Desarrollado por AC/InterActiveCorp se ha convertido en el referente para todos los que están solteros y tienen ganas de conocer a alguien, sin duda destaca entre las mejores apps de citas, que si bien no aseguran encontrar al amor de la vida, por lo menos ofrecen la ventana para conocer a alguien afín e interesante, que se asemeje a cada usuario en preferencias y con el que, al menos, se podrá optar a una salida divertida.
Matchmaking, negocio rentable
En cifras publicadas por BBC News Mundo, se cree que más de 300 millones de personas alrededor del mundo están usando anuncios personales, aplicaciones de citas y la tecnología en general en su búsqueda de relaciones casuales y románticas; un notable salto desde aquellas publicaciones de anuncios clasificados.
Hoy, el usar aplicaciones de citas ya no es mal visto como lo era hace una década; ahora hay infinidad de anécdotas e historias sobre parejas que han llegado al altar, luego de encontrarse por Tinder, así como muchas amistades que han surgido de esta app.
Para usarla, es preciso disponer de una cuenta de Facebook, y hay que ser mayor de 18 años y, una vez habilitada esta aplicación, se procede a configurar un perfil que consiste en una biografía de 500 caracteres y hasta seis imágenes.
También se puede vincular la cuenta de Tinder al Instagram e incluir información sobre trabajo, estudios y preferencias con respecto a quién se desea ver o no.
Tinder muestra una foto, un nombre y una edad; y clicando la foto se accede a más información adicional sobre dicha persona y si comparten algunos amigos en Facebook. Asimismo, se puede optar, deslizando el dedo hacia la derecha si se quiere dar “like”, o a la izquierda, caso contrario. Si el usuario le gusta también a la otra persona, aparecerá una pantalla que mostrará que han coincidido y permitirá, entonces, enviarle un mensaje; aunque la mayor parte del tiempo se vaya pasando por diferentes perfiles.
Tinder posee una de las mejores interfaces de usuario, comparada con las demás aplicaciones similares; además las fotos son grandes, y la creación del perfil es bastante sencilla. Y es importante destacar que en Tinder, nadie puede enviar mensajes a menos que también haya expresado interés, esto se traduce a que no se reciben recibes mensajes que el usuario no desee.
El acoso, el metaverso y la libertad sexual
Un estudio de 2020 del centro de investigación Pew, un think tank que brinda información sobre problemáticas, actitudes y tendencias que caracterizan a los Estados Unidos y el mundo, mostró cómo las mujeres sufren acoso de manera desproporcionada.
En el segmento de mujeres con edades entre los 18 y los 34 años, un 34,57% dijo haber recibido mensajes explícitos o imágenes que no habían solicitado. Asimismo, se reportó una alta incidencia de amenazas físicas: un 19% (comparado con un 9% de los hombres).
En palabras de la socióloga e investigadora del Instituto Francés para Estudios Demográficos de París, Marie Bergstrom, las apps son muy insulares en el sentido de que están completamente desconectadas de la vida social del usuario, es decir difiere de los escenarios tradicionales en los que las personas se conocen, como los amigos, familia, trabajo, círculo social, lugares que frecuentan.
Tinder dice que el mantener a las mujeres seguras está en el core de la aplicación para citas más grande del mundo, incluso en julio de 2022, la empresa de tecnología anunció una asociación con el grupo No More, que busca poner fin a la violencia doméstica, pero Renate Nyborg, la primera jefe ejecutiva mujer en la compañía, reconoció las dificultades a las que se enfrentan a la hora de proteger a las mujeres en la aplicación.
Desparpajo 2.0
Parece que la mayor cercanía, menor complejidad, y más informalidad de las redes sociales, hicieran más fácil la dura tarea de encontrar pareja en el mundo digital. Una nueva manera de cortejar ha llegado para establecerse, atrás quedaron los tiempos de encontrarse en un sitio con los amigos (y los amigos de esos amigos), escoger aquel traje favorecedor, el rato frente al espejo, la dieta relámpago, y la ansiedad de pensar de qué hablar para ser más interesante.
La ubicuidad, no tener que cambiarse, ni salir, ni pagar cuentas en lugares de moda, ni lidiar con la inseguridad, abrieron una ventana que la tecnología acelera y las redes sociales humanizan; un desenfadado estilo que, contrariamente a lo esperado, desnuda menos cuerpos y más almas.
Ya sea por lo relajado del momento o por la considerable disminución de la vergüenza que aporta ese escudo transparente de una pantalla táctil, el permisivo teclado, e incluso un sinfín de apps para corregir fotos; el mundo digital sigue uniendo parejas, y separando otras tantas.
La búsqueda de pareja, en la actualidad, y con la tecnología a favor, se vuelve más honesta y frontal; ahora todos saben lo que quieren, y las redes sociales aceleran la gestión. Tinder tiene 10 años de historia que lo demuestran.
