El presidente de Colombia, Gustavo Petro, recibió este jueves en Bogotá a los jefes negociadores de la guerrilla ELN, en un inédito encuentro en la capital colombiana entre el gobierno y los comandantes rebeldes, que desde noviembre intentan llegar a un acuerdo de paz.
En coincidencia con el inicio de un cese al fuego, el mandatario izquierdista estrechó las manos con el líder de la delegación del Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), Pablo Beltrán, quien vive la mayor parte del tiempo en Cuba, donde se instaló la cúpula guerrillera desde 2018.
«Nunca jamás en la historia contemporánea el ELN había llegado a esta posición, a hablar de frente en el corazón de Colombia», dijo Petro en un discurso ante cientos de personas, entre ellas indígenas y campesinos con bastones de mando, miembros de organizaciones civiles, representantes de empresarios y militares, entre otros.
Según Beltrán, es la primera vez en 31 años que visita Bogotá. El jefe guerrillero vivió gran parte de su vida en la clandestinidad en Colombia, antes de viajar a La Habana como parte de un proceso de paz que inició en el gobierno del conservador Juan Manuel Santos (2010-2018), pero que se frustró en 2019 por un atentado que dejó una veintena de policías muertos en una escuela de adiestramiento.
Tras el incidente el entonces mandatario, el derechista Iván Duque (2018-2022), sepultó los diálogos.
Petro retomó los acercamientos en noviembre de 2022, poco después de llegar al poder, con la intención de lograr una paz definitiva con la organización insurgente, nacida en 1964.
En agosto de 2022, suspendió las órdenes de captura contra los negociadores que residen en la isla caribeña y en junio de este año hizo lo propio con Antonio García, el comandante máximo del ELN, que no ha aparecido públicamente.
«Este acto mirado por miles de colombianos y colombianas (a través de la televisión) empieza a generar esperanza», resaltó Petro, quien ya había visitado la mesa de negociaciones en Cuba, una de las sedes junto a México y Venezuela.
En un discurso, Beltrán, de 69 años, aseguró que la presencia del presidente es una señal de buena voluntad del gobierno: «Entendemos ese como su compromiso con el proceso de paz, que lo creemos de buena fe».
-«Compromiso claro»-
La cita ocurre en la misma fecha en la que se ha dado inicio a un alto el fuego entre el Estado y la organización rebelde.
Desde el 6 de julio, la fuerza pública y los insurgentes suspendieron las acciones militares ofensivas. Desde este jueves, arranca un periodo de seis meses sin hostilidades, en el que se espera que se ponga fin a otros delitos como el secuestro.
Esa etapa contará con la verificación de la ONU. Farhan Haq, portavoz del Secretario General de Naciones Unidas, felicitó a los negociadores por lograr ese acuerdo.
«Si las partes se adhieren de buena fe al cese al fuego y con un compromiso claro de aliviar el sufrimiento de los civiles, podrán reducir significativamente la violencia», dijo Hag, citado en un comunicado.
Después de un inicio de año atropellado, las negociaciones aparentan avanzar sin contratiempos.
Desde el desarme de la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), en 2017, el ELN se convirtió en la organización izquierdista alzada en armas más longeva de América.
Petro también dialoga con disidentes de las FARC que no dejaron las armas o las retomaron y con otros grupos paramilitares y pandillas aún en actividad.
AFP