Dentro de casa, detrás de la puerta. En silencio, con miedo y solas, muchas mujeres venezolanas conviven con la violencia de género. Día a día, se sobreponen a una realidad dolorosa, normalizada. La mayoría de las veces son pocas las opciones que tienen las víctimas: no pueden huir, no saben a dónde ir o cómo hacerlo. Algunas, en ocasiones, piden ayuda. Intentan sobrevivir. No todas lo logran.
Corre el año 2020. Es de noche. Una mujer se encierra en su cuarto: afuera, su esposo sostiene una correa y amenaza con pegarle. La mujer, aterrorizada, llama a una profesional, Ofelia Álvarez, psicóloga en FUNDAMUJER con 37 años de experiencia en el tema de la violencia contra las mujeres. La experta intenta ayudarla, pero la víctima se aferra a sus temores. La llamada termina. A los días, Álvarez se entera que la joven logró salir ilesa. No hubo herido esa vez, pero tampoco sabe si hubo más veces, no volvió a llamarla. Álvarez sabe que hizo su trabajo al recomendar más sesiones de ayuda psicológica, aunque no está feliz con el resultado.
La mayoría de los casos de violencia de género y femicidios en Venezuela ocurren en el entorno privado de las víctimas. Una joven de 16 años es obligada por su madre a tener relaciones sexuales con un vecino a cambio de recursos económicos. Una mujer denuncia a su agresor, las autoridades lo detienen hasta que un juez lo libera a pesar de tener antecedentes por homicidio; una vez libre, asesina a quien lo denunció.
Un hombre acaba con la vida de su pareja, se trepa por el techo y entra al baño para acabar también con la vida de sus hijos. Ocurre todo dentro de casa. El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) determinó que, en al menos 40 de 64 casos registrados en 2024, el agresor es un conocido o familiar de la víctima.
La mayoría de los victimarios son parejas de la víctima. De acuerdo con el OVV, de 64 femicidios, en 28 había una relación sentimental con la víctima, 5 eran vecinos, pariente consanguíneo 3, otros conocidos 3, padres y padrastros 1. Las cifras revelan una marcada preponderancia a la violencia en el ambiente íntimo aun cuando en el país está penalizada con 20 a 25 años de cárcel por la Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. Promulgada en 2007 y modificada en 2014, Venezuela tiene un marco legal amplio para defender a las mujeres, pero poco se cumple.
Todas las mujeres son víctimas potenciales de maltrato, destaca la ley. Violencia doméstica, intrafamiliar, amenazas, acoso, coacción, chantajes, ofensas, atentados a la integridad física, maltratos y agresiones. La ley es bastante específica en las acciones violentas penalizadas. Se incluye también la violencia psicológica, amenazas, hostigamientos, prostitución forzada y esclavitud sexual. Incluso se penaliza la violencia obstétrica y el ciberacoso. Muchas veces, todo queda sobre el papel.
Es frecuente que las víctimas no denuncien a sus agresores y solo se llega a conocer su caso cuando es demasiado tarde: el femicidio se consuma y se reporta en medios de comunicación. Las secciones de Sucesos pasan a ser la fuente de información para Utopix, el Centro de Justicia y Paz (CEPAZ), el OVV o el Instituto Prensa y Sociedad Venezuela (Ipys). Organizaciones que destacan que sus números son un subregistro debido a la falta de cifras oficiales sobre violencia de género en el país.
30% de los casos se denuncian, el otro 70% no, destaca Iris Rosas, coordinadora del OVV, sede Región Capital. La recomendación a las víctimas, señala Cristina Ciorda, coordinadora de Incidencia de CEPAZ, es denunciar, es el primer gran paso.
“La violencia escala, cosas pequeñas se pueden convertir rápido en algo muy grande. Cuando se denuncia se abre la posibilidad de que haya precedente o se den algunas limitaciones de contacto. Como mínimo, se logra un registro”, explica.
Según las cifras de la organización, en el primer cuatrimestre de 2024 se reportó una acción femicida cada 33 horas. Una diferencia significativa con la primera semana de octubre: CEPAZ contabilizó una acción femicida cada 19 horas. La ONG Utopix, por su parte, contabilizó este año un femicidio cada 47 horas y un femicidio frustrado cada 38 horas en los casos reportados por medios de comunicación.
Violencia de género: ¿cuáles son las cifras en Venezuela?
El OVV, en sus 15 observatorios en el país, determinó que hasta el 30 de septiembre en 9 entidades hubo 64 femicidios. La Región Capital tiene el mayor número con 19, sigue Zulia con 12 y Aragua con 9. De 64, 23 fueron víctimas letales entre 25 y 44 años. “Estamos hablando de mujeres jóvenes adultas que son más vulnerables que otras”, explica Rosas.
