Se ha pensado que las olas de calor provocadas por el cambio climático plantean el mayor riesgo para las personas mayores del mundo, pero un nuevo estudio de México sugiere que ese no es el caso en absoluto.
En cambio, tres cuartas partes (un 75 por ciento) de las muertes relacionadas con el calor ocurren allí entre personas menores de 35 años, reportaron los investigadores en la edición del 6 de diciembre de la revista Science Advances.
Además, casi un tercio de las muertes relacionadas con el calor ocurrieron en adultos jóvenes de 18 a 35 años, el grupo que se espera que sea más resistente ante el aumento de las temperaturas globales.
“Es una sorpresa. Desde el punto de vista fisiológico, son las personas más robustas de la población”, dijo el investigador Jeffrey Shrader, del Centro de Economía y Política Ambiental, afiliado a la Escuela del Clima de la Universidad de Columbia. “Me encantaría saber por qué esto es así”.
Para el estudio, los investigadores se enfocaron en las muertes relacionadas con el calor en México, porque ese país recopila datos muy detallados sobre las causas de muerte y las temperaturas diarias.
Entre 1998 y 2019, México sufrió unas 3,300 muertes relacionadas con el calor al año, encontró el estudio.
Los resultados muestran que, sorprendentemente, las personas de 50 a 70 años eran menos propensas a morir por exceso de calor.
En cambio, los niños menores de 5 años y los adultos jóvenes de 18 a 35 años eran los más propensos a verse afectados a medida que las temperaturas subían a niveles peligrosos, encontraron los investigadores.
“Proyectamos que, a medida que el clima se calienta, las muertes relacionadas con el calor van a aumentar, y los jóvenes serán los que más sufran”, dijo el investigador colíder Daniel Bressler, candidato doctoral en el programa de Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia.
Varios factores podrían estar provocando este aumento en el riesgo entre los adultos jóvenes, especularon los investigadores. Los adultos jóvenes son más propensos a trabajar al aire libre en negocios como la agricultura o la construcción, y por lo tanto están más expuestos a la deshidratación y al golpe de calor, apuntaron los investigadores.
También es más probable que trabajen en trabajos de fabricación en interiores en instalaciones que carecen de aire acondicionado.
“Estas son las personas más jóvenes, en la parte baja del tótem, que probablemente hacen la mayor parte del trabajo duro, con arreglos de trabajo inflexibles”, dijo Shrader en un comunicado de prensa de la Columbia.
Los adultos jóvenes también son más propensos a participar en deportes extenuantes al aire libre, lo que nuevamente los pone en riesgo de golpe de calor, anotaron los investigadores.
El riesgo entre los bebés y los niños pequeños es menos sorprendente, apuntaron los investigadores.
Sus pequeños cuerpos absorben el calor rápidamente y su capacidad de enfriarse rápidamente mediante la sudoración no está completamente desarrollada, dijeron los investigadores. Sus sistemas inmunológicos también aún se están desarrollando, lo que los hace vulnerables a las enfermedades infecciosas que son más comunes en climas cálidos. Tampoco era necesario que las temperaturas fueran muy altas para causar la muerte.
Los investigadores encontraron que el mayor número de muertes ocurrieron a temperaturas de 73 a 75 grados Fahrenheit con alta humedad, probablemente porque ese nivel de calor ocurre con más frecuencia y, por lo tanto, más personas se exponen regularmente a ese calor.
Los resultados del estudio son particularmente preocupantes para los países más pobres de África y Asia, apuntaron los investigadores.
Solo alrededor de un 15 por ciento de los mexicanos trabajan en la agricultura, anotaron los investigadores. Los países de otras partes del mundo tienen poblaciones mucho más jóvenes que trabajan con más frecuencia en trabajos manuales y, por lo tanto, corren un riesgo mucho mayor de sufrir aumentos masivos de muertes relacionadas con el calor.
HealthDay News – NYT