El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, sancionó este jueves el reglamento de una amplia reforma tributaria, que simplificará gradualmente el actual sistema impositivo y ha tenido un amplio respaldo de todo el espectro político.
“Cuando comencé mi mandato (en enero de 2023) decían que iba a ser imposible gobernar porque la derecha había elegido mucha más gente” en el Parlamento, declaró Lula, quien afirmó que, “justamente por eso”, la reforma tributaria ha sido “una proeza de la democracia y la capacidad de diálogo”.
La reforma, aprobada a fines de 2023 y reglamentada el mes pasado por el Parlamento, fue producto de acalorados debates y coronó un esfuerzo político intentado sin éxito durante unos 30 años, en los que Brasil mantuvo un sistema tributario complejo, que gradualmente elevó la carga impositiva más allá del 40 por ciento.
El nuevo sistema tributario contempla tres nuevos impuestos sobre el consumo de carácter federal, regional y municipal, creados para sustituir los cinco tributos actuales, y establece una tasa máxima de referencia del 26,5 por ciento.
El proceso de sustitución de impuestos, que según los cálculos del Gobierno quedarán en una tasa promedio del 22%, será gradual y concluirá en su totalidad en 2033.
La reforma ha establecido una completa exención de impuestos para unos 400 medicamentos y también para los productos que integran la cesta básica de alimentos.
Asimismo, aumenta la carga tributaria para productos considerados nocivos para la salud, como las bebidas alcohólicas y azucaradas o el tabaco, y para los que tengan un elevado impacto medioambiental, entre los que se incluyen lanchas y aeronaves.
Esa lista incluía inicialmente otros productos, como las armas y las municiones, que fueron retirados en las cámaras legislativas por presiones de los grupos más conservadores.
Crecimiento de 3,6% en 2024
El pasado 7 de enero, el ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, afirmó que el crecimiento económico del país alcanzará probablemente el 3,6% en 2024, mientras que se espera que el déficit primario del año haya alcanzado el 0,1% del Producto Interno Bruto (PIB).
Esto significa que el Gobierno de Lula da Silva probablemente cumplió su objetivo de eliminar el déficit primario, excluyendo el pago de intereses, ya que la meta permite un margen de tolerancia del 0,25% del PIB, o un déficit de hasta 28.800 millones de reales.
En una entrevista concedida al canal de televisión GloboNews, Haddad dijo que su objetivo era dejar la economía “en mejores condiciones de las que la recibí”, lo que implicaría controlar el gasto “de la forma correcta, sin perjudicar a los trabajadores de bajos ingresos”.
Haddad hizo hincapié en la necesidad de que el Gobierno mejore su comunicación en un momento en que los mercados mundiales siguen siendo muy “sensibles”.
Dijo que el entorno exterior es más desafiante y que el mundo entero está preocupado por cómo se gestionará la economía estadounidense, y que las noticias en este frente tienen un impacto rápido y significativo en los precios de los activos.
Después de que un paquete de recortes de gastos largamente esperado decepcionara a los mercados a finales del año pasado, debilitando aún más la moneda del país, Haddad dijo que la inclusión de exenciones del impuesto sobre la renta en el anuncio puede haber contribuido a la reacción, así como el retraso en la divulgación de las medidas.
Con información de EFE