En comunidades vulnerables del estado Lara se han registrado casos de dengue, leishmaniasis, escabiosis o sarna humana y diarrea por el colapso en los sistemas de cloacas, vertederos de basura a cielo abierto y la conservación errónea del agua potable.
“Mi hijo cuando tenía 6 años lo picó un zancudo en el brazo y comenzó con una piquiña. Le daba fiebre y le dolía, lo llevé a dermatología en el Hospital Pediátrico y recibía el tratamiento. Cada vez que me decían lo llevaba, además tenía que lavarle con jabón azul y solución para matar el parásito”, dijo Zoraida Querales, habitante del sector Negra Matea, al medio regional La Prensa.
El niño tuvo leishmaniasis y luego de un extenso tratamiento por seis meses, quedó con una mancha blanca en el brazo. Como él, hay más con marcas en otras partes del cuerpo. En esa zona donde residen, hay al menos 14 desbordes de aguas negras.
La hija más pequeña de Rosibel de Querales tiene una afección en la piel parecida a la lechina, pero no le han conseguido un diagnóstico. Su hijo mayor, que es alérgico, tiene varias marcas en la piel por la gran cantidad de zancudos que hay.
El médico infectólogo Antonio González Mata recomienda a las personas no desistir hasta saber de qué enfermedad se trata porque cada una tiene un tratamiento específico. “No se debe dejar de insistir en acudir al médico hasta que se dé con el diagnóstico, porque puede ser que solo necesite antibióticos o también una crema”, sugirió.
¿Qué se debe hacer?
González Mata explicó que para prevenir esas enfermedades los habitantes de las comunidades deben tener un esquema de vacunación completo y reforzado. Asimismo, lavar con frecuencia las manos, usar jabón, lavar adecuadamente los alimentos y hervir el agua potable, así sea de botellón.
Destacó que se debe terminar con los criaderos de zancudos que se forman en los lugares o envases donde los ciudadanos almacenan el agua. También la fumigación, aunque no sería suficiente para erradicar esas enfermedades.
