La secretaria de la Universidad Central de Venezuela, Corina Aristimuño, reiteró la disposición de esa casa de estudios a participar en espacios de diálogo y construcción conjunta, tras una reunión con representantes del Ministerio de Educación Universitaria a propósito de la reciente decisión del Consejo Nacional de Universidades (CNU) de prohibir las pruebas internas de admisión.
En entrevista con El Nacional, Aristimuño dijo que el mensaje que llevó la UCV este lunes al Ministerio de Educación Universitaria fue claro: “La Universidad Central de Venezuela siempre va a estar dispuesta a dialogar, a discutir y a construir país”.
Expresó sorpresa ante la decisión del CNU, que impacta directamente a la UCV, pues estaba previsto iniciar en los próximos días la aplicación del Sistema de Ingreso por Mérito Académico y Diagnóstico Integral, conocido como Simadi.
Subrayó que durante el encuentro de este lunes -que inicialmente estaba previsto con el ministro, y que terminó presidido por dos viceministros-, el ministerio reafirmó su prohibición a cualquier prueba interna o psicotécnica, mientras que la UCV defendió su derecho como universidad autónoma a esperar la publicación oficial en Gaceta Universitaria para evaluar sus próximos pasos.
“En esa reunión el ministerio ratificó su decisión de prohibir las pruebas internas, psicotécnicas y todo lo que se parezca a ello, y nosotros ratificamos que como universidad autónoma que somos, íbamos a esperar la publicación en Gaceta Universitaria, porque desconocemos la motivación y la fundamentación de la medida”, señaló Aristimuño.
Indicó que la medida revive disposiciones de 2008 y 2015, y aunque evitó calificar la decisión como una intervención, destacó la importancia de que se abra un espacio técnico y científico para discutir una verdadera política de admisión en el país: “Creo que la parte positiva de todo esto, pese a la crisis que nos genera la medida, es que hay una reunión con los secretarios el día jueves, cosa que celebro”.
Sobre Simadi y el debate por la exclusión
La secretaria de la UCV defendió el sistema Simadi, que se basa exclusivamente en el “mérito académico” del estudiante, quien participa de forma “voluntaria y consciente”.
Resaltó que 60% de la evaluación corresponde a las notas de primero a cuarto año, y 40% a los resultados del test aplicado por la universidad, sin tomar en cuenta el lugar de origen del estudiante y si tiene alguna actividad extracurricular.
“Ahora bien, ¿qué ve el estudiante en Simadi? Ve la oportunidad a través del mérito académico de estudiar lo que quiera”, destacó.
Acerca del proceso de selección del ministerio, Aristimuño subrayó: “50% tiene que ver con las notas, creo que un 30% son su promedio de notas y luego hay un porcentaje que se le asigna a aquellas notas relacionadas con las áreas estratégicas de las profesiones que los estudiantes quieren seleccionar. Entonces, de alguna manera, allí el estudiante realmente no va a tener libertad de estudiar lo que quiera”.
La UCV apuesta por ingreso inclusivo de estudiantes
Frente a las acusaciones del ministro de Educación Universitaria, Ricardo Sánchez, que afirma que estas pruebas son “excluyentes”, Aristimuño puntualizó: “Me resulta interesante que ese debate lo volvamos a poner sobre la mesa, porque excluyente es no poder garantizarle al estudiante becas suficientes, acceso a servicios médicos, ni condiciones adecuadas para sostenerse en la universidad pública”.
Recordó que entre “75% y 80% del ingreso a la UCV proviene del Sistema Nacional de Ingresos”, y apenas 17% es asignado por Simadi.
“Allí no hay engaño. El estudiante sabe que son pocos cupos, pero también ve una oportunidad basada en su esfuerzo”, manifestó.
Destacó que la UCV ha diseñado estrategias de ingreso académico propias, ajustadas a las necesidades reales del estudiantado.
“La universidad puede diseñar mecanismos que permitan, en este caso, definir esos perfiles de ingreso”, dijo.
Uno de los casos más destacados es el de la Facultad de Ingeniería, que desde hace años implementa un curso introductorio para facilitar la transición entre la educación media y la educación superior. Según Aristimuño, este programa ha demostrado ser altamente efectivo, al mejorar significativamente la prosecución académica.
“En el año 2024, por ejemplo, tenemos que el porcentaje de materias reprobadas de los estudiantes que hicieron el curso introductorio es muchísimo menor al de los que ingresaron por el Sistema Nacional de Ingreso, e inclusive también por Simadi”, puntualizó.
Y añadió: “los estudiantes del Sistema Nacional de Ingreso tuvieron un porcentaje de 56%, en el caso de Simadi 40%, y en el caso de los estudiantes que hicieron el introductorio 28%”. Estas cifras, indicó, revelan la importancia de acercarse al estudiante desde el inicio y reforzar sus competencias para evitar frustraciones académicas y deserciones que afectan tanto a los individuos como al Estado.
Financiamiento y programa Samuel Robinson
La secretaria de la UCV aclaró que el pequeño aporte económico que se solicita para participar en Simadi contribuye al financiamiento de su ejecución y del emblemático programa Samuel Robinson, el cual apoya la prosecución estudiantil.
En respuesta a la intención del ministerio de asumir este programa, Aristimuño invitó a sentarse a discutir seriamente el presupuesto universitario y la distribución de prioridades.
Insistió en que esta coyuntura debe abrirse como una oportunidad para discutir con bases objetivas sobre una política de admisión realmente inclusiva.
“Debemos sentarnos las autoridades de las universidades y el ministerio a discutir con bases objetivas sobre una política de admisión que realmente sea inclusiva. Y que garantice al estudiante éxito en su prosecución académica dentro de la universidad pública”, dijo.
El Nacional