poder moverme y comprar cosas, ya que presentó una Discapacidad Músculo Esquelética, que no me permite caminar. Sin embargo, no fui atendida como lo dicta la ley, porque estuve esperando, ante la mirada cómplice y displicente de los empleados, para poder entrar; no fue así, no entré, no me atendieron, relató.
Expresó que a su hija, un empleado de la tienda se la llevó para dar una explicación y le comentó que no podía entrar porque «no vendían alimentos no perecederos», es decir, comida o pañales.
De Rossi decidió hacer pública la situación, porque considera que es una violación e irrespeto a la Ley de Personas con Discapacidad, ya que «nosotros también tenemos derecho de ser incluidos y ser atendidos como sociedad, y en ninguna parte Daka tiene visible el tema de reservarse el derecho de admisión para las personas con discapacidad«.
La afectada señaló que «si quisiera comprar un electrodoméstico, un celular o algún producto, no puedo hacerlo porque uso silla de ruedas, ¡es absurdo! Siento mucho malestar, indignación y maltrato psicológico. Es la primera vez que me pasa, ha sido tan grande la indignación, que aún lo recuerdo y lloro».
Ante esta situación, solo pide respeto y que las autoridades gubernamentales realicen seguimiento al cumplimiento de las normas.
«Me encuentro abierta y con la disposición de hablar con cualquier gerente o funcionario de la tienda, ya que puede ser una gran marca, pero hay empleados, como los que me tocó ver, que su trato es indignante y hasta asqueroso».
La dama considera que que no es posible que en las promociones -y como eslogan- la empresa de electrodomésticos habla de llevar felicidad a sus clientes, pero lo que generan es un profundo malestar y rechazo.
«Creo que así como hoy me tocó a mi, toda mujer, madre, persona de la tercera edad y persona con discapacidad, debe recibir una disculpa y, sobre todo, una explicación del por qué pasó esto. No solo en Portuguesa, en Acarigua-Araure y en el país, hay mucho por hacer hacia las personas que padecen una condición de cualquier índole: auditiva, motora, visual, ya que al final, nosotros también somos personas y nosotros también merecemos ser respetados, ser escuchados e incluidos en la sociedad», afirmó. (CNP 13.114)
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