Acarigua.- Atender la salud mental y fortalecerla, es una tarea que debemos ejecutar de manera preventiva y no tras la presencia o sospecha de una patología, o cuando sentimos que estamos “tocando fondo».
Con el objetivo de crear conciencia sobre los problemas de salud mental, este 10 de octubre, la población entera conmemora el Día Mundial de la Salud Mental y, con ello, evitar que cada día más personas desarrollen trastornos que les impidan mantener un equilibrio emocional y psicosocial.
Entre enero y septiembre de 2024, las autoridades portugueseñas documentaron 27 muertes por violencia autoinfligida, 18 por asfixia mecánica y 7 por envenenamiento, cifras que resuenan con fuerza y nos invita a reflexionar sobre la importancia de atender este aspecto vital para nuestro bienestar.
En Portuguesa Reporta, conversamos con el psicólogo Dehillkel Quintero, quien destaca la importancia de hablar y promover la salud mental desde la óptica del bienestar emocional.
“No existen emociones buenas ni emociones malas; todas tienen una función adaptativa. Pensar que las emociones son buenas o son malas, nos lleva al rechazo y a no querer sentir lo que sentimos. Eso a la vez nos da mucha rigidez mental. Nos enfocamos demasiado en evitar y evadir y, por ello, es que cuesta tanto el autoconocimiento y revisar qué está pasando en nuestras vida, qué me está afectando y cómo lo puedo afrontar”, detalló.
Aseveró que muchas de las personas, al no saber gestionar sus emociones, toman una actitud “evitativa”, para no sobrepensar o para desconectarse de las emociones.
“Eso da pie a mucho trastorno, como el depresivo, que tiene que ver con emociones y sentimientos no gestionados de la mejor manera o de ansiedad. Todo viene de la desregulación fuerte de las emociones, por no saber canalizar y, en el intento de querer evitarlas, es donde se terminan generando estas patologías”, explicó.
El experto sostiene que es necesario psicoeducarse. “Hay todavía creencias que se establecen culturalmente, como que llorar es malo, que no es bueno estar triste. Te dicen ‘anímate’ o ‘no te molestes, ‘no te preocupes tanto’, cosas que naturalmente no son del todo posibles. Lo normal es sentir. Evadir las emociones termina convirtiéndose en una sintomatología que agrava cualquier cuadro que puede estar pasando la persona”.
Trabajar terapéuticamente la salud mental, ayuda a hacer frente a esas emociones de manera adecuada. “Nos permite ir desarrollando capacidades para dar respuesta y para ir creciendo frente a las adversidades de la vida. Ahí es cuando encontramos la verdadera flexibilidad psicológica y, que a su vez, nos genera ese bienestar indiferentemente de lo que estemos viviendo en nuestro entorno, que claro que nos va a afectar, pero vamos a saber surfear la ola y evitar ahogarnos”.
Quintero afirma que aprender a regular estas emociones nos lleva a un punto de equilibrio y, a partir de allí, nos permitimos sentir. “Mirar adentro, a sí mismo y reconocer esas situaciones. Saber cómo manejarse en cada emoción y reducir las creencias limitantes”.
¿Cuándo buscar ayuda?
La salud mental es un componente esencial de la calidad de vida. Sin embargo, muchas personas todavía enfrentan estigmas y barreras que les impiden buscar ayuda.
“La ayuda de un experto no solo debe venir en el momento en que toquemos fondo. Evaluar y atender la salud mental nos permite buscar un espacio de autoconocimiento, crecimiento personal y de poder desarrollar habilidades que permitan vivir una vida más basada en lo valioso para cada individuo. Hay que promoverla tanto como la salud física, porque somos internamente un engranaje perfecto y necesitamos tener ese equilibrio”, expresó Quintero.
Pero hay ciertos indicadores que pueden ayudarnos a detectar cuándo urge pedir o buscar ayuda. “Cuando el bienestar o esa satisfacción por la vida empieza a perderse y empezamos a sentir sufrimiento, cansancio mental y emocional. Cuando la sensación de insatisfacción empieza a ser el día a día. Cuándo estamos desorientados y desconectados de nosotros y no sabemos cómo afrontar lo que ocurre. Sentimos ese decaimiento, angustia constante y comenzamos a sobrepensar”.
Ese equilibrio y balance entre pensamientos, emoción y acción es parte del bienestar psicológico, de allí que las organizaciones y los programas sociales promueven ahora espacios para atender la salud mental.
Recomendaciones para mantener un bienestar mental:
1. Conectar con otros: Mantener relaciones sociales saludables es fundamental. Hablar con amigos o familiares sobre nuestros sentimientos puede ayudar a aliviar la carga emocional.
2. Ejercicio regular: La actividad física no solo mejora la salud física, sino que también libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad.
3. Alimentación saludable: Una dieta equilibrada contribuye a una mejor salud mental. Incluir frutas, verduras, proteínas y granos enteros puede influir positivamente en nuestro estado de ánimo.
4. Establecer rutinas: Tener una rutina diaria puede proporcionar estructura y estabilidad, ayudando a reducir la ansiedad y el estrés.
5. Practicar técnicas como la meditación y la respiración consciente, pueden ser herramientas efectivas para manejar el estrés y mejorar el bienestar emocional.
6. Buscar ayuda profesional: No dudar en acudir a un psicólogo o psiquiatra si se siente abrumado. La terapia puede ser un espacio seguro para explorar emociones y recibir orientación.
7. Dormir bien: Un buen descanso es crucial para la salud mental. Establecer horarios regulares para dormir y crear un ambiente propicio para el descanso puede mejorar significativamente nuestro estado anímico.
Es esencial que todos tomemos conciencia de la importancia de cuidar nuestro bienestar psicológico y apoyemos a quienes puedan estar luchando en silencio. Promover un entorno donde se hable abiertamente sobre estos temas, puede ser el primer paso hacia un cambio positivo. (CNP 25.482).