Acarigua- Un merecido homenaje fue realizado este domingo 31 de julio a la fundadora del Colegio Adventista «Cecilio Acosta», en Acarigua, la reconocida maestra Lucrecia «Lupita» Flores de Girón, en Montemorelos México, ceremonia que fue transmida virtualmente para todos sus familiares y alumnos.
La maestra Lupita nació en Cojedes en 1930, hija de Juan Eduardo Flores e Inés Quintana Véliz, y murió el pasado 26 de julio de 2022, en Montemorelos México, a la edad de 92 años.
Comenzó labores en el pueblo de El Ají, Portuguesa, a los 14 años, luego prosigue sus estudios durante la década de 1950, en el Instituto Colombo Venezolano Adventista de Medellín, Colombia.
En una casita de bahareque funda en 1954 el Colegio «Cecilio Acosta», en el barrio Paraguay, Acarigua, iniciando con los tres primeros grados. Durante ese tiempo ejerció como directora, maestra y administradora. Además, fue una de las impulsoras y fundadora de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Acarigua.
Tuvo una vida ejemplar, llena de virtudes y amor por el prójimo, que supo demostrar a manos llenas en el servicio cristiano a todo el que lo necesitara y ejerció una influencia positiva en cientos de estudiantes y jovenes. Llevaba la pedagogía en el corazón y con esa energía y bondad enseñaba.
En el devenir de los años, también fue asesora y pedagoga del Colegio «Miguel Ángel Granados» de Barquisimeto y del Colegio «Rufino Blanco Fombona” de San Cristóbal, pertenecientes a la organización.
Se dedicó a la docencia y desarrolló la educación religiosa durante toda su vida y con tanto ahínco que se propuso, junto a la directiva, la construcción de la sede de la Iglesia del Este (1979) y más tarde la del colegio (1990), logrando ambos proyectos, con el apoyo de la Misión Venezolana Occidental y la Iglesia Central de Acarigua.
A partir de 1977, se centró en el trabajo administrativo y supervisorio del Colegio «Cecilio Acosta».
Permaneció activa en la dirección de su iglesia hasta el último día de su estancia en Venezuela. Hace poco tiempo, emigró junto a sus hijas a México.
Por su excelente labor profesional, visión de futuro y grandeza espiritual, fue respetada y querida desde las más altas jerarquías hasta el más humilde servidor, razón por la que fueron muchas las palabras de honra y admiración recibidas desde todas partes del mundo, de alumnos, amigos y familiares, a su inconmensurable sabiduría humana y trayectoria docente. (CNP:16.100)