Guanare.- Un vuelo tricolor natural está a punto de desplegarse sobre el cielo del estado Portuguesa, en ocasión de la fecha conmemorativa del Día Mundial de la Tierra.
Este sábado,26 de abril, bajo la mirada atenta de básicos, especialistas y conservacionistas, varios ejemplares de guacamaya bandera (Ara macao) serán liberados en su hábitat natural en predios rurales de Guanare, la capital llanera.
La liberación de las aves bandera venezolanas está prevista a las 11:30 a. m. del 26 de abril, en el Centro de Rehabilitación y Albergue de Fauna Silvestre Cumaraca, ubicado en el caserío Mata Larga Camagüey del municipio Guanare.
Pero lo que sucederá en Cumaraca va más allá de lo simbólico: se trata de una acción histórica, científicamente planificada y emocionalmente poderosa que está destinada a convertirse en referente regional.
Uno de los protagonistas silenciosos de este hito es el Zoocriadero San Antonio Abad (ZSAA), una institución familiar que lleva varios años trabajando por la conservación de especies en peligro de extinción. También se suman en esta iniciativa otros organismos como el Ministerio de Ecosocialismo, la Gobernación de Portuguesa y otras organizaciones convervacionistas.
Según voceros del zoocriadero San Antonio Abad, esta liberación no es espontánea ni aislada. Forma parte de un meticuloso programa de reproducción, rehabilitación y reintroducción que, en silencio, ha reescrito la historia del manejo de fauna en Venezuela.
¿Por qué Portuguesa?
La elección del centro Cumaraca en el estado Portuguesa no es casual. Esta región ofrece las condiciones ecológicas idóneas para que las guacamayas puedan reintegrarse con éxito al ecosistema. Más allá de los aspectos climáticos y de disponibilidad de alimento, el lugar ha sido monitoreado previamente por el equipo del ZSAA, que ha garantizado una baja presión humana y una presencia compatible de especies complementarias.
El silencio que protege
El evento, que se presume discreto, es un acto de responsabilidad social, explican los organizadores. “El manejo de fauna, especialmente en etapas de reintroducción, requiere protocolos estrictos, cero interrupciones externas y un ambiente seguro para las aves”, explica Luis Miguel Farías Vieira, vocero y director del Zoocriadero San Antonio Abad.
“No se trata de soltar aves al azar, sino de reintegrar individuos genéticamente aptos, ecológicamente funcionales y plenamente adaptados”, agrega.
Estas guacamayas bandera han sido criadas en cautiverio y preparadas durante meses con una dieta silvestre y entrenamiento conductual, lo que incluye la reactivación de su instinto de vuelo y la capacidad para reconocer depredadores.

Ejemplares de guacamayas serán reintegrados a su hábitat natural
Identidad y tecnología: trazabilidad total
Cada ave liberada porta anillas y microchips de identificación. Esto permitirá a los especialistas realizar un monitoreo post-liberación, recopilar datos sobre desplazamiento, comportamiento reproductivo y adaptación ambiental. Las herramientas tecnológicas empleadas por el ZSAA posicionan a esta liberación como una de las más modernas y documentadas del país.
Garantía y legitimidad internacional
Detrás de este evento hay una estructura legal robusta que garantiza su legitimidad: el cumplimiento estricto de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres). Este tratado internacional, firmado en 1973, regula el comercio de especies en peligro y asegura que toda actividad sea legal, sostenible y trazable.
En el caso de las guacamayas bandera, clasificadas en el Apéndice I de la CITES, cualquier acción fuera del marco legal podría representar un delito internacional.
La CITES no solo combate el comercio ilegal, sino que también promueve la cooperación entre países y estimula la investigación. La participación del Zoocriadero San Antonio Abad en este tipo de acciones lo ubica dentro del reducido grupo de instituciones que actúan bajo normas internacionales de conservación.
Una historia familiar
Lo que hoy se anuncia como un evento científico y conservacionista comenzó hace varias décadas con un emprendimiento familiar.
El Zoocriadero San Antonio Abad ha trabajado incansablemente en la reproducción ex situ de especies amenazadas, el intercambio de ejemplares con zoológicos internacionales y el desarrollo de programas educativos sobre biodiversidad. Desde Tailandia hasta Rusia, sus alianzas con otras instituciones han fortalecido no solo la diversidad genética de las poblaciones bajo su cuidado, sino también el intercambio de conocimientos técnicos y científicos.
Zoocriadero San Antonio Abad
El ZSAA es un espacio de investigación, conservación y educación ambiental. Su equipo, conformado por básicos, veterinarios, etólogos y cuidadores especializados, desarrolla planes de manejo individuales para cada especie. Gracias a la tecnología, el seguimiento genético y los protocolos de bioseguridad, el zoocriadero ha logrado consolidarse como una referencia regional.
Además, su compromiso con la educación ambiental se traduce en charlas, visitas guiadas y campañas informativas que buscan formar conciencia sobre la importancia de preservar la fauna silvestre.
Un mensaje que trasciende
La liberación de las guacamayas bandera no solo celebra el Día Mundial de la Tierra, sino que envía un mensaje claro y contundente: la conservación requiere acción, ciencia y cooperación. No basta con denunciar la pérdida de biodiversidad; hay que construir soluciones sostenibles y replicables.
La bulla de las guacamayas en Portuguesa es un evento positivo, una noticia que debe difundirse con el mismo énfasis con el que se reportan las tragedias. Porque cada vuelo cuenta, cada ala que se abre al viento es una victoria frente al olvido y la indiferencia.
Un vuelo, mil futuros
La cita es a partir de las 11:30 a. m. de este sábado, 26 de abril , en Guanare. Estas guacamayas bandera alzarán vuelo hacia la libertad, pero también hacia la historia. Un proyecto con base científica, respaldo internacional y compromiso ambiental que merece ser conocido, replicado y celebrado. (CNP 4.697)