Araure.- Las constelaciones familiares están cada vez más presentes en los sistemas no solo familiares, sino también de salud y hasta corporativas; esta última, un área poco conocida, que se aplica desde hace muchos años para mejorar el clima organizacional desde el origen, es decir, las emociones de los empleados y directivos.
Conocida ampliamente como consteladora y consultora organizacional, Rosalía Mendoza, licenciada en Administración, MSc. en Educación y certificada por el Hellinger Sciencia México, dejó su carrera para dedicarla al servicio de las personas, a partir de su propia experiencia personal.
«Las constelaciones son sesiones de coaching que acompaña a las personas, sanando la historia familiar. Esta técnica no es un método esotérico. Su nombre es una metáfora lingüística de las estrellas y en la familia hay miembros ocultos o estrellas que no brillan, pero -aunque permanezcan en la sombra y sus destinos hayan sido dolorosos- siguen siendo parte del sistema y de nuestro tejido vital. Mi trabajo consiste en devolver el lugar y el brillo a esos miembros, amando al diferente que, incluso, podemos ser nosotros mismos», explicó la consteladora.
Esta es una técnica desarrollada por el teólogo alemán, Bert Hellinger, que postula que los miembros de una familia se influyen recíprocamente en su salud y en su conducta, y que pueden ser estudiados y comprendidos, resolviendo dificultades generadas por ellos, rompiendo la cadena de lealtades inconscientes.
En este sentido -dijo- se identifican tres órdenes en las constelaciones familiares, empezando por el equilibrio entre dar y recibir. Recibimos de nuestros padres la vida y, a su vez, nosotros también damos a la vida algo valioso, creando conciencia y dando vida.
En segundo lugar, el derecho de pertenecer a la familia desde el nacimiento y a veces esto no se respeta en el momento que se excluye a uno de los miembros. Por ejemplo, en una familia de no profesionales, el primero que logra un título o a la inversa, cuando se excluye al que no estudia o las llamadas «ovejas negras». Sin embargo, “romper estas cadenas es necesario, al asumir esa tarea y hacernos responsables, nuestras vidas cambian”, explicó.
La tercera, es la jerarquía, es decir, si los hijos quieren pasar por encima de los padres o los hermanos menores de sus mayores, se desequilibra la fórmula. Debe existir el orden jerárquico y cronológico de la familia, porque si no se distorsiona su destino y el de su descendencia. Un hecho que se traslada a las corporaciones y a la sociedad, indicó Mendoza.
«Esto tiene mucho que ver con lo que estamos viviendo como sociedad, porque son desplazadas las bases vitales. Los padres son descalificados porque no tienen la misma educación que los hijos, los abuelos echados al olvido y la tecnología pasa por encima de lo humano. En este sentido, las generaciones actuales tenemos una gran responsabilidad».
La salud sistémica
Explicó que la salud sistémica, no es más que conectarse con la vida a través de la fuerza de la familia. Freud decía que «las emociones no expresadas no mueren, permanecen ocultas y aparecen más tarde de forma desagradable», es decir, la enfermedad.
Mendoza sostuvo que todos esos sentimientos no procesados en siete generaciones, están acumulados y todas las acciones que tomemos a nivel consciente, también tienen un efecto positivo en siete generaciones en el futuro.
«La enfermedad viene a darnos un mensaje y en la medida que lo entendemos, sanamos. La medicina tradicional ha estado dirigida a la consecuencia, los síntomas y signos, y a través de las constelaciones se llega al origen y hay ahora una gran integración de muchos médicos en este sentido. Yo tengo una formación con Stephan Hausner, médico holístico responsable de formaciones en hospitales y universidades en más de 45 países», acotó.
Constelaciones corporativas
«Una empresa es un sistema formado por personas con otros sistemas familiares y arrastran problemas particulares, que afectan, a su vez, la organización. Yo vengo del mundo empresarial y cuando encontré tantas respuestas para mí, comprendí que todo lo que nos afecta individualmente, nos va a impactar en todos los órdenes de nuestra vida y así como está la cabeza de una organización, así está el resto; así como está el líder de un equipo, de la misma manera están sus subordinados”, afirmó.
Por eso -precisó- cuando cuidamos nuestro talento humano y comprenden que muchos de los conflictos organizacionales nacen en la forma como gestionan su vida y como se conectan con su familia, se obtienen dos beneficios: por un lado, se prepara para obtener resultados favorables que se traducen en números azules y se fortalecen los objetivos de la organización porque se acompaña al equipo en una sola dirección, trabajándolo de forma rápida y sin drama.
«Empresas como la Chryler, BMW, HP y el ejército holandés, utilizan constelaciones familiares y yo la adapté a nuestra idiosincrasia. Trabajé años atrás con el grupo Mary-Iancarina y en tres empresas apliqué formulas diferentes, siempre, según los objetivos que persiga la empresa y una de ellas pasó de ser la quinta en indicadores de gestión, a ser la primera, después de este proceso”, destacó.
-El objetivo se cumple porque todos emprenden una misma dirección, ya que el coaching sistémico llega donde no lo hace un sueldo o un cargo, sino que impulsa a la persona a conectarse con la excelencia, porque el éxito o el fracaso profesional, se logra de la mano de la familia, acotó Mendoza. (CNP 16.100)