Seis de cada 10 supervivientes a un ACV acaban luchando contra la depresión más adelante en sus vidas, señala un estudio reciente.
Eso se compara con la tasa de depresión del 22 por ciento de la población general, muestran los resultados.
Además, 9 de cada 10 casos de depresión relacionados con el ACV ocurren en un plazo de cinco años tras sobrevivir a un ACV, encontraron los investigadores.
«La depresión es común en los supervivientes de ACV, pero nuestra investigación muestra que persiste durante mucho más tiempo de lo que se pensaba», señaló en un comunicado de prensa el investigador Yanzhong Wang, profesor de estadística en salud de la población del King’s College de Londres.
Los cambios bioquímicos en el cerebro causados por una lesión por accidente cerebrovascular pueden contribuir a la depresión al interferir con la capacidad de una persona para sentir emociones positivas, según la Asociación Americana del Accidente Cerebrovascular (American Stroke Association).
En el estudio, los investigadores revisaron los casos de 6,600 supervivientes de ACV cuyos datos aparecen en un registro de ACV del sur de Londres.
Los resultados mostraron que la depresión severa tendía a ocurrir antes después del accidente cerebrovascular, duraba más de lo esperado y era más rápida de recurrir que los casos de depresión leve.
La depresión entre los supervivientes de ACV puede afectar a su movilidad, lo que dificulta tareas sencillas como caminar y sostener objetos, dijo Wang. También puede aumentar su riesgo general de muerte.
«La calidad de vida es importante para los supervivientes al ACV, ya que hay evidencias de que los supervivientes deprimidos tienen una tasa de supervivencia reducida», señaló en un comunicado de prensa el investigador Lu Liu, candidato doctoral del King’s College de Londres.
«Hay muchas razones por las que esto podría ser, incluyendo las interrupciones en la vida social del superviviente, la reducción de la capacidad física y los trastornos inflamatorios observados en los pacientes deprimidos», añadió Liu.
Los médicos deben prestar especial atención a los supervivientes de ACV que tienen una depresión que dura más de un año, «debido a los altos riesgos de experimentar una depresión persistente», dijo Liu.
El nuevo estudio aparece en The Lancet Regional Health — Europe.