Araure.- La Asociación Gurrufío nació hace 11 años, con el propósito de defender los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Posteriormente, se convirtió en la misión de vida de María Teresa Piñero, quien decidió apoyar a las personas con más vulnerabilidad en el país.
Piñero es Ceo de la Asociación Civil Gurrufío y durante todo este tiempo se ha venido especializando en la materia de Derechos Humanos. Al servicio de los grupos vulnerables, ha hecho alianzas con distintas ONG en el territorio nacional, para los cuales ha creado redes de atención tanto para mujeres como adultos mayores, población penitenciaria y hasta grupos indígenas.
Recientemente, asistió al Programa de Formación Mujeres Constructoras de Paz, impulsado por la ReDiálogo, una iniciativa donde actualmente se convirtió en voluntaria. Esta formación es avalada por el Instituto de Paz de los Estados Unidos (USIP) y, para lograr estar allí, previamente recibió la capacitación en Cúcuta por el USIP, junto a 12 mujeres de Caracas, Miranda, Táchira y, en el caso de ella, Portuguesa.
Piñero visitó luego de esta preparación a una comunidad del Amazonas, para abordar estos temas aprendidos por la ReDialogo, en la que conectó con la realidad de las mujeres y les habló de los temas inherentes al bienestar, los derechos y la importancia de conocerlos.
Asimismo, señaló que viene promoviendo la formación ciudadana tanto en la vía digital con talleres y cursos, como presencial. Indicó que hace once años no imaginó que, luego de jubilarse, se dedicaría al activismo social, pero sentía la necesidad de trabajar por los niños. En sus inicios en Gurrufío, trabajó con el licenciado y abogado Ángel Suárez, quien fue subdirector. Actualmente, hace equipo con la abogada Tany Fernández, tesorera de la organización.
Culminó, señalando que Gurrufío es la oportunidad que tiene para ayudar a las personas, porque considera que a través de la formación, es que se pueden ver los grandes cambios que la humanidad requiere. (CNP 13.114)
