De acuerdo con los datos suministrados por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa), desde el inicio del mes de marzo se han registrado más de 11.000 focos de incendios en todo el territorio nacional, mientras que en enero y febrero se contabilizaron más de 9.000. Estas cifras han encendido las alarmas de todos los sectores sociales, no solo por el daño ocasionado al ecosistema y a la biodiversidad, sino por las consecuencias sobre la salud respiratoria que se están visibilizando en la población.
Julia Martínez, médico pediatra especialista en Neumología con más de 20 años de experiencia tratando afecciones respiratorias, asegura que la ola de incendios suscitada en Caracas recientemente, ha elevado la preocupación de muchos padres por la salud de sus hijos, especialmente aquellos que sufren de tos crónica, rinitis, asma y broncoespasmos frecuentes.
El humo producido por los incendios contiene una mezcla de partículas finas, gases tóxicos y productos químicos que pueden irritar las vías respiratorias y empeorar condiciones preexistentes. Entonces, ¿qué se puede hacer frente a esta situación?
Las previsiones para protegerse del humo de los incendios
La doctora asegura que es fundamental tomar previsiones para mantener nuestras casas libres de los residuos de humo y evitar complicaciones si tenemos un niño o niña con alguna afección. La limpieza del hogar es imprescindible, se puede usar vinagre en la rutina de aseo de los espacios y, además, se deben mantener cerradas las puertas y ventanas para evitar que entre el polvo u hollín.
El uso de ventiladores está completamente contraindicado; sin embargo, los aires acondicionados sí pueden utilizarse, para refrescar el hogar de las altas temperaturas que se han estado presentando y evitar que los niños se asfixien.
Los medicamentos que están indicados para tratar las afecciones respiratorias y evitar que los pacientes hagan congestión deben tenerse a la mano, y no deben faltar nunca en casa. Martínez recomienda, también, que si se vive en una zona cercana a donde se producen frecuentemente incendios, se use el tapabocas de forma regular.
Es importante estar atentos ante cualquier signo de alarma para buscar atención médica de inmediato. Algunos de los síntomas desencadenantes en niños expuestos al humo de incendios forestales pueden incluir tos persistente, dificultad para respirar, sibilancias, opresión en el pecho, irritación de los ojos, nariz y garganta, así como exacerbación de condiciones respiratorias crónicas.
El Nacional