Parece un gesto menor. Dejas el celular sobre la mesa, la pantalla sigue encendida, y no te molesta. Tal vez lo haces para no interrumpir una lectura, un video o simplemente porque te resulta más cómodo apagarla manualmente.
Pero lo que puede parecer una elección sin consecuencias, en realidad, implica riesgos que pueden afectar el rendimiento y la durabilidad del dispositivo.
Los smartphones, sin importar la marca o el sistema operativo, vienen con una función activa por defecto, el apagado automático de la pantalla. Esta opción apaga el panel después de uno o dos minutos sin actividad.
Muchos usuarios, sin embargo, la desactivan por comodidad. Lo que pocos saben es que mantener la pantalla activa de forma constante puede afectar tanto la batería como el propio panel del dispositivo.
Mayor consumo de batería
Cuando la pantalla permanece encendida sin necesidad, el consumo de batería se incrementa de forma inmediata. La pantalla es uno de los componentes que más energía demanda en un celular. Si normalmente una carga completa te dura ocho o nueve horas, dejar el panel activo puede reducir ese tiempo a la mitad o menos.
Esta práctica puede forzarte a cargar el dispositivo con más frecuencia, lo que con el tiempo también desgasta la batería. El deterioro no ocurre de un día para otro, pero en unos pocos meses el impacto sobre la autonomía se vuelve evidente.
Pantallas OLED y AMOLED, las de mayor más calidad y vulnerabilida
El riesgo más importante, sin embargo, no tiene que ver con la batería, sino con el tipo de pantalla. Muchos smartphones actuales utilizan paneles OLED o AMOLED, conocidos por su alta calidad visual, negros profundos y eficiencia energética. Pero también tienen una debilidad: son sensibles al uso prolongado de imágenes fijas.
Estas pantallas funcionan encendiendo píxeles individuales, y cuando algunos se mantienen activados durante mucho tiempo (como ocurre al dejar la pantalla encendida sin cambios) pueden desgastarse de forma desigual. Eso produce un efecto visual permanente que se conoce como burn-in.
Qué es el burn-in y cómo daña tu celular
El efecto burn-in es un tipo de “quemado de pantalla” que deja imágenes fantasma visibles incluso cuando estás viendo otro contenido. No se trata de un error del sistema ni de un fallo temporal. Es un daño físico que ocurre a nivel del panel.
En los celulares, este problema suele dejar marcas de los íconos de aplicaciones, la barra de navegación o elementos fijos de ciertas interfaces. Instagram, por ejemplo, al mostrar una interfaz constante durante largos periodos, es una de las aplicaciones que más contribuye a este desgaste si usas el celular con la pantalla siempre encendida.
Una vez que el burn-in aparece, no hay forma sencilla de eliminarlo. Reiniciar el dispositivo o cambiar el fondo de pantalla no soluciona el problema. La única alternativa real, en la mayoría de los casos, es reemplazar el panel, lo cual implica un costo elevado.
Cómo evitar el daño en la pantalla
La primera recomendación es mantener activa la función de apagado automático de la pantalla. Configurarla para que se apague después de 30 segundos o un minuto es suficiente para proteger tu equipo sin comprometer la experiencia de uso.
También ayuda reducir el brillo en situaciones donde no es necesario mantenerlo alto y alternar entre diferentes aplicaciones para evitar que una sola interfaz esté fija durante demasiado tiempo. Usar el modo oscuro y activar funciones de ahorro de energía puede reducir el riesgo en gran medida.
Además, evita dejar el celular encendido mientras no lo usas activamente. No solo cuidas la pantalla, también proteges la batería y el procesador, que debe mantener la imagen activa sin pausa.
Desactivar el apagado automático parece una decisión menor, pero con el tiempo puede tener efectos duraderos. Cuidar la pantalla de tu celular no requiere esfuerzos complicados, solo atención a los detalles. Mantenerla encendida sin necesidad acorta su vida útil y afecta tu experiencia diaria.
Infobae