Salud

20 minutos al día: cómo dormir la siesta le puede ayudar a la memoria, aumentar la productividad y reducir el estrés

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Escrito por Redacción

Dormir bien ya no es un lujo, sino una necesidad que influye directamente en la salud física y mental. En un contexto de jornadas laborales extensas y ritmos acelerados, las siestas breves resurgen como una estrategia práctica para recuperar energía y mejorar la memoria.

La Mayo Clinic recomienda que la duración ideal de una siesta oscile entre 10 y 20 minutos, un rango que favorece la concentración y evita la sensación de confusión al despertar.

La siesta corta como aliado de la salud mental

De acuerdo con la Asociación Colombiana de Medicina del Sueño (ACMES), el 60% de los colombianos sufre algún trastorno del sueño, cifra reportada en marzo de 2024. Ante esta situación, las siestas cortas se posicionan como un recurso efectivo para mantener el rendimiento diario y compensar la falta de descanso nocturno.

Empresas en Colombia comienzan a incluir espacios destinados al descanso breve dentro de sus políticas de bienestar. Según Bobby Richardson, experto en sueño de Emma Colchón: “En el ámbito laboral, incorporar la siesta como parte de la cultura organizacional no significa perder tiempo, sino optimizar energía y productividad. Así como las pausas activas ya se han normalizado, las siestas cortas representan un siguiente paso para reducir el estrés, favorecer la toma de decisiones y mejorar el rendimiento. Algunas empresas en Colombia han comenzado a habilitar espacios de descanso como una señal clara de que el bienestar de los colaboradores es también una inversión en eficiencia”. Esta práctica, al igual que las pausas activas, busca reducir el estrés y mejorar la toma de decisiones.

Datos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia indican que más del 65% de las grandes empresas del país integran programas de salud mental y descanso, incluyendo siestas breves. Las organizaciones que han implementado estas medidas reportan menos ausentismo y mayor satisfacción laboral, lo que refuerza el valor de estas iniciativas como inversión en eficiencia y bienestar.

Beneficios fisiológicos y cognitivos

Las pausas cortas producen efectos medibles en el organismo, como la reducción de la presión arterial y de la actividad del sistema simpático, además de un aumento de la actividad cerebral. Investigadores del University College de Londres advierten que este tipo de descanso podría tener un efecto protector frente a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Para aprovechar al máximo los beneficios de una siesta, el entorno juega un papel fundamental. Espacios cómodos y productos ergonómicos facilitan una postura correcta y una recuperación más eficiente.

Richardson señala que “un colchón o una almohada inadecuados pueden limitar los beneficios de una siesta, generando incomodidad y tensión muscular. En contraste, los productos ergonómicos favorecen la postura y permiten que el cerebro entre rápidamente en un estado de recuperación, potenciando los efectos de memoria, concentración y creatividad que caracterizan un descanso breve”.

Recomendaciones para una siesta efectiva

Según la Mayo Clinic, los adultos saludables pueden obtener los mayores beneficios si:

  • Duermen entre 20 y 30 minutos.
  • La realizan a primera hora de la tarde, antes de las 15:00.
  • Eligen un lugar tranquilo, oscuro y con temperatura confortable.
  • Se toman unos minutos para despertar completamente antes de retomar actividades.

Aunque las siestas ofrecen ventajas como relajación, mejora del estado de ánimo y mejor rendimiento, dormir en exceso durante el día puede generar inercia del sueño o dificultar el descanso nocturno.

GDA

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