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La Coromoto llegó a su santuario en una carroza adornada con 3.000 flores

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Escrito por Bianile Rivas

Guanare.- Feligreses católicos de toda Venezuela se congregan este jueves, 8 de septiembre, en el Santuario Nacional Nuestra Señora de Coromoto, en Guanare, en ocasión de celebrar 370 años de la aparición de la patrona de Venezuela y 70 años de su coronación canónica.

En este 370 aniversario, la sagrada reliquia de la Virgen de Coromoto llegó a su santuario, desde el parque de su aparición, en una carroza adornada con 3.000 flores traídas de los páramos andinos: pompones blancos y amarillos, margaritas, crisantemos y ramilletes silvestres.

La carroza de flores es una alegoría del Altar Sagrado de María, explica Julio César Valero, un reconocido diseñador de carrozas y trajes religiosos, a quien la Alcaldía de Guanare le ha encomendado la obra.

Julio César Valero trabajó el altar en una estructura de hierro de 6,5 metros de largo y 4,6 de alto. Para mostrar su arte, se ha inspirado en algunos pasajes de la procesión de la Divina Pastora y se apoya en el trabajo de dos maestros herreros de Guanare: Freddy Blanco y Luis Castillo, artesanos que levantan la armadura del trono de la Virgen de Coromoto en el taller municipal.

La reliquia original de la Coromoto estuvo acompañada dentro de la carroza, por la representación humana de la madre María, el Niño y el cacique de Los Cospes, para lo cual se han escogido a los niños Victoria Novoa, Aaron Pérez y Eudes Castillo, que lucieron trajes confeccionados por Valero con maquillaje y arreglos de Alberto Carvajal, otro destacado diseñador guanareño.

La escena a mostrar en la carroza es una Virgen de pie con el Niño en brazos, custodiada por el indio Coromoto. Ella lució un vestido largo en raso con encajes sutiles y pedrería fina, mientras que el cacique estuvo vestido con un traje indígena hecho con yute o fique.

Julio César Valero, diseñador de la carroza de la Virgen de Coromoto 

Valero destacó que la carroza tiene como efigie gigante una mariposa silvestre de la quebrada, como recuerdo de que en una de sus alas vieron los indígenas incrustada la imagen de la Coromoto. El carruaje de flores fue remolcado por un vehículo a revestir con los colores de la bandera nacional, custodiado por motorizados uniformados, portadores de globos color oro y blanco.

Fueron seis kilómetros de recorrido en compañía de unos 3.000 feligreses, según los cálculos que tenía el alcalde Óscar Novoa, quien encabezó el periplo religioso y promueve la caminata coromotana en sus últimas seis ediciones. (CNP 4.697)

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