Araure.- Como ya es costumbre, con el corazón rebosante de alegría y esperanza, la Escuela Parroquial Jesús, Horizonte y Camino, ubicada en la urbanización Tricentenaria de Araure, realizó un gran acto de bienvenida a los estudiantes en el inicio del nuevo año escolar 20925-2026.
Así lo anunció el presbítero Wilfredo León Villalba, director general de la institución, después de reunir, como cada año, a los más de mil presentes en el patio de la institución, para cantar y celebrar el comienzo de este nuevo período pedagógico, sellando así el inicio de un ciclo que promete ser memorable.
“Tras semanas de intensa preparación –profesionalización del personal docente, jornadas de psicoeducación para padres y un retorno progresivo de los estudiantes–, el esperado grito de ‘¡Vuelta a clases!’ resonó como un canto de luz y renovación”, dijo el párroco León.
Ha sido –expresó– un regreso lleno de sentido y emociones, ya que cerca de 1500 alumnos, con rostros iluminados por la emoción, regresaron a su segunda casa: un espacio que no solo educa, sino que acoge, transforma y acompaña. La escuela, tan amada como la propia familia, se convirtió nuevamente en el escenario donde se entrelazan sueños, aprendizajes y vínculos profundos.
Pedagogía con alma
Refirió que no es casualidad que esta comunidad educativa despierte tanto afecto, pues las maestras, los profesores y todo el equipo institucional han hecho del hecho educativo una verdadera aventura de crecimiento.
“Aquí, la pedagogía se vive con espiritualidad, la diversión se convierte en herramienta de aprendizaje y la creatividad florece como expresión de lo mejor de cada niño”, afirmó.
Para este año, han elegido el lema inspirador “Todos somos un faro de luz para el mundo”, que evoca al trabajo en equipo, la confianza y la intención dirigida a dar lo mejor de sí mismos, en un marco de valores, conocimientos y amor desde cada aula. (CNP 16.100)