(20-11-2024).- Del 18 al 24 de noviembre de 2024 se celebra la Semana Mundial del Emprendimiento. Más de 170 países se unen en una celebración vibrante de la innovación, la creatividad y el coraje empresarial. En Venezuela, más allá de ser un ritual el emprender, se ha convertido en la fuerza de la economía familiar y regional, como una forma de ampliar el panorama financiero.
Profesionales de diversas áreas se han vuelto más creativos y han creado pequeñas empresas, con mucho o poco, con las que han conseguido satisfacer metas personales y comerciales.
Una de ellas es Katerin Paredes, una ingeniero agroalimentaria de 30 años, y madre de una pequeña, que dio un vuelco total a su vida al crear una academia para enseñar manicura profesional, abriendo una empresa y ofreciendo oportunidades a otras, con base a su experiencia.
«Me inicié en el oficio de la manicura a los 17 años, luego de graduarme de bachillerato. Al finalizar, apliqué una prueba para trabajar en ese salón y me dieron el trabajo. Nunca tuve miedo. Siempre creí en mí», dijo muy segura de sí misma.
Al comenzar en la universidad, se mantuvo arreglando las manos de primas y amigas. Se graduó de ingeniería agroalimentaria en el 2017 y, aún así, siguió trabajando y formándose para perfeccionarse.
«Con mi instructora, Mariana, aprendí mucho, su valentía, su actitud de poder hacer todo. Ella me inspiraba a seguir, fue el momento cuando decidí que eso era lo que amaba y a lo que, definitivamente, quería dedicarme», explicó.
Como la mayoría de los jóvenes probó suerte fuera, pasó fronteras y se fue a Cúcuta, durante un tiempo de mucho aprendizaje. Al regresar al estado Táchira, le piden que dicte un curso y allí comenzó a enseñar.
Pero es al regresar a su tierra, Acarigua, y habiéndose asegurado con su excelente trabajo una gran cantidad de clientes, se ve en la necesidad de buscar otra manicurista y un local.
«Sin un peso en el bolsillo, con una bebé, pero con unas enormes ganas de trabajar. Para que un emprendimiento pueda ser rentable hay que tener fe, creer en que eso ya es próspero», aseguró.
Pero también marcar una diferencia, con la excelencia, la preparación y la atención en un mercado donde abundan estos servicios. Entonces pensó en enseñar, puesto que había tan demanda ¡y ese fue su éxito!
Entre las cosas que enseña, más allá de la técnica, es la energía positiva, desde su propia historia de superación.
«Plasmo en cada clase mi trayectoria y todo lo que tuve que superar para llegar a la meta. Porque no solo es enseñar a hacer uñas, les muestro lo importante que son ellas en su vida y que la empresa principal es uno mismo. Así que hay que llenarla de mucho amor. Pienso que sí, hay muchas manicuristas, pero también hay muchas manos», indicó positiva.
La academia lleva su nombre, Katerin Paredes Academia Nails, y ofrece clases intensivas durante 3 meses. Ya tiene un año y 3 meses como academia formal de cursos que van dirigidos a adolescentes adultos, sin distingo de género. «Siento que para empezar en lo que amas no hay definición de sexo ni edad. La actitud es lo más importante para mí. La clave del éxito», enfatizó.
Proyecta, por supuesto, tener un nuevo espacio que se adapte a las condiciones óptimas para ofrecer un servicio de spa completo de manos y pies.
–Somos, por ahora, 3 en el equipo. Yo me encargo de gerenciar y de enseñar, y hay una persona que lleva las redes sociales, promociona los cursos, organiza la agenda en la academia y mantiene el ambiente perfecto, mientras que otra especialista se encarga de los servicios de manos y pies.
La pregunta obligada es ¿cómo ser tan optimista en tiempos de crisis?
«Porque tengo a Dios en mi vida y porque entendí que atraes a tu vida lo que proyectas. Creo en mí y me mantengo enfocada en mi meta, en lo óptimo», afirmó. (CNP 16.100)