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Tras las huellas de Regragui, hijo de Corbeil-Essonnes y «líder natural»

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Escrito por Redacción

¿Habrá pronto un cuadro de Walid Regragui en Corbeil-Essonnes? El seleccionador de Marruecos, que dirigirá el miércoles a su selección contra Francia en la semifinal del Mundial de Catar, creció en esta comuna cercana a París, donde ya mostraba condiciones de «líder natural

Regragui nació en 1975 en Corbeil-Essonnes, una ciudad popular de 50.000 habitantes, situada al sureste de París.

En esta localidad, el franco-marroquí empezó a golpear la pelota a finales de los años 80, en el barrio de Montconseil, al pie de su torre, hoy destruida. Con sus amigos de la infancia, se enfrentaba al distrito rival, los Tarterêts.

«Hacíamos torneos, Montconseil era el AC Milan y nosotros, los Tarterêts, el FC Barcelona; el ambiente era realmente bueno, es así cómo lo conocí a los 10 años y lo seguimos en el AS Corbeil», cuenta a la AFP Demba Diagouraga, actual director del equipo del barrio de los Tarterêts, quien lo recuerda como un «gran competidor, muy serio», y con un «papel de líder natural».

En esa época, Regragui era «un amante» del Milan AC, que entonces dominaba Europa y tenía una «referencia»: Marco Van Basten, el delantero neerlandés estrella del club italiano y Balón de Oro en tres ocasiones.

«Walid era un organizador de juego, un número 10. En las categorías inferiores, este era su puesto predilecto», explica Azdine Ouis, un amigo de la infancia y responsable del colectivo Ciudadano y solidario de Corbeil-Essonnes.

Cuando tenía unos diez años, el actual entrenador de los ‘Leones del Atlas’ se une al AS Corbeil-Essonnes (ASCE), ahora desaparecido, donde jugó primero como centrocampista y, más tarde, de lateral derecho.

«Era rápido», tenía una «buena visión de juego» y estaba «por encima de los compañeros técnicamente», relata Bernard Caseiro, entonces técnico del ASCE.

En el vestuario, «hablaba y motivaba a sus colegas», subraya su antiguo entrenador. «Era prácticamente mi portavoz en el terreno, ya lo tenía dentro», prosigue.

En el campo, David Fiot, su ex compañero de equipo del ASCE, recuerda a un «joven que jugaba para ganar». «Salía de situaciones difíciles y luego aceleraba, por sus regates y sus aceleraciones llamó la atención a Rudi García», explica su amigo, al que conoció en un instituto de Corbeil.

‘Técnico y elegante’

«Cuando se graduó (en el instituto) en contabilidad, nos lanzó ‘Bueno, ahora dejo la escuela y me dedico a mi carrera futbolística’, todos queríamos ser profesionales, pero él llegó a su objetivo, es un ganador», insiste Fiot

Fue en ese momento en el que Rudi García, entonces entrenador del primer equipo del ASCE, entre 1994 y 1998, donde su padre también entrenó, lo vio en un partido del equipo juvenil.

«Al ir a observar al tercer equipo juvenil, veo un delantero rápido, elegante, técnico y le pregunto: ‘Pero ¿qué hace en el tercer equipo?’ Lo llevo conmigo a la División de Honor, se convierte en titular y sube al CFA2», explica Rudi García, que lo conoce desde que tenía 19 años.

Después, Regragui, ya lateral derecho, empezó su carrera como profesional en el Racing Club y luego pasó por Toulouse (1999-2001), Ajaccio (2001-2004), Racing de Santander, Dijon y Grenoble (2007-2009) en Ligue 2.

«Aportaba mucho en el aspecto táctico y tenía un carácter verdaderamente fuerte. Era un jugador experimentado», asegura uno de sus compañeros en Grenoble, el delantero argelino Nassim Akrour, ambos «veteranos» del equipo, que daban «consejos a los jóvenes».

En Grenoble, Regragui jugó brevemente con Olivier Giroud, que tenía entonces 21 años. Se cruzarán de nuevo el miércoles en la semifinal del Mundial.

«Podría llevarnos el Mundial a la ciudad de Montconseil. ¿Se imaginan?», confía Ouis, quien desea realizar un fresco de Regragui sobre una de las dos grandes torres del barrio.

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