A sus 37 años, ‘Memo’ Ochoa retomó su conocido idilio con las Copas del Mundo, el torneo en el que, por muy señalado que esté en sus equipos, siempre se crece con atajadas providenciales que ya forman parte de la historia del ‘Tri’.
El último ‘milagro’ del arquero de melena rizada se vivió el martes en el 974 Stadium de Doha, donde México se estrenó en Catar-2022 prácticamente como local, con sus aficionados copando casi todos los 44.000 asientos.
En el momento decisivo del partido, el portero del América salió airoso de un duelo contra Robert Lewandowski, uno de los mayores depredadores del gol del fútbol europeo.
En su primera ocasión de peligro, el veterano delantero del Barcelona irrumpió en el área y protagonizó un forcejeo con el central Héctor Moreno, que lo acabó derribando.
Lewandowski tenía la oportunidad no solo de avanzar en el marcador a Polonia y encarrilar una victoria de oro después de la derrota de Argentina en su grupo sino también de acabar con su sequía goleadora mundialista.
El ariete polaco, que ha anotado 76 goles en 135 partidos con su selección, no quería esta vez irse de vacío como le ocurrió en los tres juegos de Rusia-2018.
En el minuto 58 de juego, Lewandowski recolocó la pelota en el punto de penal después de que se lo pidiera el árbitro, respiró hondo y remató a la izquierda de Ochoa.
Con mil batallas a sus espaldas, el arquero adivinó su intención y voló hasta despejar la pelota desatando un festejo ensordecedor en unas gradas con ambiente de estilo estadio Azteca.
Con Lewandowski atragantándose por su error, el juego siguió hasta que la pelota salió del terreno de juego y Ochoa lanzó un grito que era mitad festejo y mitad desahogo por los últimos meses que ha vivido en la mira de los medios y la afición.
«Fue el héroe. Si él no hubiera atajado el penal nos hubiéramos ido uno abajo. ‘Memo’ siempre que lo necesitas aparece», le reconoció el defensa Jorge Sánchez.
– La explosión en Brasil –
Entre Mundial y Mundial, Ochoa siempre ha sido un arquero bajo sospecha tanto en sus equipos como en la selección, pagando a veces la frustración de una hinchada que ha sufrido siete eliminaciones seguidas en los octavos de final.
Las críticas, muchas veces centradas en sus carencias en el juego aéreo, se intensificaron en el último año por algunas errores tanto con el ‘Tri’ como con el América, el equipo que lo recibió de vuelta tras ocho años en el fútbol francés (Ajaccio), español (Málaga y Granada) y belga (Standard de Lieja).
Los señalamientos, sin embargo, no hicieron dudar al seleccionador Gerardo Martino, entregado a la fiabilidad que ha mostrado Ochoa en el máximo escenario cuando se le ha dado la oportunidad.
El arquero vivió sus dos primeros Mundiales (2006 y 2010) en el banquillo esperando paciente su turno.
A la cita de 2014 llegó erigido en el único arquero mexicano que había jugado en Europa y protagonizó un espectacular torneo culminado con un partido de ensueño ante la anfitriona Brasil.
Ante el asombro de los 60.000 aficionados de Fortaleza (noreste), Ochoa desplegó una colección de vistosas atajadas que rescató un empate sin goles y que lo ingresaron en la memoria de los aficionados mexicanos.
Su actuación hizo olvidar el mal trago que vivió tres años atrás cuando fue expulsado de la concentración de la Copa Oro junto con otros cuatro compañeros tras dar positivo en un control antidopaje por clenbuterol, aunque rápidamente fueron absueltos al considerar las autoridades deportivas que habían sido víctimas de una «intoxicación alimentaria».
En Rusia-2018, Ochoa solo fue superado por el belga Thibaut Courtois como el arquero con más atajadas del torneo y fue reconocido con el premio Guante de Plata.
En Catar vive su probable despedida pero ya ha acaparado los reflectores en el día que se unió a sus compatriotas Antonio Carbajal y Rafael Márquez en el club de los jugadores con cinco Mundiales, donde solo caben un puñado de estrellas como Lothar Mathäus, Gianluigi Buffon y Lionel Messi.