En los primeros cuatro meses del año, CEPAZ documentó 58 femicidios consumados y 27 femicidios en grado de frustración. Utopix, por su parte, contabilizó 125 posibles femicidios en los primeros ocho meses. Hay un incremento en los posibles femicidios frustrados, 14 casos, y 9 femicidios de venezolanas en el exterior, específicamente en Colombia, Ecuador, Perú, Argentina y Portugal.
Estas últimas cifras, afirma Aimee Zambrano, investigadora, antropóloga y comunicadora miembro de Utopix, aumentaron.
“Hay países que se agregan, Colombia siempre es el país con más casos. Este año en Portugal ocurrieron 2 femicidios, eso llama la atención. Muchos están asociados con el crimen organizado, son mujeres víctimas de redes de trata que terminan siendo asesinadas. Mujeres extorsionadas que por no pagar son asesinadas. Casos en los que el agresor es residente del país receptor y otros donde es venezolano. Eso indica que la situación de violencia comenzó en Venezuela y estalló en el país al que migraron”.
Los números varían pero no dejan de ser alarmantes, más si se trata de un subregistro. El OVV determinó que aunque los femicidios disminuyeron, aumentó el número de víctimas de violencia de género no letal.
“En 175 casos la mayoría de las víctimas no letales se encuentran en la población de niñas y adolescentes hasta los 19 años. 48% son adolescentes. El aumento de la vulnerabilidad de niñas y adolescentes está reflejado aquí. Hay que actuar, definitivamente, para proteger a este grupo. También las adultas jóvenes entre 20 y 44 años, con 56 casos registrados, son vulnerables. Inferimos que es en esta población en la que están la mayoría de los femicidios frustrados. Hay que llegar a estas mujeres, orientarlas y sacarlas de ese ambiente de violencia”, enfatiza Iris Rosas.
Las adolescentes entre 12 y 17 años representan el mayor número de víctimas de violación, agresiones sexuales o explotación sexual con 32 casos registrados por el OVV. Al englobar los datos de la violencia letal y no letal se llega a la cifra de 233 casos. “La violencia contra la mujer termina siendo mayor. Esto es preocupante. A pesar de que en términos de homicidio parece que la mayoría son hombres, cuando ves las cifras de violencia no letal te das cuenta de que la mayoría de las víctimas en el país son mujeres”.
Es necesario, dice Cristina Ciorda de CEPAZ, difundir y hacer ver que el problema existe y no se trata de una violencia cualquiera.
“Sí, a los hombres también los matan, ¿pero quién? La probabilidad de que haya un asesino masculino es de 5 a 1. Por supuesto, los hombres son víctimas de violencia, pero ¿quién es el victimario? Es importante especificar esto porque es una manera específica de generar violencia”. Mientras mejor se entienda el problema, mejor se va a reportar y, en consecuencia, los observatorios podrán relejar mejor la dimensión de la situación.
Plan de Emergencia: mitigar la violencia
Ante el escenario complejo de la violencia de género, desde Utopix se considera imprescindible desarrollar un Plan de Emergencia Feminista para la prevención, atención y mitigación de la violencia de género. Es decir, que todo el cuerpo del Estado se avoque a la problemática. Esto implicaría un aumento de los presupuestos del Ministerio para la mujer y que todos los demás ministerios intervengan.
“El Ministerio de Comunicación debería hacer campañas permanentes sobre la violencia de género, sus tipos y cuáles son las líneas para denunciar. Hay un Ministerio de Educación que debería tener planes dirigidos a niñas y adolescentes para hablar del tema acorde con su edad, lo que implica también crear protocolos de acción”, añade.
Insiste en hablar del tema con las niñas y adolescentes porque las ayudará a blindarse para que reconozcan cuándo están ante una situación de violencia de género. El Ministerio de la Vivienda, además, debería enfocarse en la creación de las casas de abrigo, una deuda pendiente que tiene el Estado con las venezolanas”. Según Ciorda debería haber una por cada municipio. “Tenemos conocimiento de que existen 2. Faltan 248”.
El plan debería contemplar talleres para funcionarios del Estado. El Ministerio de Trabajo debería tener ofertas laborales para las víctimas.
“Deberían estar todos los ministerios trabajando juntos. Hay algunos planes, dirigidos por el Ministerio de la Mujer, pero son como pañitos de agua tibia. Sabemos que no se dan abasto con la cantidad de casos que ocurren”.
El Nacional