Acarigua.- Familiares de Richard Alejandro Bustamante Pérez, guanareño que se encuentra entre los ocho migrantes venezolanos que perdieron la vida tras ser arrollados la mañana del domingo, 7 de mayo, frente al refugio Centro Obispo Enrique San Pedro Ozanam, en Brownsville, Texas, pidieron a las autoridades nacionales y organizaciones internacionales ayuda para repatriar el cuerpo del joven y poder darle cristiana sepultura entre sus seres queridos.
En un video compartido en redes sociales este martes 9, Gloria Pérez, madre de Richard, dijo entre llantos: «Yo quiero tener el cuerpo de mi hijo para darle sepultura como es».
Por su parte, Karina Bustamante, hermana paterna del Richard, informó a Portuguesa Reporta que fue a las 3:00 p. m. de este lunes 8, cuando finalmente pudieron confirmar que, lamentablemente, el joven se encontraba entre los fallecidos. Hasta ese momento, solo manejaban información extraoficial, de las que fueron difundidas por redes sociales.
La confirmación de la muerte de Richard y todo el proceso de identificación y médico legal lo ha realizado una amiga de la familia, también venezolana, que se encuentra en la zona, en Texas; sin embargo, todos los parientes desconocen cómo se pudiera realizar la repatriación del cuerpo. Desde Guanare, ciudad natal de Richard, han iniciado una campaña a través de las redes sociales, para solicitar ayuda a la Gobernación de Portuguesa, el Ejecutivo nacional y a organizaciones internacionales.
Bustamante aclaró que no están pidiendo dinero. «No necesitamos dinero, lo que queremos es que todos nos apoyen para que el Gobierno nacional e internacional nos ayuden a repatriar los cuerpos de nuestros familiares. Qué hacemos con dinero, si no sabemos qué hacer», expresó.
– Tenemos una amiga que se está movilizando con todos los trámites, pero ¿qué hacemos con ella retire el cuerpo si no sabemos qué se puede hacer con él allá? No queremos que lo cremen o lo entierren lejos, queremos que lo traigan a Venezuela para darle cristiana sepultura aquí, entre sus seres queridos, señaló.
Richard Alejandro tenía 27 años de edad y fue detective del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). Estuvo adscrito a la delegación municipal Guanare.
El joven era hijo único por parte de su madre y vivía en la calle 8 del sector Las Américas, barriada ubicada en la capital portugueseña. Desde que se supo de la noticia del arrollamiento y de la posibilidad de que Richard estuviese entre las víctimas, decenas de personas, entre vecinos, parientes y amigos, se han congregado en la casa para acompañar a su madre. Siendo una familia cristiana, también han realizado cadenas de oraciones por su eterno descanso.
La presunción de que Richard estuviese entre las víctimas del arrollamiento derivó en que el joven conversó minutos antes del siniestro con sus familiares y envió una fotografía vía WhatsApp, que también compartió en el estado. Hasta antes de la confirmación de su muerte, Gloria Pérez, la madre del detective, se mantenía con esperanzas de que no estuviese entre las víctimas fatales.
“Mi hermano estaba hablando por teléfono con su esposa. Calculamos que fue como unos 10 minutos antes de que pasara la tragedia. Les dijo que ya estaba en la parada de autobús para irse a Nueva York con dos de sus amigos”, expuso su hermana, agregando que Richard se tomó esa foto en la parada, la envió y se despidió. “Después vimos en las redes sociales lo que había pasado».
Richard Alejandro quería radicarse en la ciudad de Nueva York, donde lo estaba esperando un familiar de su esposa y ya tenía oferta de trabajo. «Después de llagar allá, el plan de mi hermano era mandar a buscar a su novia e iniciar una nueva y mejor vida en ese país, pero lamentablemente no lo consiguió».
Para llegar a Estados Unidos, Richard emprendió su viaje atravesando sur y centroamérica. Partió el 12 de abril, junto a dos amigos de la infancia, Gabriel Gallardo y Raúl Ramos, que también fueron arrollados el pasado domingo y se encuentran en condiciones críticas. Uno de ellos perdió una pierna.
«Pasó El Darién y nos dijo que no tuvo mayores complicaciones. A inicios de mayo llegaron a los Estados Unidos. Fueron llevados por migración norteamericana hasta un albergue. Ya el domingo estaban esperando el autobús, porque a los tres les habían permitido continuar su viaje hasta Nueva York», expresó Bustamante.
«Agradecemos la colaboración de todos los medios de comunicación que han hecho eco de esta noticia y de nuestra petición de que traigan a Venezuela el cadáver de mi hermano y de todos los que murieron en esa tragedia. No sabemos si ya se están abocando para hacer la repatriación, pero les pedimos ayuda», indicó la familiar. (CNP 25.482)